CELS: Informe de inteligencia

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CELS: Informe de inteligencia

19 Julio 2016

 

Por Santiago Gómez

El Centro de Estudios Legales y Sociales (CELS) difundió su informe anual. En el mismo dedicó un capítulo a analizar el problema de los organismos de inteligencia en nuestra democracia. Señaló que a partir de la firma del Memorándum con Irán se generó un conflicto como nunca antes con esos organismos. Conflicto que vino a desencadenar la confrontación abierta de una crisis interna. Organismos que comparten información con los servicios de inteligencia de las potencias militares. El CELS afirma lo mismo que Marcelo Saín: Antonio Jaime Stiusso, si es que así se llama, no ocupaba el lugar relevante dentro del Servicio de Inteligencia del Estado (SIDE), que obtuvo con la llegada de Néstor  Kirchner al gobierno. Fue Cristina Fernández de Kirchner quien decidió romper con la imposición de la política externa estadounidense y firmó el acuerdo con Irán, aunque se ganara un conflicto con las principales instituciones judías, que probaron dedicarse a grabar y pasar las conversaciones con el canciller argentino.

A partir del caso AMIA el informe va desenhebrando un tejido que está a la vista de quienes circulan por los pasillos de los tribunales y les conocen las caras a los que pasan de la facultad a pasar información a los servicios de inteligencia. Es que hace al trabajo de diversos profesionales el análisis y procesamiento de información que otros recolectan y hace a la tarea de los abogados el buscar pruebas, tener información que podría afectar el interés y el patrimonio de las personas, por eso son los elegidos, junto con los contadores, para esconder dinero en guaridas fiscales o construir sociedades truchas, poner testaferros.

En relación a la reciente creación de la Agencia Federal de Inteligencia, el CELS señala el problema que se debió enfrentar. “El diseño de un sistema de inteligencia presenta dos grandes núcleos de decisiones. Por un lado, el perfil de las diferentes agencias, sus atribuciones, misiones y recursos: más militarizado u operativo, de corte policial o más orientado a entrecruzar información con un cuerpo de analistas. Por otro lado, el reparto de las competencias y la colaboración entre las distintas agencias. Definir con precisión los roles de cada una de ellas es crucial para limitar sus acciones y facilitar la rendición de cuentas”.

El modelo escogido para la AFI fue el armado de un equipo de profesionales de diversas disciplinas encargados de analizar la información que otros recolectan, porque se concibió que la inteligencia no es espiar, es analizar la información que hay disponible y producir conocimiento. Para ello se recurrió a personas vinculadas a las universidades, centros de estudios e investigaciones, usinas de información, dedicadas al manejo de datos para la obtención de conocimientos. Personas que viven de usar su inteligencia, de ello se trata el trabajo intelectual. El aparato de inteligencia con el que se encontraron, golpeado dice el CELS, aunque también reconoce que es el del golpe, era un aparato vetusto, con personas acostumbradas a no usar la inteligencia, sino a obtener información ilegalmente, para influir en las decisiones de políticos, jueces, fiscales y empresarios.

El antes y el después

“Durante 2014 y 2015, como nunca antes, irrumpió como un problema político el funcionamiento de los organismos de inteligencia, su amenaza a la gobernabilidad y sus vínculos con los tres poderes del Estado”. Así comienza el punto 4, titulado “El sistema de inteligencia en democracia. Una agenda de derechos humanos”. Desde el inicio, el informe aborda el caso AMIA, que es el caso Nisman, que es la imposición del sentido del atentado impuesta por los Estados Unidos a través de Israel, en el marco de su disputa mundial por los recursos energéticos, en la que colocó a los árabes como enemigos. Baste recordar “Para leer al Pato Donald”, de Ariel Dorfman. Y hablar de los Estados Unidos es hablar de Stiuso, a donde viajó después de  encontrarse con una periodista en un bar de Belgrano y darle una entrevista. Según el periodista Martín Sivak, ese es el bar en el que para Stiusso, con quien desayunó 50 veces. Martín Sivak, recordemos, escribió un excelente libro sobre Clarín, la era Magnetto, sobre Evo Morales, quien llegó a confiar tanto en él que lo hubiera hecho embajador de Bolivia. Sivak dice haberle comentado a un amigo que creía estar frente al gran espía argentino, que le pidió le mandara una foto y le confirmaría. Dónde trabajarán los amigos que pueden acceder a esos datos.

