El FBI desbloqueó Apple
Por Laura Lacaze*
Tras casi dos meses de batalla judicial el FBI logró acceder al iPhone utilizado por Syed Rizwan Farook, uno de los responsable por la masacre de San Bernadino, sin la cooperación de Apple. El 16 de febrero el FBI obtuvo un fallo sin precedentes por el cual la compañía fue forzada a desarrollar un software capaz de vulnerar sus propios protocolos de seguridad. Dicha sentencia fue apelada y quedó en suspenso hasta que el pasado el pasado lunes 28 el FBI se presentó ante la justicia para cerrar el caso, luego de anunciar que consiguió acceder al dispositivo. La buena noticia, argumentan desde la compañía, es que se evitó crear un precedente legal que hubiese habilitado a acceder de forma masiva a otros dispositivos en el futuro. De todas maneras, existen otras múltiples causas en diversos lugares de los Estados Unidos que continúan activas. Esto sucede mientras existen proyectos que llevarían a quebrar la delgada línea que separa en los Estados Unidos los procedimientos de inteligencia vinculados a la defensa nacional y aquellos relacionados con la seguridad doméstica.
No se tienen detalles sobre el procedimiento que posibilitó al FBI acceder al teléfono aunque la agencia informó que un tercero no gubernamental le acercó una propuesta de método para acceder al dispositivo. El medio israeli Yedioth Ahronoth informó el día 23 de marzo que la firma Cellebrite, que provee software forense para dispositivos móviles, estaba colaborando con el FBI en el acceso al iPhone de Farook. Cellebrite es una empresa con base en Petah Tikva (Israel) fundada en 1999 y subsidiaria de la japonesa Sun Corporation. Las divisiones de Celebrite se extienden a Estados Unidos, Alemania, Singapur, Brasil, Inglaterra, Francia, Canada y China.
La vigilância masiva y los delitos comunes
En términos legales, la estructura básica de la vigilância digital practicada a escala global por los Estados descansa sobre la Ley Patriota sancionada en 2001, con sus modificatorias, y en las cortes secretas vinculadas a Ley de vigilancia de inteligencia exterior (Cortes FISA). En estas, se establece que el principal objetivo de la vigilancia masiva es conformar un sistema de información capaz de colaborar en la lucha contra el terrorismo internacional. La Agencia de Seguridad Nacional (NSA, por sus siglas en ingles) coordina diversos programas orientados a recopilar, analizar y almacenar los miles de millones de datos que circulan diariamente a través de internet, lo que se hace sin necesidad de ninguna orden judicial previa. Por lo que se sabe hasta el momento, el procedimiento a partir del cual esa información era compartida con las agencias encargadas de la seguridad doméstica en ese país se hacía tras requerimientos puntuales y después de un procedimiento de filtrado por parte de la NSA.
En este sentido, lo que está en debate esta semana, es un proyecto a partir del cual se posibilitaría a agencias como el FBI acceder a las bases de datos de la NSA de forma directa, permitiendole así ganar conocimiento sobre informaciones reunidas sin ninguna garantía judicial para alimentar sus investigaciones sobre delitos comunes. En el día de ayer Robert Litt, Asesor General del Director de Inteligencia Nacional de los Estados Unidos, admitió que se está trabajando en un proyecto en ese sentido, pero negó que el mismo tenga el alcance que se le adjudica.
*Maestranda en Relaciones Internacionales de la UFSC. Investiga sistemas de vigilancia masiva.