“De la mano de Cristina pudimos resignificar al feminismo”
Por Santiago Asorey y Ludmila Sueiro
Agencia Paco Urondo: Las mujeres y disidencias que pertenecen al campo nacional y popular están ganando terreno en el movimiento feminista ¿Cuál le parece que sea su rol?
Gabriela Estévez: Las mujeres siempre han tenido un rol fundamental en el campo nacional y popular, y especialmente en el peronismo. La figura de Evita es clave en este sentido, y de su mano las conquistas de las mujeres durante el primer y segundo peronismo. Más recientemente también la referencia ineludible de Cristina que incorpora a la agenda de mujeres, también la de la diversidad durante sus gobiernos. Gracias a ellas y muchas otras compañeras, gracias al empuje del movimiento feminista y disidente, y gracias también a las juventudes que tienen otra cabeza sobre estos temas hoy las mujeres y la diversidad ocupan un rol central en la política en general y en el campo nacional y popular en particular.
APU: ¿Qué significa la figura de Cristina Fernández de Kirchner en la construcción un feminismo popular?
G.E: Es fundamental. Cristina nos permitió a mi generación poder pensarnos como sujetas de poder logrando ser la primera mujer electa y reelecta Presidenta de la Nación y ahora también Vicepresidenta. Además, es sin dudas la principal actora de la política argentina y una figura de peso a nivel regional y global. Pero de la mano de Cristina también pudimos resignificar el feminismo como feminismo popular vinculando la agenda de las mujeres y las disidencias como un aspecto esencial y transversal a la agenda de la justicia social. No hay justicia social con nosotras afuera. Y eso se lo debemos en gran parte a Evita y Cristina.
APU: ¿El lugar de las mujeres en la participación política tiene un cambio con la presidencia de Alberto Fernández? ¿Repercute el difícil contexto social y económico en su participación?
G.E: Sin lugar a dudas. La presidencia de Alberto ha dejado claro desde la campaña, como así también en su discurso de asunción y en el discurso de apertura de las sesiones ordinarias que la agenda feminista es una prioridad. Pero no son sólo discursos. La decisión de crear el primer Ministerio de Mujeres, Géneros y Diversidad y de enviar al Congreso un proyecto de Ley de Interrupción Voluntaria del Embarazo son hechos concretos que parten de la decisión política del Presidente como correlato de la lucha histórica del movimiento feminista y disidente. Definitivamente estamos en un contexto político distinto que asume estas agendas como parte de las acciones del Estado y me siento orgullosa de formar parte de este momento histórico y de este espacio político.
APU: ¿Como analiza el rol del movimientos de mujeres en el mapa político de Córdoba?
G.E: El movimiento feminista y disidente en Córdoba es muy potente, con organizaciones, militancias y referencias históricas que vienen haciendo la diferencia en este tema. Soy parte de ese gran movimiento que, además, es transversal. Creo que el empuje actual se lo debemos a las pibas, a las nuevas generaciones de mujeres vienen ocupando las calles, ocupando espacios en las organizaciones de base e impulsando a compañeras en los espacios de poder. Córdoba tiene que estar muy orgullosa de su aporte a las transformaciones que estamos viviendo.