"Hay evangélicos en Cambiemos, en el peronismo, en el radicalismo y en el socialismo"
Por Camilo Carbonelli
APU: ¿Qué función cumple CIE (Casa de Integración y Encuentro)?
Sebastián Carnival: El CIE tiene que ver con poder acercarnos a la comunidad donde la gente pueda capacitarse, pueda emprender, tener un lugar de ocio, pueda relacionarse. Nosotros decimos que “Catedral de la Fe” es una gran familia y consideramos que el CIE es un espacio para que todos se sientan incluidos.
APU: ¿Qué características tienen los evangélicos y como se iniciaron en la Argentina?
SC: Es un estilo de vida, es una elección donde uno desarrolla una vida espiritual, que tiene que ver con un encuentro con Jesús. Lo acepta en su corazón y a partir de ahí la vida empieza a cambiar, a soñar, a sentirse diferente, y ve la vida con otros anteojos.
Los primeros ingleses en la Argentina tuvieron una vinculación muy extensa con el protestantismo, en donde hubieron evangélicos a lo largo del tiempo. En los últimos 40 años hubo un crecimiento demográfico muy importante, sobre todo a partir de los años 80´ con el evangelista Carlos Annacondia. Luego, en los años 90, van surgiendo Iglesias grandes en diferentes partes del país.
APU: ¿Que piensa de la participación política de los evangélicos?
SC: No es una obligación; tiene que ver con una vocación. Hay mucha gente que se interesa por distintas ciencias, como puede ser la medicina, la política, creo que aquellas personas que tengan vocación y sean evangélicos pueden participar en política.
Ahora bien, la iglesia evangélica como institución no hace política, quienes hacen política muchas veces pueden ser sus miembros. La iglesia evangélica no está afiliada a ningún partido político: en la iglesia hay mucha gente que piensan distinto en muchos temas, pero si encuentran un punto en común que tiene que ver con Jesús. Hay evangélicos en distintas áreas, puede ser que haya gente en Cambiemos, en el peronismo, en el socialismo, en el radicalismo. Eso habla de la pluralidad de la iglesia evangélica; hoy en día hay muchos prejuicios que tildan al evangélico como de derecha. Pero eso no es así, porque los encontrás en muchísimas áreas. A nosotros nos une una vida espiritual.
APU-¿Qué rol cumplen las iglesias cristianas en la sociedad?
SC: Hay que mirar a la iglesia evangélica como un actor en la comunidad. En este último tiempo, a partir de fenómeno de Brasil, se ha puesto la lupa en lo evangélico como actor político. Hay que ampliar esa mirada, la iglesia evangélica realiza muchísimas otras actividades en la comunidad, no tiene una afiliación partidaria. A veces la iglesia está en donde el Estado está ausente, aporta y trabaja en esas cuestiones.
Mucha gente se acerca a la iglesia por cuestiones económicas, problemas familiares, con desesperanza y la iglesia los convocan a soñar a que las cosas pueden ser de otra manera, con la ayuda de Dios es posible cambiar nuestra realidad social. No hay que esperar a que el reino de los cielos venga, sino que nosotros, mediante la oración, podemos declarar que el reino de los cielos se acerca a nuestra vidas todos los días. Por ejemplo, tenemos el programa RED DAR, que es una red de líderes comunitarios que trabajan en distintas áreas como en los clubs de barrio o con gente en situación de calle.
APU: ¿El proceso político que está viviendo Brasil con respecto a los evangélicos es similar a la Argentina?
SC: Son dos países diferentes. No se puede trasladar lo que pasa en Brasil con lo que pasa en Argentina, son dos realidades completamente distintas, en donde si uno pone la lupa para mirar, ves que en las presidencia de Lula tenías a un vicepresidente evangélico. No pasaba tanto por el partido político, sino pasaba por generar consensos y mayorías dentro de la sociedad. Brasil está viviendo un momento difícil porque tenés a un ex presidente como Lula que está preso.
En Brasil hay muchos más evangélicos que en Argentina. Hay aproximadamente 150 diputados cristianos en el Congreso. Tienen una agenda común en algunos temas y en otros, como la economía, tienen diferencias. Algunos son más nacionalistas otros más liberales, otros socialistas.
APU: ¿Ve que en Argentina podría pasar lo mismo en relación al Congreso? ¿Que se conforme un bloque evangelista?
SC: Se estima que en Argentina hay alrededor de 15 o 20 % de evangélicos en el orden nacional, pero en la provincia de Buenos Aires creo que ese número llega al 30%. Va a haber dirigentes evangélicos en Diputados: creo que en los próximos 10 años vamos a hablar de 20 diputados evangélicos. Lo vemos también en las legislaturas provinciales.
Históricamente, los partidos confesionales fracasaron. En primer lugar, porque no logran generar un discurso más allá de lo religioso. Había una ausencia de contacto con la realidad, se hablaba con parábolas bíblicas que no les llegaban a las mayorías. Me parece que ahora aparecieron muchos dirigentes, que pertenecen a las filas evangélicas y que tienen mucha capacidad y sensibilidad. Es parte de la realidad que muchos desconocen. De cualquier modo, vale para cualquier político: lo más importante de un dirigente es que entienda y comprenda a su pueblo.
APU: ¿Cómo estás viendo la realidad social del país?
SC: Mirando los indicadores del INDEC, los índices de la pobreza suben. Entonces, hay una pobreza que creció en los últimos años. Por otro, hay una pobreza estructural, donde no se ve una respuesta para sacar a la gente de la pobreza a lo largo de los años. La iglesia es un hospital espiritual. Nosotros trabajamos en el entretejido social y acompañamos a los más vulnerables, a las mujeres golpeadas, a los chicos que son huérfanos, a familias destruidas; la iglesia trabaja con todo ese entramado y buscamos que las personas se puedan formar y crecer.
Hoy te encontrás con que el 50% de los chicos que van a las escuelas no entienden lo que leen, y el 75% tienen problemas para hacer ejercicios matemáticos. Hay un proceso de descomposición del país en general, donde los indicadores no nos dan bien. Veníamos de un proceso de desarrollo y en el medio empezaron a pasar distintas situaciones que nos hacen llegar donde estamos hoy.
Es difícil de encontrar políticas públicas de largo plazo en la Argentina, llega un gobierno y cambia todo lo que hizo el anterior. Y se arranca de cero en políticas económicas, sociales, judiciales. Tenemos que crear un consenso en la Argentina para que en ciertos temas estemos todos de acuerdo.