Majul y el negocio de hacer negocio con la discapacidad
¿De verdad Luis Majul, el periodista que opera a favor de Juntos por el Cambio, el partido liderado por Mauricio Macri, quiere hablar de esto? La derecha otra vez metiéndose con los más débiles, distrayendo. Echándole la Culpa a Río (¿recuerdan la película de 1985 en la que Victor (Joseph Bologna), vacaciona en Brasil con su amigo Matthew (Michael Caine) y termina teniendo un romance con la hija de Matthew, treinta años menor?). Echále la culpa a Río del romance en la película y de los 45.000 millones de dólares que le debemos al FMI, de la corrupción enquistada en ese partido político. y de los negociados del capitalismo salvaje, del 2015 al 2019. Todos nosotros, el pueblo, tiene que pagar una fiesta que disfrutaron unos pocos, sin que nadie asuma el control de los daños.
La palabra terrorismo nace de la raíz latina terrere que significa miedo o terror. A eso se dedican. Porque no me vas a decir que Silvina Martínez no sabe que las pensiones no contributivas no es un beneficio exclusivo para personas con discapacidad (PCD), y no hace terrorismo sacando este tema de la galera.
“Disculpá que revolee impresiones”, le dijo a Silvina Alejandra Martínez, Luis Majul, “pero yo veo muchos autos con la calcomanía de discapacidad”.
No señor. Es imposible disculpar al señor Majul, otro terrorista – ni siquiera un “revoleador de impresiones- ”. Revoleo es tirar sin medir las consecuencias, aunque también podría ser arrojar con brío y sin especial cuidado.
“En el medio de la pandemia evidentemente crecieron las personas con discapacidad o algo pasó”. dice Silvina Martínez. “¿Tuvimos una guerra?”, agrega Luis, el “periodista de opinión”. Y nosotros le contestamos: Y sí. La pandemia del COVID-19 fue una guerra contra un enemigo oculto, desconocido. Se perdieron muchas vidas. Muchas menos que en otros países, donde los gobiernos no estuvieron tan atentos a la catástrofe y no actuaron con tanta pericia, pero fueron muchas.
Silvina Alejandra Martínez es socia en Sam y Asociados, Estudio Jurídico y Consultoría. La segunda de Margarita Rosa Stolbizer (Abogada y líder del Partido GEN, el cual fundó en 2007 tras abandonar la Unión Cívica Radical y varios otros espacios políticos. Actualmente Diputada Nacional por la Provincia de Buenos Aires por la alianza Juntos) en la Asociación Civil Bajo la Lupa cuyos objetivos son “promover una cultura de transparencia y participación ciudadana para reconstruir la confianza”. Fueron las que presentaron un pedido de Acceso a la Información al Ministerio de Salud, para constatar la estrategia y operativo de vacunación COVID-19, llevando adelante por la Ministra Carla Vizzotti. Querían indagar sobre la cantidad de vacunas recibidas y el cronograma de aplicación, según los contratos celebrados con los distintos laboratorios, etc. Informe que no le cambió la vida a nadie. Pero la duda estaba sembrada y podía escalar. En ese momento no les preocupaba, por ejemplo, de qué manera se entendían las personas sordomudas con los médicos, cuando les era imprescindible leer la boca y no había barbijos accesibles (transparentes). O como evitar el contagio de las personas propensas a las caídas frecuentes, que requieren ayuda para levantarse. Habría que explicarles, además, a los “periodistas de opinión”, que no es caprichoso que una persona con discapacidad estacione su auto frente a la puerta de su domicilio. Muchas de ellas, incluso, se trasladan con sillas de ruedas. Estos planteos tienen una impronta comunicacional vigorosa. Una vez lanzados hacen blanco y crean sentido común.
Voy a poner un ejemplo: cuando estaba embarazada veía por la calle una cantidad enorme de mujeres embarazadas. Lo más probable es que nunca te hayas cruzado con uno, y a partir de querer un auto amarillo, te cruces con los únicos tres que hay en el país. ¿Qué hacen los operadores de La Nación Más? Siembran la duda en el cerebro de sus televidentes. Entonces, lo más probable es que usted salga a la calle a cazar vehículos con obleas de discapacidad, y si nunca les prestó atención ahora se los cruce a todos. Así formatean el inconsciente. Qué extraño que Majul, Eduardo Feinmann (Otro conocido operador que oficia de periodista), y Martínez no se hayan metido todavía con los enfermos de cáncer, que también son un gasto.
