Raídos: ¿Sabés cuánto cuesta el mate que tomás?

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Raídos: ¿Sabés cuánto cuesta el mate que tomás?

10 Junio 2017

Por Analía Ávila

Raídos, ópera prima del director Diego Marcone, participó de varios festivales y el año pasado fue distinguida en el Bafici con varios premios como el de asociaciones de Editores SAE-EDA al Mejor Montaje, y el premio del público a Mejor Película Argentina, entre otros. En mayo de este año se estrenó en el Centro Cultural Recoleta y el jueves pasado se hizo el reestreno en el cine Gaumont. Luego de la proyección Marcone dialogó con el público asistente.

En la introducción del film se cuenta que a partir de la década del 90, cuando se desregula el mercado de la yerba, se produce una gran migración a las ciudades de los trabajadores que habitaban las zonas rurales de Misiones y se forman los barrios tareferos, que dependen del trabajo estacional derivado de la yerba. Los jóvenes que ahora tienen veintipico fueron las primeras generaciones que nacieron y se criaron en estos barrios carenciados, la mayoría hoy son tareferos. “El tema del documental me lo propuso María Luz Roa, una socióloga cuya tesis de doctorado era sobre la tarefa y los jóvenes. Yo no sabía nada al respecto, empecé a leer las entrevistas que ella había hecho y me impactó todo ese mundo desconocido detrás de algo tan conocido como la yerba, esto me impulsó a hacer la película. Empecé el trabajo en 2012 con dos años de investigación en el lugar, en 2014 fue la grabación y en 2015 fue la edición, tardé cuatro años en hacerla”, cuenta el director.

El gesto del cineasta fue apartarse del lugar de denuncia del documental social. En Raídos la cámara acompaña, es testigo y no invasiva, el espectador siente que participa de los diálogos que se dan con naturalidad y que se mete en la intimidad de las casas con los jóvenes tareferos. Marcone siguió a los trabajadores durante un año dando cuenta de las duras jornadas de trabajo esclavo y en negro, de las terribles condiciones soportando el calor o el frío extremos, del peligro de los herbicidas, pero también registra el problema social del alcohol y la pérdida de los sueños. “Dejé de estudiar para trabajar” y “me arrepentí el resto de mi vida por dejar de estudiar”, son algunas de las expresiones de los jóvenes.

Los tareferos trabajan para el contratista, después las empresas compran la yerba pero no tienen ninguna responsabilidad sobre los trabajadores. En el documental se muestra que el kilo de yerba que compran los tareferos en el almacén para tomar mate les cuesta 35 pesos, mientras que a ellos les pagan sólo 50 pesos por cada cien kilos de yerba cosechada. El director revela que las conversaciones que captó en relación al salario o al contratista, no estaban tan presentes en el guión original: “Quería mostrar cómo es ser joven dentro del mundo de los tareferos, hay escenas donde están conectados a facebook, otras bailando en el boliche, se los ve muy parecidos a cualquier joven pero con otras circunstancias. A medida que fui grabando me di cuenta que el conflicto diario de ellos es su salario, o ”el patrón no me pagó”, entonces eso apareció mucho más fuerte en la película, era lo que había que contar. La parte del paquete de yerba con el precio es una escena que cuenta toda la película”.

Consultado por el nombre de la película Marcone explica: “Los raídos son las bolsas de arpillera con las hojas cosechadas, los trabajadores cuentan su día de trabajo en raídos, cuántos hicieron ese día. Y a su vez “raído” es algo gastado, me interesó ese doble juego con el nombre” El director y su equipo están haciendo una campaña de contra-marketing que consiste en pegar autoadhesivos con la leyenda ¿Sabés cuánto cuesta el mate que tomás?, detrás de paquetes de yerba para que el que lo compre vea la película. Aclaran que no se trata de un boicot a las marcas de yerba ni al mate que es parte de nuestra cultura, sino de querer visibilizar las condiciones de trabajo de los que hacen la cosecha.

Raídos se exhibirá hasta el 14 de junio en el cine Gaumont con funciones a las 14.35 y a las 19.50 horas. El director informa: “Si sigue bien de público puede estar dos semanas, es muy difícil estar más tiempo porque la agenda del cine es ajustada. Después queremos proyectarla en el Arte Cinema de Constitución antes de que lo cierren y luego salir del circuito de cines hacia centros culturales, con funciones específicas en los barrios como las villas 21-24 y la 31. En julio vamos a espacios INCAA del interior. Hubiera sido imposible hacer la película sin el apoyo del INCAA, en las circunstancias que estamos hoy es importante aclararlo”. El documental también se puede ver en la plataforma de Qubit TV.