Las nietas de todas las Machis que nunca pudieron quemar
Fotografía de Paula Carrizo
Por Paula Carrizo y María José Conforti
“La tierra robada será recuperada,
Amada,
Cuidada,
Y nunca negociada”
(Canto colectivo)
Este año la cita fue en Trelew, Chubut. Patagonia, tierra ancestral. El más austral en la historia de los 33° Encuentros Plurinacionales de Mujeres, Lesbianas, Travestis y Trans acontecidos a la fecha. Más de cincuenta mil presentes en una coyuntura por demás significativa: a un año de la aparición del cuerpo -asesinado- de Santiago Maldonado. A menos tiempo aún del fusilamiento de Rafael Nahuel, en manos del Grupo Albatros de la Prefectura.
En este contexto, signado por el recrudecimiento represivo hacia las comunidades mapuches –el accionar que se repite con otras comunidades originarias en diferentes latitudes del país-, el Movimiento de Mujeres Indígenas por el Buen Vivir desarrolló por primera vez el taller N° 42: “Mujeres por la libre determinación de los pueblos, nos queremos plurinacionales”. Unas 900 mujeres y disidencias de diversas naciones originarias y no originarias debatieron durante dos días respecto a la propuesta de declarar al Encuentro plurinacional, y a cómo lograr que este rasgo se manifieste y sea transversal a todas sus instancias.
A lo largo de ambas jornadas se construyó significación y valor en torno a la palabra, al nombrar. No como simple acto discursivo, sino como posicionamiento político. También como acción reparatoria: un paso más para comenzar a sanar siglos de desencuentro, para reconocer la existencia propia y de otres, para construir conjuntamente desde la diferencia y la diversidad. Para construir con otras lógicas, antagónicas a las de la dinámica colonizadora, desde la escucha y el respeto.
Se nombró a Santiago Maldonado y a Rafael Nahuel, y se vio entonces la necesidad de nombrar también a Cristian y Genaro Calfullanca, desaparecidos desde 2013 en Cholila, y a Macarena Valdés, activista mapuche asesinada dos años atrás. Se nombró a Milagro Sala, a más de mil días de encierro, y a Berta Cáceres, a dos años de ausencia física. Se mencionaron en voz bien alta presos/as políticos/as, desaparecidos/as, líderes/as sociales asesinados/as por luchar y a todas las compañeras mapuches judicializadas al día de la fecha por defender los territorios.
El taller constituyó una invitación, en definitiva, a pensar la soberanía y autodeterminación desde el territorio a las cuerpas, la oleada feminista y el retorno ancestral. De la mano de mujeres protagonistas y en resistencia por el buen vivir, que introdujeron un aspecto transversal: la necesidad de descolonizar la historia, descolonizar nuestro territorio, descolonizar nuestras cuerpas, descolonizar nuestra identidad para reconocernos diverses y encontrarnos en un abrazo sororo.
A continuación, una búsqueda en pos de recuperar esa pluralidad de voces y miradas que hicieron parte de este encuentro:
“Me llamo María José, vengo de Buenos Aires, soy descendiente de familia Quechua. Mis padres y abuelos son de Colavi, Potosí (Bolivia), un pueblito sometido durante años por invasores españoles que explotaron nuestras tierras. Vine al Encuentro porque me empoderé hace no mucho, salí un poco de esa opresión que venía también de esa cultura. Mi madre, abuelas, tías han vivido en sumisión. Aun me cuesta un poco romper con eso en casa pero de a poco vamos lográndolo. Es un trabajo muy duro, pero se puede. Vine por mis raíces, para defenderlas, para seguir honrándolas. Todo lo que es mi cultura la amo, nací en este territorio pero soy boliviana, soy quechua.”
“Mari mari kom pu che, pu lamien. Estamos acá en el ENM, debatiendo el tema de la plurinacionalidad. Desde nuestra cosmovisión como pueblo mapuche, como parte de nuestra historia. Todavía nos falta debate, porque no podemos arrogarnos el derecho a hablar por todas las lamien (hermanas). Sí siento que este encuentro ya de por sí es plurinacional, porque nuestros cuerpos lo son. Nuestra construcción personal es plurinacional.”
“Mi nombre es Catalina, soy de Bolsón, antes viví en Bariloche. Fui presa política por los saqueos de 2012. Hoy participo de este encuentro y de este debate porque entiendo que soy originaria y es una reivindicación que está bien hacerle al Encuentro, es un posicionamiento político. Falta un nombre que nos reúna, reconocer a todas las comunidades originarias de la Argentina es un primer paso. Somos preexistentes, existimos antes que el estado nación Argentina. La plurinacionalidad es la condición de toda latinoamérica. Exigirle al ENM una reivindicación política que es reconocer que somos tan diversas como un montón de naciones reunidas en un sólo país, es un avance y así son los encuentros, de a poquito se van ganando lugares: hoy nos tocó a las mujeres originarias”.
“Mi nombre es Virginia, vine con una grupa de compañeras de Castelar Sur, del centro comunitario ‘Lo de Olga’. Este taller me parece muy importante en términos ideológicos y políticos. Es muy intenso, fuerte y conmovedor. Y victorioso, porque es increíble la fuerza de las palabras con la cual nos comunicamos y transmitimos lo que pensamos, y hacia donde creemos que hay que ir. Respecto a la cuestión plurinacional, hay ciertos sectores que no están muy de acuerdo porque piensan que se podría estar avanzando por otro lado. Considero que es importante lo que dijo una de las compañeras: empezar por la determinación de la palabra, de lo discursivo, para seguir profundizando sobre eso. Es importante que todo el Encuentro, y no sólo el taller, sea considerado como tal.”
“Soy Tixa Cámera, activista por la causa afroargentina, presente por segunda vez en este ENM, para que se convierta en plurinacional, y para que nos vean y accedamos. Lo que falta es acceder, córranse un poco de sus lugares de privilegio. Las mujeres afro gritamos ¡Racistas y opresores, no pasarán! Las mujeres originarias merecen este reconocimiento. Y se debe dar voz a las 36 naciones. Ninguna de las que estamos acá tenemos miedo de que nos conquisten o nos invadan. El Encuentro tiene que ser plurinacional.”
“Soy Lili Ferreira, comunicadora comunitaria de J.C.Paz. Plurinacional es una palabra que pica, que da escozor. Significa aceptar algo que interpela mucho nuestro sentido común. Eso nos va a llevar a descolonizarnos lenta y dolorosamente. El camino es el abrazo. Un abrazo entre hermanas, entrañables todas. La lucha con bronca y con odio nos lastima, nos hiere a todas. Nos pone en un riesgo innecesario. Ya es hora de que imaginemos un mundo mejor, y si va a estar en nuestras manos tiene que ser desde la sororidad, la empatía y el amor. Ojalá que la magia llegue a la persona que lea esto, porque acá hubo magia”.