La señora Martínez, además, es abogada y fue asesora de la Honorable Cámara de Diputados de la Nación (período dic. 2013 - dic. 2017). Acá iba un párrafo que le saquéPero habla de la discapacidad con datos que ni siquiera provienen de investigaciones propias sino que son de “Chequeado.com”.
Si se animó a pedir que le escriban a infoobservatoriociudadano@gmail.com y le comenten casos de irregularidades en la vacunación como usurpación de identidad, personas fallecidas con turno para vacunas, etc., por qué no se animarían a cuestionar la cotidianidad de niños y adultos con discapacidad que para educarse o rehabilitarse tienen que esperar un traslado que no viene, o llega tarde. Si todos tuviéramos un auto con oblea de discapacidad y pudiéramos estacionarlo en la puerta de nuestras casas lograríamos ser puntuales y no perder días y horas de tratamiento.
Ezequiel Spillman (@ezequielmauro) contaba en una nota en 2021 que “Silvina Martínez fue funcionaria de la Inspección General de Justicia, de donde fue echada en 2012. Pero comenzó a tomar notoriedad en la causa Ciccone -que terminó con Amado Boudou condenado y preso- cuando denunció adulteraciones en los expedientes de las empresas involucradas en el caso. Acá había un párrafo que saqué Hoy volvió a tomar vuelo propio. Se sumó a la agrupación Banquemos, que desde 2015 es una usina de Cambiemos, y que en 2020 fue uno de los motores en las protestas y movilizaciones contra el Gobierno. Trayectoria que el "ala dura" de Juntos por el Cambio analizaba para sumarla a la boleta electoral del 2021, decían por aquellos tiempos y lo hicieron. Para ser considerada en las listas es menester destacarse como sea, aun a costa de las PCD.
La abogada es una de las principales denunciantes de la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner. En particular, en los casos que la tienen en la mira junto a sus hijos. (Acá iba un párrafo que saqué) Una de las tantas causas armadas. Martínez insistió, con medios de comunicación. hasta ser parte del equipo de mencionado Luis Majul en LN+, hasta lograrlo. Pasados los Majul y los Feinman, conductores otro canal, A24, se hacía eco y se quejaban frente a las pantallas por los espacios especiales reservados, las denuncias habían sido efectivas.
“No te pasa a vos que cada vez encontrás más autos con oblea de discapacidad”, le preguntó Majul a Feinmann. Y el otro asintió agregando. “Y no solamente la oblea, sino también los espacios especiales (para estacionar) en las veredas”. “Pero esperá, ¿son todos discapacitados? Si nosotros los contamos a todos, y ponemos una proporción, acá hubo –más allá de la Guerra de Malvinas- una Guerra de Vietnam y no nos enteramos”, opinó Majul.
Dirán que me repetí, lo del tema de las obleas y la discapacidad. No, no, esta vez fue en el pase con Eduardo Feinman el 25 de junio de 2019 · 13:20 hs. Habría que aclararles además que a partir de la Convención por los Derechos de las Personas con Discapacidad se dice: “personas con discapacidad” y no “discapacitados”.
Hablemos de pensiones. El Estado nacional otorga una pensión a las personas que tengan una invalidez física o mental que produzca una disminución en su capacidad laboral del 76% o más, y que además cumplan con una serie de condiciones que acrediten que no tienen otro tipo de ingreso. Entre otros requisitos, los beneficiarios ni su cónyuge pueden: percibir otra jubilación, pensión, retiro o prestación no contributiva; ni estar empleados bajo relación de dependencia. Tampoco pueden tener bienes, ingresos, ni recursos que permitan su subsistencia o la de su grupo familiar. No estar empleada/o ni registrada/o como autónomo o monotributista. No tener parientes obligados legalmente a proporcionarte alimentos o, que teniéndolos, se encuentren impedidos para hacerlo. No tener ingresos o bienes a su nombre que permitan su subsistencia. Este requisito será extensible a tu grupo familiar. No estar detenida/o a disposición de la justicia.
El monto mensual de este beneficio era de $5.865 de bolsillo en el 2018 (el 70% de una jubilación mínima), que se eleva un 40% para los residentes en el sur del país, debido al adicional por Zona Austral. En junio 2022 el haber era de $ 26.267. Majul y compañía deberían probar vivir con esa suma, durante un mes y quizás así no les asombren los autos con obleas para personas con discapacidad.
