Indio, pajaritos "bravos" muchachitos y la providencia (segunda parte)
Por Javier Tucci
El fenómeno entre la híper, la convertibilidad y el que se vayan todos
La emergencia social, política, económica y hasta cultural que se dio entre1989 y el 2001, posibilitó el nacimiento de nuevas formas de identificación, diversas acciones y delimitaciones como el alejamiento de la familia, la inclinación al nomadismo, el descreimiento político, el ritual y la devoción, entre otros territorios forjados por el joven ricotero. Se asistió a una época de grandes transformaciones culturales que obligaron a pensar y repensar un nuevo modo de ser sujeto.
La identificación del joven ricotero de los ’90 se posicionó creando un camino precursor en lo que respecta a un fenómeno de masas dentro de un movimiento social como el rock. El proceso de identificación entre los seguidores (de ahora en más Las Bandas) y el producto artístico Redondos-INDIO, funcionó como trinchera sociocultural sin distinción social alguna, conformando un tejido de lazos culturales en contraposición a un sistema digitado para vaciar nuestra cultura popular. Por su parte la globalización de la economía noventista elevó la exclusión social, formando una homogeneización cultural y un individualismo en las relaciones sociales. En medio de aquel escenario, el joven en nuestro país supo posicionarse reinventando su visión del mundo en un proceso en que se lo subestimó y se lo caracterizó como ser efímero y fugaz.
En una entrevista que le realizara a Ricardo Mono Cohen, más conocido como Rocambole, en el año 2004, el artista plástico y responsable de arte visual de Los Redondos decía que “con el tiempo el público de los Redondos ha ido variando. En un momento dado eran grupos como muy modernos, gente de Buenos Aires de la década de los ’80, la bohemia que estaba en la vanguardia musical y estética en lugares donde aparecía esa nueva estética de la época. Después ese público se retiró ante la presencia de los pibes que bajaron de los suburbios”.
La construcción de identidad de un actor social, individual o colectivo, proviene de la confrontación con otras identidades, lo que implica una relación desigual, luchas y contradicciones.
Aguante para la salvación
El apoyo incondicional a las bandas -en la jerga rockera o futbolera más conocido como ‘Aguante’-fue la mayor significación en este proceso de desterritorialización. Los diferentes lazos socioculturales que se conformaron y se afianzaron hacia fin del milenio en nuestro país, buscaron “salvarse” de todo aquello que los oprimiera y sometiera al funcionamiento de un poder institucionalizado con premisas neoliberales.
Dice Michael Foucault en ‘Hermenéutica del Sujeto’: “La salvación permite pasar de la muerte a la vida y está ligada a la dramaticidad de un suceso histórico; el que quiere salvarse es aquel que se encuentra en estado de alerta, resistencia y dominio”.
Salvarse a uno mismo significa librarse de una coacción que amenaza constantemente contra la libertad, la igualdad y la identidad, derechos que todos deben gozar desde el primer día de vida. La salvación y la libertad son captadas en el inconsciente colectivo desde la necesidad de intervención del otro como mediador; la orientación del sujeto requerirá de modelos, matrices de aprendizaje y de territorios en los que formar subjetividades críticas para interpretar el mundo. En este caso el otro como mediador lo conforman los pares y aquellas personas o expresiones en carácter de ídolo que se transforman en héroes o antihéroes-como el Indio-, salvadores que pululan en medio del espacio vacío que dejó la carencia familiar, institucional y estatal (en nuestro caso, la Argentina Neoliberal de los ’90).
El Fenómeno ricotero iba tomando forma entre el Negociado y la autogestión (1987-1991)
Debido a un considerado incremento en los seguidores, hacia finales de los años ochenta los integrantes de la banda se vieron con la necesidad de alquilar lugares más grandes, hasta compraron un antiguo cine en la Avenida Rivadavia en el que tocaron sólo una vez a causa de los desmanes provocados en el lugar. La gran cantidad de espectadores se convirtió en un problema para la seguridad de los lugares y para los mismos Redondos que se sentían acorralados ante los dichos de no tocar en Obras. Empero, no habiendo en el Buenos Aires de la época lugares en el que quepan más de tres mil personas, la banda acudió al mítico Obras Sanitarias.
