Acompañame al futuro: lo nuevo de Los Pels
Por Pablo A. Vidal
El grupo de rock independiente PELS acaba de publicar su tercer trabajo discográfico de larga duración: “Destellos del futuro”, grabado en los ya míticos “Estudios NN” de zona norte de Buenos Aires. Esta nueva obra consta de once canciones que destilan un pop guitarrero, sumamente cálido y acogedor, y representa una nueva dirección en el sonido y producción de la banda con respecto a sus trabajos anteriores. Además, cuenta con la participación del prócer del Rock Argentino, Litto Nebbia, quien prestó su voz para una de las piezas del álbum. Nos hemos reunido a conversar con Agustín “Tingo” Zucal (su compositor, cantante y guitarrista) sobre este lanzamiento que inevitablemente aspira a colocarse entre los mejores discos del 2018.
AGENCIA PACO URONDO: Buenas noches, Tingo. Empiezo por preguntarte ¿cuándo comenzó la gestación de esta nueva obra?
Agustín “Tingo” Zucal: (Se acomoda sobre el almohadón de su silla. La charla transcurrirá en la mesa de roble ubicada en la cocina comedor de su hogar) Hola Pablo. La producción empezó en enero de 2017. Antes, yo había viajado a Europa entre mayo y junio del 2016 y estuve sin instrumentos durante casi todo el viaje. Paradójicamente, eso me llenó de inspiración para componer en mi mente una serie de melodías nuevas, que luego se convertirían en varias de las canciones de este disco. Incluso hasta llegué a soñar con una melodía. En el sueño la canción la había compuesto mi hermano, Ignacio (tecladista de Pels), y yo moría de envidia. Finalmente, esa no la desarrollé, pero está pendiente.
APU: ¿Quizás para el próximo Álbum o Single?
T.Z: Indefectiblemente.
APU: En cuanto a la ficha técnica: si bien las composiciones te pertenecen, en los créditos la producción se atribuye a PELS, ¿cómo se desarrolló el proceso de vestimenta de las canciones, es decir, la elaboración de los arreglos musicales?
Se desarrolló como lo hacemos siempre: sobre la marcha. Cada uno de los integrantes tiene sus rasgos constantes que lo definen (Hace una pausa larga y retoma). Es como si fuéramos un grupo de albañiles. Unos somos buenos revocando, otros poniendo ladrillos, otros pintando… Y otros ensuciando la pared, jaja. Pero francamente es así como lo hacemos. Nunca hay algo premeditado. Grabamos las bases y fuimos vistiéndolas espontáneamente.
APU: El arte y la cultura opera en la obra de los artistas a veces de forma más visible y otras lo hace subterráneamente ¿Hubo algún tipo de referencia musical o de otras artes que los hayan influido o guiado en el camino de realización del disco?
T.Z: (Toma un trago largo de Baileys casero, a continuación, tose) Teníamos claro que queríamos un disco “más acústico”. De canciones más redondas. Como novedad, yo toqué en casi todos los temas la guitarra acústica. Incorporamos nuevos instrumentos: guitarra pedal steel, violines y vientos de bronce. La premisa fue “hagamos un disco simple, sintético y contundente”. Tal como si fuera un librito de Alessandro Baricco.
APU: Prosigamos. El título “Destellos del futuro”, es también el de una de las canciones más importantes del disco, ¿Cuál es el concepto detrás y cómo resignifica a las restantes canciones que integran el álbum?
T.Z: (Se levanta de su silla y mirando un viejo póster de los Kinks dice sin pestañar) “Destellos del Futuro” es el título de una canción que escribí para mis hijos hace ya varios años. En la misma trato de decirles que todo es más simple de lo que parece. Si logramos ver aquello que nos enseña el futuro, nuestro presente va a ser mejor... Y que al final todos lamentaremos habernos preocupado por cosas innecesarias. La mayoría de las letras apuntan a esta idea.
APU: Escuchando el disco uno puede percibir que tanto la forma como el contenido se presentan dotados de síntesis y precisión como nunca antes en su historia discográfica, ¿Cómo arribaron a este principio estético? ¿Cuánto de Gospels hay o se refleja en este disco (ya sea como reacción ante aquel o como enseñanza de su realización)?
T.Z: Bueno, un poco se desprende de las respuestas anteriores (clavando una mirada incisiva y filosa al reportero). Fue algo muy espontáneo. En nuestro disco anterior, “Gospels”, hubo una búsqueda totalmente contraria. Consistía en enredar todo con el objeto de lograr una obra más laberíntica. Mientras que en “Destellos del futuro” buscamos y nos dirigimos hacia la salida directamente.