El informe recuerda que Diego Lagomarsino visitó a Nisman el sábado a la tarde y que este dijo que fue a llevarle un arma. Después de un día entero sin comunicación con Nisman, la policía federal ingresó junto con la madre al departamento, lo encontraron muerto dentro del baño y un arma cerca de él, la que dijo haberle entregado Lagomarsino. La investigación cayó en manos de la fiscal Fein y la jueza Palmaghini se la quitó. Le tomó declaración a Stiuso, se declaró incompetente, pasó la denuncia a la justicia federal, donde trabaja la hija de Stiusso, en el juzgado de Servini de Cubria, y presentó una denuncia penal contra Fein, porque según Stiuso, en enero de 2015 había declarado que creía que Nisman fue asesinado y Fein no lo anotó. La denuncia contra Fein fue desestimada y la Cámara del Crimen de la Ciudad Autónoma de Buenos Aires confirmó el pase al fuero federal.

“El fundamento de Palmaghini para remitir la causa al fuero federal es contradictorio con sus decisiones anteriores: afirma que hubo una manipulación de las computadoras y de los teléfonos del fiscal y que no se puede descartar que haya habido acceso a su correspondencia, algo que, si hubiera ocurrido, sería un delito federal. Las constancias que avalarían esta hipótesis estaban en el expediente desde meses antes, pero la jueza recién en ese momento las utilizó como argumento para declararse incompetente”, dice el CELS y recuerda que un esquema similar se advierte en la causa por espionaje y venta de información “contra el ex jefe de la Secretaría de Inteligencia (SI), Juan Yofre; el general Daniel Reimundes; el editor del sitio SEPRIN, Héctor Alderete, y los periodistas Carlos Pagni y Roberto García, entre otros”, otro de los hechos vinculados con el aparato de espionaje que apareció en los medios.
 
Esa causa cayó en el juzgado de Sandra Arroyo Salgado, ex esposa de Alberto Nisman, que llegó al juzgado después de que Nisman fuera nombrado al frente de la Unidad Fiscal AMIA y siguiera las instrucciones de Néstor Kirchner de trabajar junto a Stiusso. Después de la muerte de Nisman anuló su propia resolución a través de la cual los procesó en 2012 y cerró la causa. Entrevistado por Diego Sehinkman en Conversaciones de La Nación, Yofre dijo que la causa fue una operación de la SIDE. Para qué, preguntó el periodista. Yofre respondió: “no eramos pichones los que estábamos ahí atrás. Yo estoy semi retirado, pero Roberto García no está retirado, Carlitos Pagni no está retirado, Edgar Mainhard no está retirado, ya está. Me olvidé. No tengo bronca. Estuve ocho años en la ganchera, ya está” (14'58''), dijo como pidiendo la escupidera.

El Director Ejecutivo del CELS, Gastón Chillier, también fue entrevistado en el espacio Conversaciones en ocasión al mencionado informe, pero por el abogado y periodista Hugo Alconada Mon, que cuando le advirtió a Chiller que mencionó poder judicial y SIDE en la misma oración, el Director del CELS le respondió “no es casual y vos lo sabés bien. Uno haciendo el balance de las preocupaciones... Muchas veces queda invisibilisada la relación con los derechos humanos, pero es una de las preocupaciones del sistema democrático, como vos lo venís planteando, y muchos otros, es el sitema de inteligencia en la Argentina”.

No todo empieza con K

“La crisis del sistema de inteligencia no comenzó con la separación de Stiuso ni con la muerte de  Nisman, pero estos hechos exhibieron las rupturas que ya estaban operando y marcaron el reingreso de la cuestión a la agenda pública, con la potencia política, social y mediática que le dio una muerte violenta”, dice el informe. Señala que “el dominio de la línea operativa de Stiuso, ante otras minoritarias de la inteligencia estatal, se había sostenido en relaciones y acuerdos con líneas internas de los distintos gobiernos, con operadores políticos, sectores de la justicia y estudios jurídicos de mucha influencia, empresarios, lobistas y servicios de inteligencia extranjeros”.

El informe también recuerda que “desde los primeros años del gobierno alfonsinista hasta hoy, sectores políticos, académicos y sociales advirtieron sobre la necesidad de promover reformas en el sistema de inteligencia”. Debemos recordar que los sectores académicos tienen su lugar en el aparato de inteligencia. Naturalmente deben tenerlo, ya que son usinas de información. Recordemos que muchos de los radicales que fueron destinados a la SIDE venían de la Franja Morada, recordemos a Lautaro García Batallán como vice ministro del interior el 19 y 20 de diciembre del 2001, histórico dirigente radical de la facultad de psicología. Algunos recordarán la violencia desplegada por estos sectores durantes las elecciones universitarias de octubre de 2001 en las facultades de la UBA, en que se expresó el comienzo de la izquierda ganando los centros de estudiantes, por la alianza radical con el neoliberalismo, y donde muchos de los actuales jóvenes dirigentes estaban conduciendo agrupaciones.

