Un colegio hizo desfilar a estudiantes con pañuelos celestes y a paso militar
Por Nicolás Adet Larcher.
Pañuelos celestes con la consigna de “Salvemos las dos vidas” marchan prendidos a los cuellos de niños y niñas de un colegio santiagueño. De fondo suena una marcha militar. La escena estremece. A paso militar, levantando sus brazos, con la mirada fija y al frente, estudiantes del colegio Bachillerato San Miguel Arcángel avanzan sobre la avenida de Suncho Corral, una localidad del departamento Juan Felipe Ibarra, de Santiago del Estero.
El video se viraliza, en Facebook, en medios provinciales, nacionales, en Twitter, en los grupos de Whatsapp. Inquieta. El militante neonazi, Alejandro Biondini, lo comparte en twitter y lo celebra, “La Patria tiene futuro” dice. Rastreando, llegamos al origen. El video fue publicado desde un principio por el propio colegio San Miguel Arcángel, una institución que abrió sus puertas en 1993 y que desde ese día busca determinar ciertos “valores” sobre estudiantes que asisten al establecimiento. Orgulloso, el colegio sube fotos de sus estudiantes sosteniendo pañuelos celestes, con banderas y carteles contra la legalización del aborto. Niños y niñas de primaria, con pañuelos y consignas.
En la página de Facebook del colegio hay algunos videos, fotos y posteos “en defensa de la vida”. También hay uno que tiene al sacerdote Gustavo Lombardo frente a cámara, explicando que el objetivo del colegio es que “el hombre, varón o mujer, sea más hombre”. Lombardo es uno de los hombres fuertes del Instituto del Verbo Encarnado, una institución polémica creada en 1984 por Carlos Miguel Buela, quién fue denunciado en varias oportunidades por abusar sexualmente de sacerdotes de la institución. Buela sometía psicológicamente a los niños desde temprano y apenas cumplían los 18 años, abusaba sexualmente de ellos. El sacerdote fue aislado cuando las denuncias salieron a la luz y fue llevado al Monasterio de San Isidro de Dueñas de España.
La polémica respecto a los actos institucionales por parte de los colectivos “próvida” ya se había instalado en Santiago del Estero hace unos días cuando se realizó un Congreso en la ciudad capital que presentaba a la homosexualidad como una enfermedad, y que otorgaba puntaje docente.