La clandestinidad nunca salvó a nadie
Fotografía Ailén Montañez
Por Lucía Barrera Oro
La clandestinidad se llevó la vida de otra mujer por realizarse un aborto inseguro en el conurbano bonaerense. El hecho ocurrió el lunes en el Hospital Juan C. Sanguinetti de la localidad de Pilar. El director ejecutivo de la institución, el doctor Esteban Sieling, confirmó la noticia esta mañana en el programa radial Materia Prima (FM Plaza 92.1). Declaró que se trató de “un aborto provocado, no espontáneo”, aunque por cuestión de confidencialidad no profundizó en las causas de la muerte.
La localidad de Pilar, gobernada por el intendente macrista Nicolás Ducoté, pertenece a la región sanitaria del norte del conurbano donde también falleció Elizabeth, la joven de 34 años a la que las y los profesionales de la salud no pudieron salvar a pesar de haberle removido el útero.
Este caso se suma a la lista de las muertas por abortos inseguros (no ‘caseros’, como insisten en llamar varios medios hegemónicos) en la provincia de Buenos Aires. El número de mujeres y personas gestantes presas por querer decidir asciende a 100, pero aún continúa sin aplicarse el protocolo de atención de abortos no punibles o Interrupción Legal del Embarazo (ILE), ratificado por la Corte Suprema de Justicia de la Nación en el año 2012 a raíz del caso F.A.L.
Cabe recordar que según el artículo 86 incisos 1 y 2 del Código Penal, el aborto es una práctica no punible en 3 causales,: por violación, riesgo de vida o de salud de la persona gestante. En esta última se entiende a la salud como integral, es decir que no implica sólo la salud física sino también la económica y psíquica.
“¿Cuántas mujeres y personas gestantes muertas más van a necesitar para entender que el aborto debe ser legal, seguro y gratuito en Argentina? La clandestinidad no salva ninguna vida. La clandestinidad mata. Por ella y tantas otras, ¡será Ley!”, declaró la Campaña Nacional por el Derecho al Aborto, Legal, Seguro y Gratuito en un comunicado por la muerte de Liz.