Vuelven los neoliberales y vuelven ellos

El informe del CELS señala que con la llegada de Gustavo Arribas a la Agencia Federal de Inteligencia, “también nombraron director de finanzas a Juan José Gallea, quien había ocupado ese cargo durante el gobierno de la Alianza y había sido director financiero del Grupo Veintitrés, de fuertes relaciones con la SI”. Sergio Spolsky no sólo está ligado al Grupo Veintitrés, sino también está vinculado a la AMIA, fue su tesorero, lo denunciaron por llevarse la que no debía, lo mismo que hizo su familia con Banco Patricio, y según La Nación en la City decían que fue él el que llevó el banco al desastre, donde ya trabajaba de lobbista. Szpolski, según afirmó Alejandra Rey en La Nación en una nota del 20 de marzo de 1998, como tesorero de AMIA, brindó ayuda financiera a entidades judías con problemas financieros.

El CELS dice en su informe que “dos teorías pretenden explicar el atentado”, señalando la pista iraní, implantada por los Estados Unidos, y la pista siria, que alguos periodistas vincularon a una deuda que el ex presidente Carlos Menem no habría pagado de recursos que consiguió en el país de origen de su familia. Pero hay una tercera tesis, que compartió el periodista Juan José Salinas, contratado por la propia institución para investigar el atentado, pero que como su trabajo no nutría la acusación a los iraníes lo sacaron. Salinas dice que el atentado podría estar vinculado al negocio de tráfico de drogas.

“Lo que si sé es que los atentados a la Embajada de Israel y a la AMIA estuvieron motivados en mexicaneadas de intermediarios judíos en el lavado de dinero procedente del narcotráfico y posiblemente también del tráfico de armas; que el sospechoso clavado de haberlos instigado fue Monzer al Kassar, que era socio de Pablo Escobar… que durante años lavó el dinero producido por el tráfico de cocaína a través de una red de sinagogas e instituciones judías de la Costa Este de los Estados Unidos y fue asesorado por antiguos jefes del Mossad y del Shin Beth”, publicó en el portal Pájaro Rojo.

Según informó PERFIL, primer medio al que Stiusso le dio una entrevista, Sergio Szpolski se habría pasado al rubro de la seguridad. “Aunque Szpolski lo niega de forma rotunda a quien se lo pregunte, hace varios meses desembarcaron en Puerto Madero tres hombres fornidos que llamaron la atención de las recepcionistas. Hablaban en inglés y en hebreo, y pidieron ver al hombre que fundó y abandonó al Grupo Veintitrés. Se tratarían de los representantes de la empresa SLS Consulting & Training, creada en Tel Aviv en 2002, y que abrió su filial en Buenos Aires bajo el nombre SLS Argentina. La empresa está dirigida por militares de alto rango del ejército isarelí, uno de ellos ex jefe de las fuerzas especiales de la policía y otro ex jefe del Ministerio de Defensa”, publicó el diario.

Se necesita un personaje para contar la historia

El informe del CELS sirve para observar cómo es que funcionan la operaciones dirigidas por los servicios de informaciones. Cuenta cómo comenzó la historia de la Traffic. “A pocas horas del atentado, un equipo de emergencias del Ejército de Israel que participó de las tareas de búsqueda de sobrevivientes aseguró que el atentado había sido producido por un coche bomba conducido por un terrorista suicida. Entre los escombros del edificio, se hallaron autopartes de una camioneta Renault Trafic, entre ellas, algunas piezas con la numeración intacta que correspondían a un vehículo que se había incendiado en marzo de 1994. Telleldín era el último propietario y había comprado la camioneta para usarla en la cadena del comercio ilegal de vehículos. Tenía vínculos con efectivos de la División Sustracción de Automotores de la Policía Bonaerense, encabezada por el subcomisario Juan José Ribelli, a quienes les entregaba dinero o autos a cambio de que le permitieran seguir con su negocio”.

Stiusso y Jorge Luis Lucas, que encabezaba la Dirección de Contrainteligencia  de la SIDE, formaban parte del sector de la SIDE que desde el comienzo participó de las investigaciones junto a la Policía Federal, recordemos que también participaron miembros de las fuerzas de seguridad de Israel. “En 1997 a Ribelli recibió un video en el que se ve al juez Galeano negociando con Telleldín. Nunca se esclareció quién robó el video de la caja fuerte del juzgado ni quién fue el responsable de su filtración a la prensa, pero es muy probable que se haya tratado de una interna entre sectores de la SIDE y de la inteligencia de la Policía Federal”, dice el informe del CELS. También recuerda que entre las consecuencias de la filtración del video, se supo que el prosecretario de Galeano, Claudio Lifschitz, era un agente de inteligencia infiltrado ahí por la Policía Federal. Sabemos que por culpa de ese armado, que se probó en la justicia, llevan años y años los familiares y seres queridos de las víctimas esperando justicia. Y pueden seguir esperando.