Pongámonos nostalgiosos. El 5 de octubre de 2018, la Agencia Nacional de Discapacidad (ANDIS) emitía una resolución la cual daba de baja algunas pensiones por invalidez. Acción que el Ministerio de Desarrollo Social de la Nación ya había hecho sin aviso previo. Una verdadera cultura de la cancelación. O de la desaparición porque eran personas que ya no serían consideradas como sujetos de derecho. Acá habían UNAS que saqué Quienes recibieran la intimación tenían diez días hábiles para sacar un turno en la ANSES (Administración Nacional de Seguridad Social), el organismo encargado de verificar si cumplían con los requisitos
En 2017 se suspendieron o dieron de baja 93.179 pensiones por invalidez, de las cuales 43.150 fueron rehabilitadas por medidas cautelares. Semanas atrás, el Juzgado Federal de la Seguridad Social N° 8 falló a favor de una denuncia realizada por la REDI (Red por los Derechos de las Personas con Discapacidad). El fallo los obligó a dar marcha atrás porque consideró que no hubo debido proceso en la eliminación de las pensiones, explicaron de REDI. Pero, aunque suene descabellado el Gobierno nacional, apeló el fallo (Gestión Juntos por el Cambio).
Entre 2003 y 2015, según datos oficiales, durante las gestiones de Néstor Kirchner y Cristina Fernández de Kirchner la cantidad de beneficios por discapacidad aumentó de 78.585 a 1.034.743, un incremento de 1.217%. Hay que tener en cuenta que si al 2010 había 5 millones de personas con discapacidad lo que justifica el aumento es la regularización de un derecho. Este dato que para “ellos” es signo de corrupción, de avivada, porque el ladrón cree que todos son de su condición, para otros es cumplir con un derecho, hacerlo posible, viabilizarlo. Y si consideramos el censo del 2010, tampoco se entiende por qué no hay más pensiones. Será por qué el trámite para solicitar el Certificado Único de Discapacidad (CUD) es tan engorroso que lo tienen vigente 3 de cada 10 personas con discapacidad contra 7 de cada 10 que no lo tienen.
El CUD es para las personas con dificultades para ver, oír, caminar o subir escaleras, agarrar y levantar objetos con los brazos o manos, atender por sí misma su cuidado personal, por ejemplo, para bañarse, vestirse o comer solo, hablar o comunicarse, entender lo que se le dice, aprender cosas, recordar o concentrarse, controlar su comportamiento, jugar con otros niños de su edad.
El CUD vigente asegura el derecho a: obtener el pase libre de transporte, la cobertura integral de medicación y salud y para cubrir las prestaciones de rehabilitación, transporte, prestaciones educativas, entre otras. El 9,5% de la población con dificultad que tiene el certificado vigente no lo usa. En el 2018 el Instituto Nacional de Estadística y Censos (INDEC) publicó los resultados preliminares del Estudio Nacional sobre el Perfil de las Personas con Discapacidad, donde consta que el 10,2% de la población de la Argentina tiene algún tipo de discapacidad.
Señores de La Nación Más para hablar uno debe tener la maldita costumbre de hacerlo con datos, y poquita opinión, sobre todo en temas que revisten esta seriedad.
Como siempre dice el artista plástico Daniel Santoro, lo que les molesta a los antiperonistas es la felicidad del pueblo. Lo oportunamente certificó Carlos Rosenkrantz, el presidente de la Corte Suprema, “no necesariamente cuando hay una necesidad tiene que haber un derecho”. Concepción de país donde el objetivo de los “amigos de lo ajeno” sienten que los únicos derechos válidos son los suyos.
Entre 2016 y septiembre de 2018 (último dato oficial disponible), durante la gestión de Mauricio Macri, estas pensiones crecieron un 0,19%: pasaron de 1.041.004 a 1.042.945. Teniendo en cuenta la diferencia entre las altas y bajas, según el Proyecto de Presupuesto 2019, al año siguiente Cambiemos proyectaba reducir a 1.032.926 los beneficios (-1%).
