Causa por contrabando: cuando Fayt falló contra Macri
Por Nicolás Adet Larcher
Referirse a Carlos Fayt es hablar, inevitablemente, de los últimos 32 años de la Corte Suprema de Justicia de la Nación de la que formó parte a través de sus fallos en conjunto con los demás jueces y sus disidencias. Ante los textos urgentes frente a su fallecimiento, los medios, periodistas y políticos cercanos al oficialismo optaron por recordarlo como el juez que se opuso a “la presión K”, dejando de lado otros elementos que también enriquecen las memorias del ex juez.
Fayt falleció a los 98 años de edad. Integró el máximo tribunal hasta el año pasado, cuando dio un paso al costado un día después de que Cristina Fernández de Kirchner finalizara su mandato. El magistrado nació en Salta: se trasladó a Buenos Aires de chico con su familia, pero eso no le impidió unos años después la posibilidad de ser candidato en la provincia del norte en 1958 en plena prescripción del peronismo a nivel nacional.
A la Corte Suprema llegó en 1983, bajo el gobierno de Raúl Alfonsín, y en ese cuarto piso del Palacio de Tribunales permaneció durante 32 años. El abogado Gustavo Arballo recordó a Fayt a través de sus sentencias. En particular, hizo mención a su voto favorable en Sejean de 1986 para que las parejas pudieran divorciarse, su voto en el caso Bazterrica del mismo año que determinó la inconstitucionalidad de la criminalización de la tenencia de estupefacientes par consumo personal (Fayt votó en disidencia en este caso pero después cambió de posición en 2010) y el apoyo a la personería jurídica hacia la Comunidad Homosexual Argentina (CHA).
En otras variables de ese juez que tuvo firmas interesantes en esos años, llegado el nuevo siglo, Fayt votó en disidencia para anular las leyes de Obediencia Debida y Punto Final, a la vez que también se permitió otros votos que generaron polémica como en el caso de la constitucionalidad de la Ley de Servicios de Comunicación Audiovisual en 2013, donde votó en disidencia.
En los últimos años, Fayt había sufrido un deterioro evidente que lo alejó del desgaste constante por la corte para recluirse con mayor frecuencia en su casa. Frente a eso, se comenzó a cuestionar su continuidad en el tribunal. El periodista Horacio Verbitsky afirmó que no reconocía ni a su asesor. La periodista Irina Hauser relató que se desviaba en las discusiones entre monólogos repetitivos. “Petracchi solía irritarse cuando Fayt, en lugar de tratar el caso que estaban discutiendo, monologaba sobre cualquier tema”.
En una entrevista durante ese tiempo, Fayt intentó aclarar la situación de su salud. Leyó un texto mientras su voz salía por la radio; para la periodista esto revelaba dos cosas: “El juez puede leer un texto de cierta extensión, pero no puede mantener ese discurso por sí mismo”.
En disidencia
En el 2002, cuando llegó a la Corte Suprema la causa de tráfico de autopartes que involucraba a Mauricio Macri y Franco Macri, los jueces que integraban la corte menemista de mayoría automática Julio Nazareno, Eduardo Moline O’Connor, Antonio Boggiano, Guillermo López y Adolfo Roberto Vázquez votaron a favor de absolver a la familia Macri en la causa. Fayt votó en disidencia junto a César Belluscio y Enrique Petracchi.
En 2001, Macri había sido procesado siendo presidente de Boca junto a Franco, su padre por el delito de contrabando de autopartes. Dicha causa se había iniciado en 1997 cuando se difundió el mcanismo que la empresa Sevel de la familia utilizaba para vender autopartes hacia Uruguay. Después de eso, vendía autos terminados para Argentina. La firma de los Macri – según lo investigado por la justicia – se beneficiaba con un arancel diferencial en la transacción. Utilizaban una empresa fantasma llamada Opalsen S.A. que era controlada por Sevel en la Argentina. La investigación había detectado exportaciones desde 1993 con vínculos establecidos entre Sevel Uruguay y otra empresa, Drago S.A. que también controlaba la familia Macri. Este caso se analizó a través de otra nota.
Cuando la causa llegó por una apelación a la Corte luego de una absolución en una instancia anterior, los jueces afines al menemismo decidieron que no había delito. Con la llegada de Néstor Kirchner en 2003, la comisión de Juicio Político del Congreso acusó a los jueces por mal desempeño entre otros señalamientos, que los obligó a renunciar. Entre las causas por las que se inició el juicio político a los magistrados figuraba su desempeño en “el caso Macri”.
En los años siguientes, Fayt tuvo como compañero a Lorenzetti con el cual coincidió en un gran porcentaje de fallos que fueron emitidos durante la última década. Para Lorenzetti, Fayt era necesario y además el quinto integrante en permanencia otorgaba la posibilidad de “desempatar” en caso de posiciones divididas dentro de la corte.