DNI: “Vengo por un trámite que estoy tramitando”
Por Ailén Montañez
Peña es un hombre que sufre la peor vejación del sistema burocrático: la del error y su inimputabilidad. DNI viene a plantear una crítica a la estructura de ese sistema, donde sus personajes están absorbidos completamente por la función que desempeñan en sus puestos de trabajo, típico de empleado municipal. “No hace falta que mire para saber que ahí le falta una firma” Es el inicio y claro ejemplo de que cada uno es un engranaje de una gran máquina que los supera y constituye, pero que a la vez, sin ello, no podría funcionar así disfuncionalmente.
Papeles, sellos, abono de trámites, departamentos en sucesión que visitar para poder terminar un trámite. Un escenario que cualquier espectador puede empatizar porque en algún momento tuvo que atravesar esa situación. Cada sello suma la continuidad, en la aprobación, de algo tan absurdo que lentamente va deconstruyendo su sentido. Y es que en realidad no hay tal sentido, eso es lo que viene a dejar al descubierto la historia.
Existe un desamparo de la persona que sufre un error institucional, al punto de que se vuelve algo constitutivo de su ser. “Peña” es “Pena” sin su eñe ¿y eso acaso no es parte de su identidad? El personaje explica la falta que necesita remendar, y es sometido desde el ninguneo, al cambio de nombre rotundo “Angulo”, “Gonzalez”. Al fin y al cabo para el circuito de tramiterío no importa cómo te llames, sólo que abones el próximo sello para continuar en un sin sentido que nadie atiende.
¿Qué sucede cuando hay que abonar una sucesión de trámites sin tener dinero? Este es el hilo conductor argumentativo que deja casi al desnudo (en su mejor metáfora) al hombre del reclamo. Los sucesivos disparates que pueden aflorar dentro de cada micro-oficina condensa la vulnerabilidad de la persona que está allí, presa y dispuesta a todo con tal de resolver su preocupación, y la desrealidad de los empleados a cargo de cada gestión.
El conflicto en escalada demuestra el valor que reside en esa eñe ausente, que lo lleva a ser alguien que no existe, y ese que no existe pasa a existir sólo en los papeles, anulando la existencia de Peña, del sujeto real que queda al desnudo. Víctima de escenas casi surrealistas -y hasta dignas de carcajadas- una de las lecturas que queda de fondo es ¿hasta dónde somos y dejamos de ser una identidad que nos quieren asignar desde lo institucional?
Ficha técnico-artística:
Dramaturgia: David Bogado
Actúan: Cynthia Cabrera, Fernando Martino, Eleonora Pandra, Rodrigo Pedro
Fotografía: David Bogado
Diseño gráfico: Sergio Matellan, Florencia Nicolini
Asistencia de dirección: Josefina Barreda, Josefina Barrera
Producción: ClanDestino Teatro
Puesta en escena: David Bogado
Dirección: David Bogado