APU: Tu voz es el alma de Pels ¿Cómo encaraste la grabación de las voces? ¿Alguna rutina o hábito en particular que quieras compartirnos?
T.Z: Rutina no hubo, pero hábitos si: previamente a grabar, fumar marihuana y tabaco… Ahh y beber alcohol. Con eso voy deteriorando mi garganta para lograr un estado de vulnerabilidad suficiente como para expresarme de manera afectada, jaja. 100% real (entre tanto los ladridos de sus perros nos llaman la atención, han encontrado una hoja en un rincón y se la disputan. La misma contiene un poema que Tingo había perdido hacía pocas horas, llevaba por nombre: “Casabum”).
APU: Con respecto a las letras, en su mayoría están confeccionadas en primera persona y manifiestan un tono sobre todo confesional. Hay temas fundamentales que se consolidan dentro del universo pelseano: el tiempo, la familia, el trabajo y el camino recorrido, la suerte, la danza; pero también aparecen nuevas inquietudes… ¿qué te inspiró en la escritura de estas nuevas canciones?
T.Z: Mis letras no son más que un relato vívido de mi día a día. Trato de expresarme de la manera más natural posible y si puedo evitar la metáfora, la evito. Me gusta que el mensaje sea bien directo. Aunque luego, a veces, se pueda interpretar de mil maneras distintas. En el tema “El día del Padre”, por ejemplo, hablo de algo medio nefasto de la relación con mi padre, no obstante, ya hubo algunas personas que me dijeron que esa letra le traía buenos recuerdos de su niñez… En fin, estamos todos locos evidentemente.
APU: Si te pido que destaques un par de las canciones que integran el disco, ¿cuáles serían y por qué?
T.Z: (Se toma dos minutos que parecen días, golpea sus nudillos efusivamente contra el borde de la mesa generando un ritmo en compás ternario. Su cara se transforma mostrando preocupación la que luego deviene esperanza) Serían “Cortina para un programa de TV” y “Junta mis piezas”. La primera porque es una canción que la compuse íntegramente con mi mente. Sin mediar instrumentos en su proceso compositivo. Además, es una melodía que amo, tiene una letra simple y profunda y como broche de oro la canta el genio de Litto Nebbia. Y la segunda, porque es el manifiesto de amor más contundente que le hice a mi compañera, Mica.
APU: Ya que lo mencionaste y era una de mis preguntas obligadas, ¿cómo se dio la participación de Litto Nebbia aportando su voz en “Cortina para un programa de TV”? ¿qué representa él para ustedes?
T.Z: Con Litto trabajamos anteriormente junto a La Perla Irregular, y también con los Pels. De ahí quedó la relación. Es un groso, un hippie anarquista. Lo queremos mucho. Y cuando le propusimos esta colaboración, no lo dudó. Le mandamos la canción, e inmediatamente la devolvió con su voz.
APU: El imponente arte de tapa a cargo del diseñador Santi Pozzi, si bien diferente, de algún modo tiene una conexión con la estética visual planteada en sus discos anteriores: ¿Qué le pidieron a Pozzi a la hora de realizar el diseño?
T.Z: Con Santi Pozzi teníamos ganas recíprocas de trabajar juntos hace mucho tiempo. Esta vez se alinearon los astros y nos pusimos a trabajar. La idea nos la presentó él, y con muy pocas observaciones, la sacamos adelante. Es una portada que nos fascinó de entrada y creemos que contiene todo lo que queremos expresar (ensimismado comienza a aplaudir enfáticamente).
APU: El disco ya está disponible en las distintas plataformas de streaming para todes, ¿Piensan fabricarlo en algún soporte, ya sea vinilo, cd o cassette? ¿Qué opinan del formato físico a estas alturas del siglo XXI?
T.Z: Sí, la idea es fabricar pocas unidades tanto en vinilo como en CD. Nos parece que poco a poco el soporte físico va encontrando un nuevo lugar y se convierte en un objeto precioso. Por otra parte, no podría dejar de tener una prueba palpable del trabajo que hicimos.
APU: Estamos en el 2018 y sacando cuentas simples, PELS está rodando hace 15 años, ¿Qué diferencias observás entre la escena musical actual con respecto a aquella existente durante sus comienzos cómo banda?
