Marcos Peña volvió al Congreso
Por Lucía Ferreri Ochoa
El jefe de Gabinete, Marcos Peña, volvió ayer a la Cámara de Diputados para presentar su informe de gobierno.
En ese marco, el funcionario hizo énfasis nuevamente en la supuesta baja de la inflación. “La tendencia es clara: la inflación está bajando y seguirá bajando”, aseguró.
Curiosamente, apenas unas horas después el Indec publicó su última medición que revela un incremento del 2,4 por ciento en el Índice de Precios al Consumidor (IPC) de febrero.
Sin embargo, durante su presentación, Peña había insistido en que “el año pasado la inflación fue menor que en 2016 y este año será más baja que en 2017”.
En ese sentido, el diputado del Frente para la Victoria, Axel Kicillof, le respondió al jefe de ministros en uno de los momentos de más tensión de la sesión: “hace dos semanas Macri vino al Congreso a contarnos una realidad que solo ellos perciben. Mintió. Y ahora miente Peña. Tomando el IPC CABA, el salario real cayó 7,1 por ciento en promedio y las jubilaciones 8,4 por ciento. De todo el empleo creado el 60 por ciento fueron monotributistas. En tanto, en la industria se perdieron 62 mil puestos de trabajo”, denunció.
“En estos dos años de gobierno, aumentó el déficit fiscal, la inflación acumulada fue 88 por ciento y la devaluación fue del 108 por ciento. Esa es la situación real. Gobiernan desde un country”, fustigó el ex ministro de Economía.
Mientras tanto, el diputado kirchnerista y nieto recuperado Horacio Pietragalla cruzó duramente al oficialismo por su política en materia de derechos humanos.
"Apareció un listado donde el Poder Ejecutivo, a través del Ministerio de Justicia, recomienda a la Justicia darle arresto domiciliario a más de 98 condenados por delitos de lesa humanidad. Entre ellos está 'el Turco Julián', uno de los más sanguinarios que trabajó dentro de la ex-ESMA", reveló Pietragalla. A continuación, le entregó al jefe de Gabinete una foto de la fosa común en la que fueron hallados los restos de su padre para rechazar la iniciativa oficial que buscar convertir Campo de Mayo –donde funcionó un centro clandestino de detención y exterminio– en un "centro recreativo".
Por su parte, la legisladora del Frente Renovador, Graciela Camaño denunció la crisis del sistema carcelario nacional y declaró:"Siguiendo instrucciones del Ministerio de Justicia, el Servicio Penitenciario, que depende del Poder Ejecutivo, elaboró una lista de más de 1700 personas que estaban en condiciones de libertad. Lo invito a leer el informe del procurador penitenciario. Se le va a caer la cara de vergüenza".
Por otra parte, Peña defendió al ministro de Finanzas, Luis Caputo, ante las numerosas denuncias de corrupción y ratificó “su integridad, su honestidad y su transparencia en la función”.
Uno de los encargados de criticar al funcionario y reclamar su desplazamiento fue Kicillof, quien resaltó que “a Gilligan lo echaron. A Caputo no paran de encontrarle cosas todos los días, es lo de Gilligan multiplicado por diez”.
En esa misma sintonía fueron las declaraciones del massista Felipe Solá, quien dijo que Caputo “no tiene autoridad moral para ser ministro. Tener una offshore puede ser legal pero siempre es una forma de eludir al fisco. Es mucho más grave tenerla que negarla”.
En ese contexto, Peña aceptó que el ministro concurra al recinto a brindar explicaciones, al tiempo que acusó a Sergio Massa ser el jefe de Gabinete que “menos vino al Congreso”. En ese punto, el diputado recibió el inesperado respaldo del jefe de la bancada kirchnerista, Agustín Rossi, quien arremetió contra el oficialismo: “Massa siendo jefe de Gabinete hizo lo que usted no hace: vino a contestar y sostuvo preguntas y repreguntas. Yo era jefe de bloque y me acuerdo. También me acuerdo cuando Mauricio Macri se dormía en las sesiones del Congreso”.
La sesión se extendió por siete horas y significó un costo alto para Peña en la Cámara baja, donde recibió los embates de todos los bloques opositores respecto a temas como la inflación y no pudo evitar la interpelación del cuestionado Caputo.