Crédito masivo para la vivienda: dos millones de trabajadores/as pueden ser el motor del crecimiento, por Inti Alpert
Por Inti Alpert
La idea de que en lugar de crear trabajo y riqueza hay que "poner plata en el bolsillo de la gente" es una progretudez que nos llevó a una inflación del 50% persistente, con niveles exasperantes de desocupación y pobreza. Y ante la que hay que contraponer un modelo "en serio", porque el pueblo argentino está al borde de un nuevo escalón de miseria, en cuanto al BCRA no le quede otra que devaluar fuertemente y licuar gran parte del ahorro de personas, empresas e instituciones, sea vía devaluación o lo que sería un desvarío peor aún, canjearlas compulsivamente por cualquier tipo de bono.
Sin embargo, cualquier persona trabajadora que cobra $65 mil mensuales, recibirá en 10 años, $8.580.000. Y si calificara para un crédito por el 25% de esa cifra, podría financiar su vivienda con $2.145.000. Cifras que cambiarán nominalmente por el efecto de la inflación pero que en términos reales será similar. Y sobre la que en términos reales, podría pagar una tasa de entre el 4 y 6% anual sobre saldo, sin demasiado problema.
¿Qué hace falta entonces para universalizar el acceso a la urbanización y la vivienda, condición básica para poder gozar realmente de educación, seguridad y salud?
Cambiar la idea de que hace falta regalar nuevo dinero, que solo sirve para que los pocos bienes que producimos sean cada día más caros y la inversión y el empleo existan pero en otros países, por lo difícil que se hace producir en este. Y apostar seriamente al respeto por cada persona, familia y comunidad. Dándole crédito para construir todo aquello de lo que sean capaces de hacer y pagar con tiempo.
Suponer que el superávit fiscal, bajar la inflación y ajustar la oferta con la demanda de dinero es anti popular, es tan absurdo como pensar que una bici anda mejor con la cadena estirada o la rueda pinchada. Y esperar que por poner más plata en la calle van a aumentar los bienes y no los precios es una estupidez que debemos desterrar del pensamiento popular.
El pueblo debe elegir si quiere repartir miseria o producir y acceder a la riqueza. Y nada mejor que TRABAJAR en urbanizar la TIERRA y construir VIVIENDAS con los recursos que para unos son AHORRO y para TODOS deben ser CRÉDITO.
Dos millones de familias trabajadoras entre esenciales y docentes pueden ser el motor hoy apagado que puesto a producir pueden sacarnos de la estanflación.