Urbanización masiva o devaluación: esa es la cuestión
Por Inti Alpert | Consultora Tecnopolítica
Decenas de años de errores llevaron a que Argentina haya emitido pesos exageradamente, para tapar agujeros contables y sin tener ninguna relación con la producción real. Fuimos obligando a cajas de jubilaciones, compañías de seguros y diferentes fondos nacionales a mantenerse en esos pesos mediante instrumentos de ahorro forzados. O casi.
Se les hace creer que con tasas brutales ganarán dinero y a cada devaluación la realidad es que empatan o pierden.
Hoy, esa masa de ahorros, que sumada al dinero de particulares, empresas reguladas y estados locales, se deposita en plazos fijos; suma más de un millón de millones de pesos. Aproximadamente 25.000 millones de dólares a 40 pesos, o 20.000 millones a $50. Tipo de cambio que hoy ya parece realista.
Y solo una industria de la economía real puede direccionar esos pesos. Sacárselos al pasivo del Banco Central y dejar la espiral de emisión monetaria de una vez por todas. Esa industria es la inmobiliaria y 25.000 millones de dólares son simplemente 500 mil créditos de 50 mil dólares.
El Estado Nacional, los Provinciales y Municipales, son los únicos que mediante un conjunto de regulaciones cuya complejidad no pasa de la redacción de unas 100 carillas que pueden aprobarse por decretos o simples resoluciones de Ministerios y Secretarías, podrían hacer migrar esa masa infernal de Pesos que aumenta cada día y solo puede terminar en una devaluación cercana o mayor a un nuevo 100%, hacia unos simples 500 proyectos como la Villa Olímpica, el de Estación Buenos Aires, o el corredor Donado Holmberg. Que el pueblo compraría inmediatamente si terminara la inflación galopante.
Hay que dejarse de creer en los reyes magos. Si el estado simplemente sube los sueldos para empardar la inflación. Explotaríamos.
Si facilitara que esa masa de dinero se prestara a privados para consumo, se iría al dólar vía cadenas de importación de productos sofisticados. Y explotaríamos.
Si pide al FMI dinero para recomprar toda la masa de pesos, asumiríamos casi 30 mil millones de dólares más de nueva deuda porque no solo correría la masa que está hoy en LELIQ sino el resto de la base y agregados monetarios.
Si en cambio hacemos medio millón de unidades de vivienda, promediando las que solo requieren entre 5 y 15 mil dólares para servicios o mejoramientos básico, con las que podrían comprar unidades de entre 60 y 80 mil; pondríamos a andar el país de una buena vez, y sobraría trabajo.
No olvidemos que la cantidad de familias registradas entre PROCREAR, PROCREAR JOVEN, y la suma de programas de Vivienda que se ofrecieron en los últimos años, supera ampliamente los 400 mil postulantes. Pese a que la mayoría sabe que no podría acceder o porque quedaba limitada a una selección, cupo o sorteo. Y a precios de mercado que no optimizaban nada.
El Estado dejó de emitir para pagar déficit primario. Pero mantener los ahorros en PESOS en el BCRA y pagarles un 60% o más de Tasa de Interés para seguir guardados, incrementándose semanalmente y rogando para llegar a la segunda vuelta electoral de Diciembre, es como querer detener una bala con la mano.
Se hicieron casi todos los cambios regulatorios para que la industria de la Urbanización y la Vivienda sean la locomotora del país. Pero los Estados locales siguen esperando que las cosas las hagamos los particulares.
Y los particulares podríamos pagarlas, pero solo si ellos, una conjunto mayoritariamente decadente de 10.000 políticos, ignorantes en su enorme mayoría, firma los pocos papeles que pueden hacerlo posible, en cada provincia y cada municipio. A menos que el Presidente genere un PROGRAMA NACIONAL DE FIDEICOMISOS DE URBANIZACION Y VIVENDA y resuelva este desastre por decreto.
El único que tiene que tomar una definición relevante en estos días es Macri. Si apuesta a la politiquería, el subsidio, la prebenda y la asignación, perderemos todos menos ese conjunto de políticos mayoritariamente decadentes.
Y si desde esos tres ejemplos exitosos, Villa Olímpica, Estación Buenos Aires y Corredor Donado Holmberg, recurre a los mejores y apuesta al pueblo argentino en su conjunto, saldremos adelante en poco tiempo, ya que lo único que lleva al dólar adelante es que no hay nada que hacer con los pesos.
Solo la Provincia de Buenos Aires tiene unos 300 mil docentes y se estima que la mitad alquila. Resolver el tema con la gente es el verdadero "cambio".
Hacer que cada familia trabajadora suscriba un fideicomiso en algún sistema administrativo nacional, para Vivienda Nueva, Mejoramiento Habitacional o Urbanización Básica no solo no es difícil, sino que es mucho más sencillo que esperar que este país salga adelante sin hacerlo.