Gabriela Estévez: “Estamos ante una verdadera fuga de talentos”
Por Agustín Pisani
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo encarna la ciudadanía cordobesa su cultura, cuál es el valor que se le otorga al arte y a lo cultural en la provincia?
Gabriela Estévez: Las cordobesas y los cordobeses estamos muy orgullosas y orgullosos de lo que somos y eso se expresa de muchas maneras, pero sobre todo a través de nuestra cultura. La cultura cordobesa es muy rica por muchos factores, pero el principal creo que tiene que ver con la diversidad de nuestra sociedad, una diversidad que al mismo tiempo se sintetiza en ese orgullo cordobés a través, por ejemplo, del cuarteto, que si vos te fijás es transversal desde el punto de vista de la clase social, la edad o el barrio en el que vivimos. En Córdoba no vas a ir jamás a un cumpleaños de 15 o un casamiento en el que no te pasemos cuarteto. Olvidate.
Y al mismo tiempo la cultura cordobesa es una cultura plural y diversa, como sus vecinas y vecinos. Esto lo podés ver claramente en época de Carnaval. Cada barrio es un mundo. La experiencia del carnaval que tengas va a ser muy distinta según vayas a Alberdi, San Vicente o Alta Córdoba. Hasta la estética urbana que se puede ver en el grafiti o los murales, varía un montón de barrio a barrio.
Tenemos fiestas como la de la Virgen de Urkupiña en Villa El Libertador que son una verdadera celebración a la diversidad de la cultura cordobesa, donde mucha influencia han tenido las colectividades migrantes, al igual que la migración de otras provincias hacia nuestra ciudad, o del campo a la capital. Toda esa diversidad convive y se expresa en nuestra cultura.
Tenemos barrios como Güemes con una cantidad enorme de salas y centros culturales, barrios que son en sí mismos polos culturales dentro de nuestra ciudad. También tenemos grandes museos que exponen lo mejor de las artes plásticas y la fotografía cordobesa. Nunca deja de sorprenderme el aluvión de gente que convocan las Noches de los Museos.
Esto me recuerda también que somos una ciudad jesuita, patrimonio cultural de la humanidad, y tenemos un orgullo gigantesco que se llama Universidad Nacional de Córdoba, que tiene más de 400 años, casa de la Reforma Universitaria. El Cordobazo, y podríamos seguir horas. Para mi Córdoba es un sentimiento, como el peronismo. Y estoy convencida que ese orgullo por nuestra identidad, por nuestra cultura, es algo que compartimos todos los cordobeses y todas las cordobesas. Y es algo muy nuestro, que el que viene de afuera por ahí no entiende de una, pero se enamora. Y muchas veces se queda a construir su vida acá.
APU: Mientras que lo económico estalla y además, desde los medios de comunicación hegemónicos se habla centralmente de la inseguridad, ¿qué valor se le otorga en la provincia a las políticas culturales y al propio acervo?
GE: Este sentido de pertenencia creo que se traduce lógicamente en una gran valoración por parte de las vecinas y los vecinos de Córdoba con relación a las políticas culturales. No me atrevo a decir que puedan ser algo definitorio, desde el punto de vista electoral, en este contexto social marcado por el desempleo, la precarización y el empobrecimiento. Lamentablemente, las necesidades de la mayoría de las cordobesas y los cordobeses hoy están pasando por cuestiones muy básicas como garantizar la alimentación o el techo. Es un horror lo que nos han hecho retroceder las políticas neoliberales de Cambiemos en poco más de tres años. Entonces me parece que en un contexto así cuesta más valorar, al menos como una prioridad, las políticas culturales. Pero que son importantes no tengo ninguna duda.
La evidencia de lo que te digo es que en torno a la defensa de nuestro derecho a la cultura, las cordobesas y los cordobeses se han organizado y han dado luchas que yo creo que han sido, y son, importantísimas. En Alberdi, por ejemplo, lo ves en la lucha colectiva de las vecinas y los vecinos para recuperar La Piojera, que además fue una lucha exitosa. Que un barrio entero se organice y movilice durante años para recuperar un teatro, un cine o un centro cultural es algo muy fuerte, y es que allí lo que está en disputa no es sólo un edificio. Es la posibilidad de que las nuevas generaciones transiten un espacio cultural muy arraigado a la cultura del barrio, que disfrutaron varias generaciones, y que está en el ADN de Alberdi.
Otro ejemplo, lo tenés en el proceso de organización y lucha que lleva adelante la Red de Salas, muy golpeadas por las políticas municipales y nacionales en estos últimos años. Porque cuando teníamos un Ministerio de Cultura y un Instituto Nacional del Teatro al servicio de las mayorías, las salas pudieron mejorar su infraestructura y equiparse más y mejor. Todo eso se frenó en los últimos años. Y encima el consumo de artes escénicas bajó porque la gente no tiene guita, no llega a fin de mes. Y como si fuera poco te subieron los costos porque te sacaron los subsidios a los servicios. Entonces todo se vuelve más difícil para las y los artistas de nuestra ciudad. Una verdadera desgracia, porque dejás sin laburo a un montón de gente, y encima privás a miles de atravesar una experiencia cultural, que yo considero que es algo re importante en la socialización de cualquier persona, pero también para construir inclusión social y ciudadanía.