T.Z: (Coloca su mano bajo su mentón, se rasca la nuca) Creo que arrancamos en una época donde el rock emprendió una suerte de retirada. Recién ahora, poco a poco se empiezan a ver bandas que crecen popularmente y se destacan de manera muy merecida. Pero creo que el rock como lenguaje empieza a ser algo exclusivo y secular. Nosotros nunca formamos parte de ningún colectivo. Y aún sigue siendo así. Somos como una isla. Pero una isla autosuficiente.
APU: Y más allá de la escena en la que se mueven, ¿cómo ves a la cultura en general en este contexto puntual de crisis por el que el país atraviesa?
T.Z: (Entrelaza sus manos formando una cueva en la que sopla para darse calor, la puerta del patio sufre una avería en su cerradura y se abre intermitentemente dejando entrar un soplido gélido en el ambiente apenas calefaccionado). Veo una situación complicada. Existe una concentración injusta: sólo unos pocos pueden acceder a presentarse al público más o menos numeroso. Los medios seleccionan e imponen un discurso y una propuesta limitada al público. Los lugares pequeños (bares y pubs) están cada vez más complicados en su funcionamiento y condiciones para tocar. A su vez tienen menos capacidad de oferta para mostrar artistas nuevos. Por otro lado, es cierto también que momentos así van haciendo el caldo para nuevas expresiones. Pero en conclusión está todo muy cuesta arriba.
APU: La sociedad cambió radicalmente desde que comenzaron a tocar allá por el 2003, vieron crecer y expandirse a la revolución feminista, ¿cómo esto impacta en su música y su forma de encarar el arte?
T.Z: Afortunadamente, creo que nunca nos expresamos de una manera sexista. Esta revolución nos impacta directamente en la inspiración que nos genera que las mujeres hayan puesto un grito poderoso, de guerra contra el patriarcado vetusto, y que ridiculiza a la sociedad entera. Es muy fuerte la interpelación que genera al menos en mí, la necesidad de revisarme íntegramente.
APU: Siendo el rock un ambiente históricamente machista, ¿cómo creés que esto podría llegar a modificarse en pos de la igualdad de género? ¿Puntualmente qué mujeres destacarías dentro de nuestra escena musical actual que admires y te movilicen?
T.Z: (Algo sonrojado) Amo la obra completa de Rosario Bléfari. Me parece una artista que no tiene todo el reconocimiento que merece. También me gusta mucho Karina Vismara. Ambas me parecen muy talentosas. Respecto a cómo podría llegar a modificarse en pos de una igualdad de género… No tengo la menor idea, pero creo que toda esta revolución lo va a ir logrando de a poco.
APU: Volviendo a “Destellos…” ¿Cuál es el sentimiento que los abraza a partir de este nuevo lanzamiento? ¿Qué expectativas les genera?
T.Z: (Tararea la canción de José Luis Perales “Un velero llamado libertad”, luego ata sus zapatos torpemente con el ímpetu de un niño vivaz. Finalmente responde) Sentimiento: Emoción plena. Es un disco que nos desborda de los mejores sentimientos humanos posibles. Es un reflejo fiel de lo unidos y amigos que somos entre nosotros. Es la comprobación de que somos una familia para siempre. Expectativas: hacer otro (mientras la botella de Baileys entra en su último cuarto de litro).
APU: ¿Planes inmediatos para la agrupación?
T.Z: Inmediatamente, salir a tocar este disco. Intentando llegar a un público más amplio. Si bien sabemos que somos un poco conocidos dentro de la escena del indie, siempre fuimos “bichos raros”, nunca tuvimos hasta ahora, la posibilidad de tocar para un público más amplio... Ya llegará (y ensaya un paso de baile de tap digno de Fred Astaire arrancando sonrisas de sus hijxs, que a poca distancia cantan estrofas de “Martha my dear” de los Beatles probando distintas armonías vocales).
APU: Bueno para despedirnos, una última pregunta… En el ambiente musical se habla de que poseés la llave del acorde “pelseano” (rugoso y humeante, generalmente a distancia de semitono y mayor), ¿podrías describirlo o contarnos cómo acceder a él?
T.Z: (Sorpresivamente se levanta y decide salir al frente de su casa a espiar la luna negra. Mientras escucha la pregunta final suelta una risotada) ¡Jajaja! Alguien que sepa de música me sacaría la ficha al toque. Yo lo hago de manera intuitiva. La culpa la tiene la canción “Jangadero” de Eduardo Falú. Una de las primeras canciones que me cautivaron desde pequeño. Busquen ahí (prende un cigarro Chesterfield y desaparece en la niebla nocturna como un pájaro cantor).
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