“El arte no es para poner cómodo a nadie”

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“El arte no es para poner cómodo a nadie”

07 Octubre 2017

Texto y fotografía por Ailén Montañez

“El macrismo no tiene figuras culturales e intelectuales, como los que había en el período anterior de gobierno, pero están creando otras nuevas.” Explicó Horacio González, miembro de Carta Abierta, durante la manifestación llevada a cabo el Martes 3 de Octubre en el Obelisco de Buenos Aires. “Este acto a mi me enternece, en este contexto para nada sencillo. Hay que seguir buscando, en actos así o en figuras políticas y culturales que sientan adherir a un proyecto cultural, diferente al actual del gobierno de Mauricio Macri” alentó.

Mientras anochecía y de fondo sonaba “ma jamás muere”, una banda que mezcla música rap y bachatas, algunos individuos se iban sumando todavía a la jornada que culminó a las 21 horas. La concurrencia no fue masiva como se esperaba, pero aún así, varios actores y personalidades se acercaron a la movilización que comenzó las 17 horas. Estuvo Ricardo Forster y también Horacio Roca, que leyó un fragmento del “manifiesto de Núcleos y colectivos culturales” repartido entre las personas concurrentes.

Tal manifiesto fue elaborado con la adhesión de 60 organizaciones y colectivos culturales (desde ARGRA, el Club cultural Matienzo, y hasta alumnos y docentes del Conservatorio Manuel de Falla). Allí fue redactada una descripción acerca  del “clima general de privación de recursos, destrucción del pluralismo en nombre del pluralismo, y la acogida de la ideología empresarial” con tono de denuncia.

Frente a esta situación, las distintas organizaciones nucleadas sentenciaron, en el mismo manifiesto, que “el arte no es para poner cómodo a nadie”, en sintonía con otras acciones colectivas que se realizaron durante la tarde: La bandera “Dudá” sostenida por dos mujeres entre medio de las personas, y los papelitos, con la misma palabra, arrojados por todo el piso, ilustraron ese deseo de interpelación. Ellas alentaron a “dudar de todo” y a poner en cuestión lo que está pasando con los espacios culturales que la gestión actual de gobierno restringe cada vez más.

No son generalidades. Tal vez es difícil enumerar todas esas restricciones y clausuras de la cultura en una crónica por la emergencia cultural: van desde el aumento 0% asignado al presupuesto de las universidades públicas en 2016 (primer año de gestión del gobierno de Macri), al cierre de lugares donde se llevan a cabo actividades culturales. Por ejemplo: “La Sala Buenos Aires”, donde se habían sufrido el desalojo en fiestas de rock (y la posterior clausura) en Junio de 2016, o el desalojo y cierre del Corralón de Floresta en enero de 2017.

Un recorrido histórico y militante se puede hacer de estos sucesos, trayéndolo a la actualidad con el reclamo vigente por los becarios que aún no han sido reincorporados (desde diciembre de 2016), llevado adelante por los  científicos del CONICET. Los mismos estuvieron de paro y toma del Ministerio de Ciencia, Tecnología e Innovación Productiva de la calle Godoy Cruz, la semana del 11 al 19 de Septiembre, porque aún no hay respuesta de la actual gestión sobre la situación del reclamo.

El recuento de casos infinitos hace caer a los testimonios en generalidades. Por eso se realizó la convocatoria, porque declarar la emergencia cultural es poner en alerta acerca del sentido de todos estos hechos que ocurren aislados, pero que son parte de un proyecto político gubernamental más amplio y global.

La radio abierta funcionó de conector entre los diferentes grupos artísticos durante la jornada y musicalizó con canciones como “quedándote o yéndote” de Spinetta. Siempre estuvo presente la pregunta mechada: “¿Dónde está Santiago Maldonado?” entre las pausas de las intervenciones escénicas.  Participaron  los Bailarines Toda la Vida (Danza Comunitaria) y los alumnos de la carrera de Etnomusicología del Conservatorio Manuel de Falla, sobre un cuadrado negro en el piso, que simuló ser un escenario.

“El estado se reconstruye en sus libertades internas cuando se sostiene la vida artística sin restricciones” denuncia también el manifiesto que fue repartido. Una “ciudad cultural” como Buenos Aires intentó ponerse a tono con ello hace un tiempo, a través de la Ley 5240 - sancionada el 18  de diciembre de 2014 - que define Centro Cultural como “ espacio no convencional y/o experimental y/o multifuncional en el que se realicen manifestaciones artísticas de cualquiera tipología”. Pero, en contrapartida, el aumento de tarifas de servicios públicos, la quita de partidas presupuestarias que fomenten estos lugares, actividades, producciones artísticas y el contexto de desempleo en aumento, son indicadores de que lejos de fomentar cierto desarrollo, lo van estrangulando.

Así, la disconformidad con las políticas culturales del gobierno de Mauricio Macri dedicadas a “destruir el legado cultural, en vez de comprenderlo y apoyarlo”, fue la conclusión del manifiesto y síntesis del reclamo de este encuentro manifestante.