El ya citado autor de ‘A Brillar Mi Amor’, Jorge Boimvaser, nos ayuda a enriquecer el tema Obras: “‘nosotros somos los que ponemos la gente’, decían los encargados de Obras. La gente comenzaba a meterse de prepo. Supongamos que entraban siete mil personas, entonces vendes seis mil entradas porque quinientos sé que se van a colar y no los voy a poder parar. En Obras no se podía hacer eso, a los Redondos no les dejaban manejar las boleterías”.
Sobre Obras el Indio consideraba: “ellos son los dueños y vos el número que esa noche va a hacerles gracia. La seguridad la manejan ellos y la guita la pasás a buscar al otro día y no tenés a tu gente supervisando todo. Una producción independiente como la nuestra, depende exclusivamente de que nadie se coma la guita de la banda, porque seguir tocando y grabando discos depende del hecho de que no haya un tipo que esté derivando los ingresos para su interés personal” .
Hay buitres en la tele que quieren matar
Para el tratamiento del fenómeno ricotero la mayoría de los medios masivos de comunicación formaron una opinión apocalíptica sobre cómo se llevaban a cabo los recitales, sobre todo cuando la banda comenzó a tocar por las provincias, lo que generó que los vecinos de los pueblos empezaran a convivir con el fantasma de esa violencia manipulada. Encerrados en sus casas, como esperando una guerra, los lugareños aguardaban aterrados la estadía alocada de los jóvenes “criminales”, llegaron a catalogar algunos medios sensacionalistas.
Desde la línea editorial del grupo Crónica -hoy parada en la vereda contraria- o Clarín, utilizaron la noticia sobre el producto y la figura social de los Redondos creando un terreno ficticio, basándose en titulares que sólo se encargaron de desvirtuar la realidad ¿Cuál fue el objetivo? Vender más a través de una estrategia en la que es fácil reproducir e insistir sobre la tergiversación de un hecho con el propósito de llegar más al consumidor, sea por la pantalla del televisor o al lector de la prensa gráfica. El aparateo mediático fue exitoso a través de lineamientos basados en un posicionamiento exagerado de la figura de Los Redondos y su público y su impacto en la sociedad. Las técnicas utilizadas fueron la crónica en vivo, fotos de escenas sangrientas, de enfrentamientos entre la policía y una porción del público seguidor de la banda; nunca haciendo alusión a la fiesta del espectáculo.
En alusión al tratamiento de los medios sobre los recitales de Los Redondos Rocambole decía que “cuando la banda se hizo masiva, incluso cuando los medios le dieron un poco más de bola por el hecho de esa característica masiva de fenómeno, nunca hicieron una crítica específicamente musical, solamente mencionando los desórdenes y hechos policiales. Eran analizados más como fenómeno de violencia que como fenómeno musical. Una sola vez Clarín publicó una crítica de aspecto netamente musical”.
Los medios construyeron un campo de batalla del que reproducían imágenes que demostraran que asistir a un recital de los Redondos significaba acudir a un enfrentamiento entre gente violenta y la policía.
Después del asesinato de Walter Bulacio en manos de la Policía, los medios tomaron a los Redondos como centro de la noticia y, en su mayoría, incurrieron en posicionar a la banda como la principal responsable del hecho. Las presiones de las notas de opinión y las editoriales gráficas, radiales y televisivas, insistieron varios años en la responsabilidad que tenía el grupo.
Empezaban las coladas y la policía trató de impedirlo
Luego de los incidentes en los recitales de Huracán de 1994, los medios apuntaron a captar el “carácter marginal” de los detenidos, tratando de crear un informe sobre las bases interrogatorias, la procedencia del detenido, herido o fallecido -teniendo en cuenta situaciones ajenas a los recitales-, lo que les permitía elaborar un rastreo con datos biográficos de la persona (era drogadicto, no asistía regularmente a la escuela y vivía en un barrio de pocos recursos). A través de una infografía que caracterizaba al ricotero, los medios construyeron cierta identificación. Se trataba de un espacio de juzgamiento, enjuiciamiento y estigmatización.