APU: ¿Qué labor, que estén llevando a cabo en el campo cultural, podrías destacar?
GE: Nosotras y nosotros por ejemplo, hemos articulado mucho con el mundo de la cultura estos poco más de tres años que llevo como Diputada Nacional. Hemos presentado algunos proyectos muy puntuales, ligados a las problemáticas de algunos centros culturales de nuestra ciudad y también del interior. Pero el laburo del que más orgullosa estoy es un proyecto de Ley que empezamos a gestar acá con artistas de Córdoba del renombre de Carlos Piñero y Laura Gallo, y al que después se fueron sumando artistas de CABA, Buenos Aires, Santa Fe, Misiones, Jujuy, Mendoza, Neuquén y Río Negro, que busca garantizar el acceso a las artes escénicas a través del sistema educativo. La idea central es, por un lado, que las pibas y los pibes de todos los niveles puedan acceder al teatro, los títeres, la danza, etcétera, como parte de su formación, y al mismo tiempo, generar trabajo para nuestras y nuestros artistas. Porque lo que está pasando en la Argentina, y que me parece trágico, es que estamos ante una verdadera fuga de talentos. Siempre se habla más de la fuga de cerebros, para referirse a las científicas y los científicos que se ven obligadas y obligados a migrar en búsqueda de oportunidades, pero pocas veces se visibiliza la cantidad enorme de artistas que se están yendo del país porque acá no pueden laburar y desarrollarse.
El proyecto busca justamente eso, que las y los artistas del campo escénico puedan trabajar y crecer en su país si así lo desean, y de esta manera cortar con esta fuga de talentos. Y hablando de orgullo cordobés, el proyecto lleva el nombre del maestro Héctor Di Mauro, histórico titiritero cordobés que junto a su hermano recorrieron cientos de escuelas en todo el país, formando docentes y presentándose ante las y los estudiantes, para convidarles su arte, y darles de esa manera un momento de felicidad, pero también la posibilidad de abrir sus mentes e imaginar un millón de mundos y posibilidades, para sí y para sus comunidades.
APU: En el marco de las elecciones en Córdoba y pensando ya en las nacionales, ¿cuánto peso tiene la capacidad de unidad en pos de recuperar y garantizar derechos básicos que en los últimos años fuimos perdiendo?
GE: Las argentinas y los argentinos estamos viviendo momentos muy complejos. Ayer estuve en la Feria Internacional del Libro en Buenos Aires, escuchando a Cristina, que siempre nos hecha luz. Y ella hablaba de la necesidad de que todas y todos nos hagamos cargo un poco de la parte que nos toca, ¿no? Esto de que nadie puede salvar solo o sola un país. Todos los sectores tienen que aportar su parte, desde su lugar, su experiencia, y con sus matices. Pero necesitamos volver a pensar un proyecto de Nación que nos incluya a todas y todos. Un poco eso es lo que Cristina nos quería decir con su llamado a un Pacto Social por una Ciudadanía Responsable. Y me parecía re interesante que ella planteaba que esto no significaba volver a lo de antes, sino construir algo nuevo, algo superador, algo de lo que todas y todos nos podamos sentir parte y pechar para el mismo lado. Que importante eso, ¿no? Porque si no somos capaces de definir un proyecto de Nación, que retomando lo que hablábamos antes implica también pensar un proyecto cultural, entonces difícilmente podamos cortar con este ciclo de diez años de prosperidad, crisis, y volver a empezar, y así sucesivamente.
En este sentido ella viene construyendo un diálogo muy importante para lograr la unidad del peronismo, del campo nacional y popular, y en general de todas las fuerzas vivas de nuestra sociedad. Más allá de que sea ella o no la candidata, que ayer quedó claro que todo el mundo la prefiere a ella, pero bueno, es una decisión que tiene que tomar ella, lo importante es que podamos construir una mayoría sólida, con eje en el peronismo, donde todos los sectores sociales nos comprometamos activamente. Primero para derrotar al neoliberalismo en agosto y octubre. Pero después para reconstruir la Patria y aportar a ese proyecto de Nación, ese proyecto colectivo. Creo un poco que la idea es esa. Y en ese sentido el único límite es Cambiemos, después hay que salir a hablar con todas y todos, a persuadir, pero sobre todo a escuchar a las y los que piensan distinto, y a encontrarnos de nuevo, todas las argentinas y todos los argentinos, que tanta falta nos hace, para reconstruir la Nación y encarar un proceso sólido hacia el desarrollo económico con justicia social.