“Creo que lo verdadero es lo que se instala en la vida por repetición”

Por Natalia Lliubaroff y Gabriela Borrelli Azara

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo surge su primer guión?

José Campusano: Mí primer guión de largometraje lo escribí a los 14 años, en el 78, y en varios aspectos era muy similar a los que escribo hoy en día, me había obsesionado con él, abordaba la realidad de una secta norteamericana que funcionó en nuestro país en tiempos de la dictadura y captaban jóvenes de clase media alta, los sometían a una dieta que los debilitaba notablemente, les proponían rezar bajo frazadas para generarles sopor constante y repentinamente desaparecían al llegar a EEUU.

APU: Muchas veces recalcó en entrevistas que sus historias y personajes de ficción surgen de hechos verídicos. ¿Cómo es el trabajo de trasladar una historia, una personalidad real, a la ficción?

JC: El trabajo de trasladar personajes reales a la ficción es muy sencillo, creo que lo verdadero es lo que se instala en la vida por repetición, por eso todo aquello que se repite en el ser transformándose en habitual no tiene nada de casual y es lo que prima al momento de realizar un film, en desmedro de lo que a uno como director y guionista se le ocurra. Las preguntas claves a formular son: ¿qué harías y qué dirías en tal situación? Yo creo que partiendo solo de las respuestas a estas dos preguntas tenés ya un guión sumamente original.

APU: Desde tu primer film el cine argentino se enriqueció con historias y personajes genuinos que estaban por fuera de la pantalla comercial, no tenían representación de ningún tipo y vos abriste el canal. ¿Cómo surgió?

JC: Creo que existe, sí, un complot secular que no tiene nada de casual en función de que el audiovisual traslade mentiras insistentemente a fin de lograr que lo verdadero pase a resultar falso, es como que según el canon, para desarrollar una verdad tenés que transformarla de alguna forma en una mentira (en puesta actoral, en puesta de luces, de sonido o en el código de representación en general) ya que como verdad de seguro pasaría a ser objeto de burla, como todo aquello que se diferencia de algún modo de algo tan horrendo para el desarrollo de las culturas como puede ser la instalación de diferentes modas, en el ámbito que sea; las modas son manejadas por pocos y aseguran un beneficio y poder a pocos, la moda en el cine por ejemplo se relaciona con los códigos del cine comercial instalados como norma creativa, un verdadero espanto.
De esa forma el cine manejado por privilegiadas élites generalmente capitalinas se asegura de ser la carta de presentación de un pueblo a nivel internacional, cuando invariablemente el escaso número de personas que manejan ese cine no conocen ni desean conocer en profundidad la vida en las periferias.

APU: Tiene una productora, Cinebruto. ¿Cómo nació y por qué?

JC: Cinebruto nació como una suerte de enlace entre un área tan restringida y piramidal como lo era el cine hace 10 años, con la riqueza y complejidad de la verdadera comunidad, basando los contenidos en la fuerza de la anécdota real, más aun incluyendo a la verdaderas personas en materia de, justamente, contenidos, personificación, producción y posterior difusión; por ejemplo, este mes se están proyectando en diferentes instancias todas nuestras películas de ficción producidas hasta el momento, y en muchos casos quienes las acompañan son sus protagonistas.

APU: Muchos descubrieron tus películas gracias al Festival Internacional de Cine de Mar del Plata y se criticaba tu ausencia en el Bafici. ¿Qué significó para vos exhibir Placer y Martirio en ese marco?

JC: Mar del Plata de la mano del amigo José Martínez Suárez para nosotros fue una bendición, un lugar de privilegio donde el cine comunitario que cultivamos tuvo un espacio propio. El haber proyectado Placer y Martirio en el Bafici significa, entre otras cosas, que con el cambio de dirección felizmente se disolvieron esas instancias de marcado amiguismo que imperaron impunemente durante tantos años perjudicando a algunos directores argentinos en especial y latinoamericanos en general.

APU: Desde su primera película de ficción hasta la última, muchos críticos coincidieron en un increscendo de refinamiento estético. ¿Coincide con esa mirada? ¿Sus últimos filmes son más "estéticos"?