En una entrevista realizada por Clarín en el año 2000, el Indio Solari daba su punto de vista frente a la persecución mediática y tergiversación informativa: “El noticiero inventa la realidad, no la refleja. Estamos sujetos permanentemente al capricho de los poderosos, de los reducidores de cabezas de los medios de comunicación”.
También el Indio, haciendo uso de su discurso anti hegemónico, le decía a la Revista El Monstruo de Panamá en el año 1989: “La autoridad miente. La autoridad opera en tu cerebro. Opera mintiendo por los labios de los funcionarios en todos los sobornos. Te mienten los directores de las agencias de noticias y de las agencias de publicidad. Todos los días las pequeñas mentiras institucionales en las ondas de TV y en los periódicos devoran nuestro estado de ánimo”.
“Si algo sale mal el garrón nos lo comemos nosotros. Lo de Bulacio nos excedía, no era nuestra responsabilidad, pero son cosas que las cargás. Con todo eso el grupo comenzó a tener una magnitud en los medios y en lo político. Estuvimos de acuerdo con lo que pasó con los edictos y todo eso, pero alentar a los políticos ¡De acá! Estuvimos donde teníamos que estar y no donde se nos reclamaba que estuviéramos. Y los partidos políticos nos reclamaban porque vieron la enorme convocatoria del grupo”.
El efecto Olavarría:
Le prohibieron la manzana, sólo entonces la mordió”
Cuando en 1996 Los Redondos grabaron su octavo disco, Luzbelito, la banda decidió bautizar Olavarría como ciudad redonda. La polémica parecía pisarles los talones, mientras los medios se deleitaban con titulares amarillistas y manipuladores sobre los recitales.
Elios Eseverri, Intendente de Olavarría por aquel entonces, logró quedarse con el título del primer censor desde 1983, con el retorno de la democracia. No sólo prohibió los show programados sino que tuvo que afrontar la réplica de los mismos Redondos en vivo y en directo en conferencia de prensa (primera y última en toda su extensa carrera) para todo el país. Según Eseverri las causas de la prohibición estaban basadas en los diversos hechos violentos de algunos recitales anteriores que la banda había dado en el interior de la República.
La proscripción de los recitales del 16 y 17 de Agosto de 1996 -teniendo en cuenta que fue inédito ver al Indio y a sus colaboradores sentados en conferencia mirando directamente a los ojos de todos sus fieles que se encontraban enardecidos por la suspensión- abrió una nueva página en la vida de la banda y la de sus seguidores.
No fue casual el accionar de los medios, ni del orden político del ex intendente de Olavarría quien suspendiera los recitales, o las instituciones como la familia conservadora argentina, la policía y hasta la iglesia, de la mano de los Arzobispos Antonio Quarracino y Emilio Ogñenovich. ¡Fue todo planificado desde el margen-antipopular!
El momento TN de C5N, reconstrucciones en primera persona y el Macri-Gato encerrado sobre Olavarría 2017
Se ha cortado demasiada tela sobre lo ocurrido en el recital del Indio en la ciudad de Olavarría, si hasta el impresentable de Roberto Petinatto salió a matarlo en la pantalla de su tristísimo programa, vaya a saber por qué cuenta no saldada del pasado. Pero el rol mercenario que cumplió el Canal C5N aquel domingo lleno de incertidumbres, fue lo peor del tratamiento periodístico de la jornada. Desde muy temprano esa pantalla mutó de manera Kafkiana en TN, mostrándole al televidente una ligera irresponsabilidad al frente de pseudos periodistas y hasta médicos que lanzaron una artillería innecesaria de artilugios contra los ricoteros y el Indio Solari, sin siquiera haber presenciado ni un recital en sus vidas.
Ya se escribieron interesantísimas notas y crónicas sobre las responsabilidades por parte del Estado, la productora o hasta del mismísimo Indio, pero insisto, esta nota va por otro lado…sigamos cavando en lo más profundo de lo que significó, significa y significará el Fenómeno ricotero.
