Sindicato de Policías: "La represión a la protesta social es violación a los DDHH".
En CadenaBa I El Sindicato de Policías y Penitenciario, vinculado al moyanismo, mediante un documento firmado por el secretario general, José Carranza y publicado en la página web del gremio de los "patas negras" y "candados" bonaerenses; a 38º años del golpe cívico militar del 24 de marzo del '76, fijaron la postura de la organización.
Entre otras cosas, expresaron "la dictadura en la Argentina no fue un accidente de la historia, ocurrió porque individuos, organizaciones y diferentes sectores del poder social y económico tomaron decisiones que apoyaron el terrorismo de Estado".
También, consideraron "si un chico muere de hambre o no puede ir a la escuela porque debe trabajar, sabemos que hay injusticia y violación de derechos. Si a los Uniformados le niegan la libertad a agremiarse, sabemos que hay abuso de poder. Si vemos que una familia duerme en la calle, sabemos que se está violando la dignidad humana, si matan a una persona para robarle, hay violación de derechos e Inseguridad". Y agregaron "si la policía o la gendarmería reprimen a los ciudadanos de los pueblos donde se quiere imponer la explotación de los seres humanos, hay violación de derechos a la protesta y a la lucha por un derecho constitucional..."
El documento completo
24 de MARZO, Día de la Memoria por la Verdad y la Justicia
La dictadura que sufrió la Argentina entre 1976 y 1983 fue un momento importante en la historia del país, ya que nos hizo pensar en los derechos que tenemos los hombres, por ser hombres. Nos movió a pensar en los derechos humanos.
Los derechos humanos son el producto de la lucha de la sociedad por mejorar su calidad de vida y requieren del constante esfuerzo y compromiso de todos para que sean respetados y garantizados.
La dictadura en la Argentina no fue un accidente de la historia, ocurrió porque individuos, organizaciones y diferentes sectores del poder social y económico tomaron decisiones que apoyaron el terrorismo de Estado.
Recordarla implica reflexionar sobre el papel y las responsabilidades que tenemos las personas, las instituciones, los medios, la justicia y el Estado al enfrentarnos con violaciones de los derechos humanos.
Anima a comprender el valor de la solidaridad y la lucha colectiva por el bien común. Enseña a organizarse, a valorar la importancia del trabajo en grupo, a sabernos seres sociales que necesitamos volver a conquistar lo público para el bien de todos.
Si un chico muere de hambre o no puede ir a la escuela porque debe trabajar, sabemos que hay injusticia y violación de derechos. Si a los Uniformados le niegan la libertad a agremiarse, sabemos que hay abuso de poder. Si vemos que una familia duerme en la calle, sabemos que se está violando la dignidad humana, si matan a una persona para robarle, hay violación de derechos e Inseguridad.
Si la policía o la gendarmería reprimen a los ciudadanos de los pueblos donde se quiere imponer la explotación de los seres humanos, hay violación de derechos a la protesta y a la lucha por un derecho constitucional. Nadie dice quien da la ordenes o que la envían los jueces, solo informan de las situaciones los uniformados de hoy están luchando por sus derechos, ellos sin sueldos dignos y muchas horas laborales, la verdadera democracia va de la mano de todos los ciudadanos de igualdad. Si el sueldo de los trabajadores no les alcanza para cubrir sus necesidades básicas, hay violación de derechos. Si el Estado nacional y el provincial desprecian la lucha de los docentes y de los Uniformados, hay violación de derechos.
Los derechos humanos son para todos, no existen como recompensa a servicios especiales, ni como premio a determinadas virtudes, ni como reconocimiento a ciertas características; fueron el producto de luchas y conquistas populares. Están ligados a nociones tales como la defensa de la persona por sobre cualquier sistema económico-político, la igualdad de las personas, la solidaridad, la libertad, el respeto mutuo, la creencia en una forma pacífica y razonable de resolver los conflictos humanos.
Hoy nosotros reflexionamos sobre los derechos humanos y los defendemos, pero ¿qué pensarán de nosotros los pueblos del futuro? ¿Encontrarán "humanas" y "justas" las instituciones y leyes de las que tanto nos enorgullecemos? ¿O nos considerarán "bárbaros", "inhumanos", "crueles" por el trato que damos a los problemas de hoy?
El 24 de marzo de 1976, la Junta de Comandantes en Jefe de las Fuerzas Armadas usurpó el gobierno constitucional y comenzó así una nueva dictadura en nuestro país con el golpe de Estado que derrocó de la Presidencia de la Nación a María Estela Martínez de Perón, abolió la Constitución Nacional y designó como presidente de facto al general Jorge Rafael Videla.
A partir de ese día empezó lo que los militares desde el poder llamaron Proceso de Reorganización Nacional, y que hoy reconocemos como la dictadura más sangrienta que vivió el pueblo argentino y que se caracterizó por el uso sistemático de la violencia ejercida desde el Estado.
Los militares ya no están en el gobierno, pero la democracia aún no está del todo conquistada, es una lucha diaria que debemos hacer todos, niños y adultos, cada uno desde su lugar: los niños estudiando, los docentes generando espacios de intercambio cultural con los niños para fortalecer la conciencia crítica, los uniformados que estén con los ciudadanos y los ciudadanos con los uniformados y que nadie, nunca más, viole nuestros derechos.
Un país con memoria es acordarse de que los uniformados de nuestra nación también requieren tener sus derechos.
José Carranza Secretario General SIN.PO.PE