Memoria Activa, con el patrocinio del CELS y el Centro por la Justicia y el Derecho Internacional, consiguió que la Comisión Interamericana de Derechos Humanos registrase las irregularidades de la investigación de Galeano en el informe del comisionado Claudio Grossman.

El hilo invisible

“La parte más importante de la investigación del encubrimiento del atentado es juzgada desde agosto de 2015 por el Tribunal Oral Federal no 2. Están acusados el ex presidente Menem, Anzorreguy, Anchezar, Finnen, el ex juez Galeano y los entonces fiscales Eamon Mullen y José Barbaccia. También están acusados los ex comisarios Jorge “El Fino” Palacios y Carlos Castañeda, así como Telleldín, su esposa Ana María Boragni y su abogado Víctor Stinfale”, señala el CELS. Recordemos: Palacios primer jefe de policía elegido por Macri. Stinfale, recién liberado por la muerte de cinco jóvenes por consumir drogas sintéticas vendidas en fiestas a las que está vinculado en la organización.

Lo que aún no sabemos es si el Gustavo Arribas mencionado en el pedido de elevación a juicio de la causa por el atentado a la DAIA/AMIA, realizado por los fiscales Eamon Mullen, José C. Barbaccia y Alberto Nisman, que aparece habiendo reconocido el cuerpo de Fabián Schalit, que se encontraba en la sede de la AMIA realizando un trámite de sepelio junto a su hermano, es el mismo que está al frente de la AFI. En el mismo pedido de elevación a juicio también se informa que el cuerpo de su hermano Pablo Néstor Schalit fue reconocido por Samuel Fabián Saul. Podría tratarse del mismo Gustavo Arribas que está en la AFI ya que Fabián Schalit fue amigo del actor Martín Seefeld, productor de la película de espías “Los simuladores”, y Seefeld festejó su cumpleaños del 2012 en la casa de Arribas.

La protección judicial

“En el trámite de este expediente se puede apreciar con claridad la protección de la que han gozado funcionarios políticos, judiciales y ex policías. Antes de ser designado juez federal en 2005, Lijo se desempeñó como secretario de la camarista Riva Aramayo quien tuvo una intervención determinante en la maniobra de encubrimiento del atentado”, afirma el CELS.

Muchos de los fiscales, jueces, secretarios, prosecretarios mencionados en el informe aún continúan dentro del poder judicial. Los abogados manejan demasiada información. Son a quienes recurren los empresarios para armar una sociedad, saben quiénes son los testaferros, saben dónde y a nombre de quién están las cosas. Y cuando los abogados son exitosos, son convocados por personas cada vez más ricas y los secretos encarcen sus honorarios. Pero si presta atención también el que recibe los trámites accede a toda esa información.

Otros que tienen mucha información son los contadores. Cuando Ernst & Young, una de las cinco transnacionales de auditoría contable más grande del mundo, se instaló en nuestro país, fue necesario que al estudio se sumara el contador Lisdero, histórico contador del Grupo Macri. Estudio que sabe de dónde salía la plata cuando Macri estaba en Boca, puso a los jugadores a cotizar en la Bolsa, y el que estaba ya ahí era Gustavo Arribas. Sector financiero y servicios de inteligencia van de la mano. Alguien siempre tiene la información de dónde está lo escondido y ese secreto sale caro. Esto fue muy bien relatado por el escritor inglés Frederick Forsyth, que reconoció hace poco haber colaborado con el servicio de espionaje de su país, en su libro "Perros de la guerra". Ahí puede verse al detalle cómo son los procesos administrativos a través de los cuales se deposita el dinero en el exterior. De eso Arribas sabe mucho.

Otros temas relevantes

El informe del CELS también abordó otros temas que estuvieron en la agenda mediática, en las que se mencionó que el aparato de espionaje estaba trabajando.

Proyecto X

El CELS expresa que cuando se mencionó el Proyecto X, sofware dondado por los Estados Unidos a la Gendarmería en los años noventa, se visibilizó que “ Gendarmería utilizaba a personal encubierto para reunir información, que luego almacenaba, sobre organizaciones sociales y participantes de protestas.19 Por otro lado, que las tareas de inteligencia e identificación de personas eran utilizadas para iniciar causas penales contra referentes sociales y activistas políticos”.

El aparato de Milani

El CELS reconoce que hay quienes explicaron el aumento presupuestario en el área de inteligencia militar por la insubordinación de Stiuso, recursos que se habrían utilizado para comprar equipamiento de interceptación de información, pero que eso no se ha podido ser probado.

El informe está bien escrito, es claro y merece una lectura directa, excede en mucho a un simple acercamiento periodístico. Aquí el link.

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