En una reciente entrevista que le realicé al documentalista Lisandro Carcavallo para el portal de noticias Periodismo Por Venir decía que “¡Lo que pasó en Olavarría es terrible en todo sentido! (…).Con lo que ocurrió con la agencia oficial de noticias TELAM al no enviar ningún representante por recorte presupuestario; que la gobernadora haya dicho no a Tandil y después sí a Olavarría, cuando sabemos que Tandil es una ciudad muchísimo más grande y preparada, y cuando se hicieron los recitales nunca pasó nada. La gente que fue, entre ellos mi hermano, me contaron que el recital en sí fue raro, porque el Indio lo paraba pero no se veía nada fuera de lo normal. Lo que fue heavy fue la salida, en donde mandaron a todos por una misma calle con tablones a los costados… AL INDIO LO VOY A BANCAR SIEMPRE, no me importa si vive en una mansión… porque es un laburante de la música, fue el único artista a nivel mundial que grabó más de diez discos de forma totalmente independiente sin firmar absolutamente con nadie y que llena el estadio que quiere. Tener un artista que reivindica la independencia así, que deja cualquier multinacional de lado, que rechazó un montón de lugares tentadores para ir a tocar…hay que empezar a separar las cosas, porque todo el mundo está diciendo y comparando su vida con esa frase de ‘el lujo es vulgaridad’ y ni siquiera la canción habla de la guita, sino sobre una mina”.
Asimismo, Gabriela, una fan del Indio de zona oeste del conurbano decía lo siguiente luego del recital del 11 de marzo en Olavarría: “Nos encerraron como ratas para que cunda el pánico. Nos enjaularon como fieras para que nos matemos entre todos, aunque afortunadamente no pudo ser. Fuimos carnada del odio que esconde el mismo poder tras sus ojos. Muchos comerán de ese ‘Cromañón 2’ que quisieron montar. No puedo ver todo esto despojado de cinismo. Triste final para el rock, triste desenlace para el pueblo argentino. Sigo con la amargura en la garganta. Vienen por todo”, escribió.
Para darle un cierre a esta nota extensísima en tiempos de 140 caracteres, sobre el intento de la “FAMILIA PURA ARGENTINA” por limpiar la patria de ricoteros, traemos una entrevista publicada por Mundo Redondo (uno de los sitios web dedicado a Los Redondos) donde Rocambole explicaba: “Por sus características, el fenómeno de los Redondos no puede terminar, es como Gardel ¿Alguien se imagina el día en que nadie escuche o admire a Gardel? Con los Redondos pasa lo mismo, alcanzaron un nivel del cual ya no pueden caer, son eternos. Es posible que los Redondos desaparezcan como grupo, pero en los recuerdos y la admiración ya son como Gardel”. Es increíble como una banda de rock puede ser comparada con Gardel en cuanto al mito. Lo que los diferencia es que el mito de Gardel nació luego de su muerte, mientras que en los Redondos se fue gestando en vida. Los Redondos fueron sólo los mediadores de la construcción de identidad de un fenómeno social de masas como los ricoteros”.
Es el joven de los noventa (hoy con hasta 45 pirulos en el haber) y la descendencia de hermanos, primos y hasta hijos, que en algunos casos ni conocieron a Los Redondos, quienes depositaron sus frustraciones en Los Redondos y luego en el Indio. Y esto al medio pelo y al gorila le jode. Le jode que el Indio sea un tipo de su clase pero alimente a otra, que los contenga, que los entienda, que los respete. Y no nos olvidemos que al Estado y a los medios autoritarios les jode que un tipo que fuera un numerito insignificante, se haya transformado durante la década perdida del menemato en aquel que llenó el lugar del padre y Estado ausente, en una coyuntura que masacró subjetividades y vidas. Más aún… los enajena el hecho de que durante la década ganada entre 2003 y 2015, haya sido un artífice mediador de mensajes políticos que respondieron a una trinchera social como lo fue…y es la kirchnerista.