JC: La pregunta es ¿cuál es el problema? ¿por qué molesta tanto? Si hubiéramos tenido el dinero suficiente para contratar un steady, un travelling, grúa o un dron en Vil Romance o Vikingo lo hubiéramos hecho. ¿Por qué se intenta remitir a un tipo de cine o a un director a un marco de precariedad técnica como si ello fuera un factor inquebrantable? ¿Qué se busca con ello?

APU: Es el presidente del Cluster Audiovisual de la provincia de Buenos Aires y presidente de FARA [Federación Audiovisual de la República Argentina]. ¿Qué es lo se viene impulsando desde estos lugares?

J. C.: Desde estas ONGs generamos políticas de acción en lo inmediato como ser: programa de teasers (cine próximo) que derivó en la actualidad en el primer festival internacional de teasers denominado FICIPROX, entre América Latina, Asia y África, los tres continentes que producen el 80% de las películas del mundo. También estamos con un festival destinado a detectar, visibilizar y fortalecer al cine producido en las entrañas de nuestras provincias denominado Festival Cine con Riesgo, El Festival de Todas las Provincias. Por otro lado tenemos un programa denominado Talento Integrado, que propone realizar largometrajes de 60 minutos mínimo y en 5 días, a fin de activar a integrantes de nuestra entidad siempre en pos de trabajar de cara a la comunidad. Además estamos con proyectos de co-producción entre los Clusters Audiovisuales de: Bariloche, Valles de Patagonia Norte, Cluster Nea (Chaco y Corrientes), el Cluster Rosario y el nuestro CAPBA.

APU: ¿Cómo es la experiencia de hacer cine de manera comunitaria?

JC: Es una experiencia de diálogo y de crecimiento mancomunado, donde el control y los resultados pierden peso abriendo las puertas a otra gama de contenidos que de por sí ya están sucediendo, generando productos audiovisuales menos efímeros que los generados por el cine comercial o el cine de autor. Manteniendo en vigencia los principios de incluir y confiar en los diversos sectores de la comunidad, se obtienen películas testimoniales y poéticas desde otro lugar, y se resignifican así los términos “cooperativo” y “comunitario”.

APU: ¿Es cinéfilo? ¿Hay algún director que lo haya marcado? ¿Alguna película en particular?

JC: He visto mucho cine y me han fascinado por ejemplo los fims argentinos: Los Chantas (de José M. Suarez), Hijo de Hombre (de Lucas Demare), Fin de Fiesta (de Torres Nilsson), Buena vida delivery (de Di Cesare), El Cielito (de Victoria Menis), etc.

APU: Creemos que hay un especie de Dogma Campusano, esto quiere decir que sus películas se reconocen con solo ver 15 segundos en una pantalla, hay una identidad visual que fue construyendo que creemos que va más allá del tema que trata, sean personajes del conurbano bonaerense o de la clase media alta de puerto Madero. ¿Lo ve así? ¿Dónde cree que reside esta particularidad?

JC: Podría ser, no lo tengo tan analizado, pero creo que tal vez una particularidad de nuestro cine radica en el hecho altamente significante de que la composición en general, los modos del habla y la forma de alimentar las instancias del drama se basan en la heterogeneidad como bien supremo, cuando algunas veces se apuesta a una dudosa homogeneidad que si bien puede resultar cadenciosa, poco tiene que ver con los rigores de la verdadera existencia, y ¿qué es verdadero? insisto, aquello que se instala por repetición.

Filmografía

Legión, tribus urbanas motorizadas (2006).
Vil Romance (2008).
Vikingo (2009).
Fango (2012).
Fantasmas de la ruta (2013) Desde el Domingo 7 de junio a las 23 hs.
por INCAA TV.
El perro molina (2014). Se exhibirá en el Centro Cultural Haroldo Conti ( Av. Libertador 8151) el viernes 29 de mayo a las 19 hs. Con la presencia de su protagonista Daniel Quaranta
Placer y Martirio (2015). Estreno el 2 de julio en los cines.