Este aumento guarda la misma lógica del aumento de los planes sociales durante el gobierno macrista: no es el reconocer un derecho sino mantener acallada ciertas voces, cuando haga falta. Aunque cuando se alzaban la represión no tardaba, se tratara de niños, madres, desocupados, personas con discapacidad, viejos (hay una foto al respecto de una anciana recogiendo una manzana en “el verdurazo” llevado a cabo en Plaza de Mayo amenazada por la policía). Acallar a los que están fuera de su círculo para que los de adentro pudieran hacer negocios y vender al país, con la complicidad de los “periodistas serios”, es la metodología del capitalismo. Saqué una frase
Ya lo dijeron por todos lados, si vuelven aumentarán la rapidez de las reformas y con ello el sufrimiento. Es como la idea medieval de los azotes para luego recibir el reino de los cielos. Entre los derechos a combatir, la discapacidad es un punto del presupuesto que quizás los ponga felices reducir.
Dijeron que la mayoría de las pensiones en ese año, por su parte, se dieron de baja por “presunto fallecimiento”, de acuerdo con datos de la ANDIS. Voy a utilizar el mismo razonamiento de la señora Martínez, cuando dijo “la pandemia aumento la gente con discapacidad ¿o paso otra cosa?”: ¿Fallecieron todos juntos o paso otra cosa? A la señora Martínez le parece, como a todos los de su ideología, que si “desapareciéramos” sería lo mejor que le puede pasar al país. El término desaparecer ya asusta por sí solo, pero para nosotros conlleva matices. Saqué una frase A ellos, en cambio, desaparecer gente les genera algo de saliva de más. A algunas personas quitarle la pensión es literalmente hacerle desaparecer un derecho, y cuando una persona, requisito indispensable para que exista una Nación, desaparece, desaparecemos todos. Me pregunto en la mente de qué ser humano puede habitar la idea de dudar de una persona con discapacidad.
Sería importante saber si Majul, Martínez, Feimann necesitaron alguna vez que una obra social o medicina prepaga les habilitara tratamientos, traslados, medicamentos, prótesis, órtesis. Si alguna vez estuvieron preocupados en forma personal porque necesitaban se cumpla el 4% del cupo laboral, en Nación, y el 5% en Ciudad Autónoma de Buenos Aires (CABA). Saqué una oración Si alguna vez se preguntaron por qué se menciona tanto la palabra “inclusión”. ¿Quiere decir que en nuestra sociedad necesitamos incluir porque hay personas excluidas? Sorprendente. Preguntarles si alguna vez tuvieron miedo de caminar por las veredas rotas e inundadas de CABA sin tropezar o con las baldosas o con caca de perro, y caer encima. Si alguna vez tomaron un colectivo que entre parada y parada hay cuatrocientos metros, cuatro cuadras (bendito carril de colectivos). Si alguna vez advirtieron que no todas las estaciones de subte cuentan con escaleras mecánicas y que, si las tienen, la mayoría de las veces no funcionan. O si se vieron obligados a dejar la universidad porque los ascensores estaban clausurados hace años, igual que los baños, y para llegar hasta allí hay que pagar un taxi con un dinero del que no disponen. O preguntarles si alguna vez a causa de lo que la sociedad considera un defecto físico sufrieron estigmatización o acoso, o cuando tienen que hacer un trámite le hablan a quien está a su lado, y no a ustedes, porque asocian discapacidad con la no terminalidad educativa, o con problemas mentales. O simplemente, si alguna vez, tuvieron que lidiar con gente como ellos, lo cual es un estrés extra.
No me extrañaría que en algún momento salgan a contar cuántos boletos de colectivo usamos para viajar por CABA, o para hacer viajes de larga distancia; o cuántas órtesis necesitamos por año; o cuánto paracetamol tomamos. Saqué una oración Seguramente habrá del otro lado un escucha atento que diga “no quiero revolear datos pero cada vez que tomo un ómnibus de larga distancia hay una persona con discapacidad”.
Y si compañera Martínez, con la pandemia lamentablemente se agregaron muchas personas al colectivo, aunque gracias a la campaña de vacunación, de la que ella dudó, muchas personas se salvaron. Finalmente quisiera decirles a todas las Silvina Martínez, a todos los Majules y Feinmanns, que entre ellos y nosotros hay un minuto. Cualquier persona joven, adulta o mayor, así como se muere de un momento para el otro, si se salva de semejante infortunio, de un momento para otro puede quedar con una discapacidad, ¡Ojalá a ustedes no les pase!