Sobre el pragmatismo en el peronismo, por Duarte Vera
Por Alvaro Duarte Vera I Cuando las contradicciones dentro del movimiento, tanto en su teoría como en su praxis, se hacen más evidentes, aparece el “Bebe” Cooke en la escena del debate. La contradicción principal que se viene instalando desde el fallecimiento del General Perón, es que la naturaleza política del peronismo es de carácter pragmático. Y en virtud a las obras escritas y a la militancia del “Bebe”, manifiesta que el peronismo es un movimiento popular que por su base social que la sustenta, que es la clase obrera, irá construyendo una concepción política revolucionaria, que dialécticamente irá radicalizándose en el curso de la historia, en el marco de una sociedad de clases y en virtud de la opresión oligarca y e imperialista que se vivía a partir del golpe gorila de 1955. El peronismo como el hecho maldito del país burgués en tiempos de la Resistencia Peronista, donde la clase obrera se constituía no sólo como la columna vertebral del movimiento, sino como la única capáz de hacerle la vida imposible al Estado gorila que se quería adueñar del derecho de los trabajadores, a través de su pretendido proceso de “desperonización”. Hablar de “naturaleza política” no hace más que aplicar un reduccionismo conceptual a la praxis de un movimiento que hasta el día de la fecha representa un fenómeno político nacional (en los años 40’, 50’, 60’ y hasta principios de los 70’ se caracterizaba en el ascenso objetivo y subjetivo en la conciencia de las masas trabajadoras).
Cuando Cooke escribe en el intercambio de cartas con el General Perón en exilio, documento esclarecedor si los hay para el movimiento nacional, que “el movimiento peronista se está convirtiendo en un gigante miope e invertebrado”. Aquí explica la falta de visión o proyección política y de organización para consolidar un paradigma continental y revolucionario, frenando de esta manera la posibilidad de que el campo popular se haga del Estado, en conflicto claro está con los intereses de la oligarquía como agente operador del imperialismo. Ello en oportunidad en que los sectores conservadores y liberales del movimiento estaban condicionando la posibilidad cierta de que el peronismo pudiera superarse históricamente en un movimiento revolucionario hacia el socialismo, pactando con los sucesivos gobiernos ilegítimos de turno, luego de que éstos fueran autores y partícipes del derrocamiento del Gobierno Popular del General Perón.
Estos mismos sectores a los que me refiero, confunden, o mejor dicho invierten el significado político del Partido Justicialista. El General Perón aclaraba que el PJ es una herramienta electoral del movimiento. Es decir, que es una herramienta circunstancial en la estrategia del movimiento peronista y de sus organizaciones que la componen. Estos sectores, son los que desde el 74’ a la fecha, han instalado en las generaciones siguientes, y en particular en la militancia popular, al pragmatismo como concepto natural y totalizador de la concepción y práctica del peronismo. Y esto es un engaño garrafal, por que lo pragmático no pone en su centro de gravedad ninguna propuesta superadora, dado que está en su “naturaleza”, “es así!”. Como lo describía anteriormente, los reduccionismos no permiten un mayor desarrollo teórico en la organización política, de acuerdo a los acontecimientos que se observan. Y eso es lo que se instala permanentemente desde que la derecha peronista se hizo del movimiento desde el 74’ a la fecha, priorizando la funcionalidad de un partido político, por sobre la estrategia del movimiento nacional y popular (lo particular por encima de lo general).
En relación a lo expuesto, hay un artículo escrito por Jorge Giles, actual Director del Museo Islas Malvinas, publicado el Lunes 3 de Noviembre del corriente año, en la web “Infonews”. Describe una entrevista realizada a Néstor Kirchner, titulado “El casete de Néstor Kirchner” (entrevista realizada el 17 de Octubre de 2002), y la que el compañero caracteriza claramente en aquél momento lo siguiente: “El justicialismo ha dejado de representar lo que tiene que representar: una herencia policlasista histórica, con sectores medios, con trabajadores, y se ha convertido en un partido aliado de los sectores de la economía concentrada. Los frentes que hacía el justicialismo en sus mejores épocas eran frentes nacionales con sectores progresistas de la socieda. Desde la época menemista, fueron con los sectores más conservadores y liberales. El PJ ha sufrido una mutación, ha dejado de expresar lo que expresaba y lo aprovechan para, en base a la identidad social que tienen, a la inserción social y a lo que significa el peronismo y significó el liderazgo de Perón y Eva Perón, a lo que significó como transformación y evolución de la sociedad, tratar de colocar ese fuerte basamento popular para sustentar un proyecto que nada tiene que ver con el peronismo. Antes debatíamos por ideas, por proyectos, pegábamos algunas pancartas, tirábamos algunos tiros, pero peleando por el país que se quería; la lucha era ideológica..” (sic).
Néstor Kirchner, en esta descripción resalta al pejotismo liberal y conservador que utiliza la identidad popular del peronismo en desmedro de las mayorías, y en beneficio del capital concentrado. Tanto se aplicaba el pragmatismo, que valía cualquier cosa para ubicarse en la centralidad del poder político, aliado al poder económico dirigido por el Tío Sam.
El “Bebe” Cooke, personalidad de consulta y de práctica política, para los que adherimos al nacionalismo popular y revolucionario, siempre fue anulado por el olvido y la indeferencia de la oficialidad conservadora y liberal del movimiento. Pero el fuego que dejó este cuadro descomunal, se prenderá cada vez que se intente ir por el camino del retroceso político de un proceso, desacelerando el avance de las conquistas populares, por el hecho de ser “pragmáticos” y mantenerse en la centralidad del poder a cualquier precio.