"No todos los chicos de mi generación saben exactamente qué pasó La Noche de los Lápices"
Por Nadia Mayorquin
El golpe de estado de 1976 y la posterior dictadura cívica, militar y eclesiástica que gobernó de facto la Argentina hasta 1982, llevó adelante un plan sistemático económico, político, cultural y social con el objetivo de instalar las bases del neoliberalismo. Para lograr este objetivo necesitaban someter a una generación. Por esta razón el método utilizado por las fuerzas represivas del estado fue las del secuestro, asesinatos, tortura y desapariciones forzadas de personas, entre las víctimas estaban los estudiantes.
El operativo titulado en documentos oficiales de la policía bonaerense se llamó “La Noche de los Lápices”, inició la noche del 16 de septiembre de 1976 en La Plata. Comienza con un gran operativo orquestado y ejecutado por los efectivos policiales bonaerenses y el Batallón 601 del Ejército con el objetivo de capturar a nueve jóvenes que tenían entre 16 y 18 años, la mayoría de ellos integrantes de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES), quienes reclamaban por el boleto estudiantil secundario gratis. El día 16 en una primera jornada de secuestros, detienen a María Claudia Falcone, Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro, todos ellos eran militantes de la UES. Posteriormente continúan al día siguiente, apresando a Emilce Moler y Patricia Miranda, ambos de la UES y estudiantes del Colegio de Bellas Artes de La Plata. Y a los cuatro días después secuestran a Pablo Díaz quien militaba en la Juventud Guevarista.
Todos fueron conducidos al centro clandestino de detención conocido como Arana, donde fueron torturados durante semanas. Después fueron trasladados a destinos similares: la Jefatura de Policía de la Provincia de Buenos Aires y las Comisarías 5.ª, 8.ª y 9.ª de La Plata y 3.ª de Valentín Alsina, en Lanús, el Pozo de Banfield, el Pozo de Quilmes, y el Polígono de Tiro de la Jefatura de la Provincia de Buenos Aires. Solamente sobrevivieron Gustavo Calotti, Emilce Moler, Patricia Miranda y Pablo Díaz, lograron su libertad entre 1978 y 1980, tras estar “a disposición del Poder Ejecutivo Nacional”.
El lunes 16 de septiembre del 2019, se conmemoraron los 43 años. En diversos rincones del país se realizaron actos para recordar y reivindicar los ideales de esos jóvenes militantes que soñaban con un mundo y un país donde hubiese Justicia Social. AGENCIA PACO URONDO conversó con la estudiante Violeta Tealdi quien vive en Río Cuarto, Córdoba. Actualmente cursa en el Colegio Normal Justo José de Urquiza. Violeta es militante de la Unión de Estudiantes Secundarios (UES) y nos compartió su mirada sobre la lucha de aquellos jóvenes y los de su generación.
Para Violeta los estudiantes a parte de luchar por el boleto estudiantil que fue por lo que más fueron reconocidos, tenían un proyecto político para el país, que era en base a todo lo que se vivía en esa época, ellos lo tenían tatuado en su frente y era parte de su militancia. La noche de los lápices representa un día conmemorativo por la lucha de los estudiantes, representa muchas cosas, es un día fuerte, agrega.
APU: ¿Qué reflexión hacen los jóvenes de tu edad sobre la noche de los lápices?
Violeta Tealdi: Los chicos de mi edad se interesan bastante, pero no tienen argumentos porque no están informados porque no se habla del tema en el colegio y en las casas de ellos. Saben que pasó algo importante pero no saben exactamente qué, cómo y por qué pasó.
APU: Sobre las diferencias entre la manera de hacer política de aquellos/as jóvenes y los de tú generación…
V.T.: Yo creo que los jóvenes de aquella época eran más sobresalientes, se mandaban más al frente, ellos tenían más garra y podían hacer muchísimas más cosas que capaz ahora nosotros como militantes no podemos o no se nos dan las mismas ideas.
APU: Desde tu perspectiva, ¿cuáles serían los desafíos actuales?
V.T.: Los desafíos actuales pueden ser organizar bien a un grupo de mucha gente, ayudar a los que más lo necesitan, porque en realidad es lo que hacemos, aunque hoy los mismos chicos que están militando en la UES tampoco comen, ni se abrigan, así que el desafío es múltiple. Otro desafío es poder salir a la calle no en forma de protesta fuerte porque es jodido, creo que hay bastantes desafíos y hay algunos que posiblemente parezcan más simples pero puede ser que si organizo a estas personas capaces lo logremos.
APU: ¿Cómo se organizan?
V.T.: Generalmente lo que hacemos es juntarnos , hacer una reunión, ver lo que necesitamos, lo que nos parece a todos que podamos hacer y después hablar con las otras organizaciones de la UES de otros municipios, ciudades o de otras provincias y entre todos poder hacer algo juntos entre toda la UES.
APU: Y, ¿cuáles son los temas políticos que hablan?
V.T.: Los temas que debatimos son la I.V.E. (Interrupción voluntaria del embarazo), educación sexual, también cuando los chicos no podían votar en el padrón porque no estaban. Bueno… en mi escuela la militancia feminista es cero porque la verdad no les interesa nada, como que les da lo mismo. Pero en otros colegios de aquí Río Cuarto como el Santo Eufrasia y Da vinci tienen una militancia de género súper linda. Los jóvenes fuera del ámbito escolar tienen perspectiva de género pero dentro de mi colegio es cero.
Memoria, Verdad y Justicia por: María Claudia Falcone, Claudio De Acha, María Clara Ciocchini, Francisco López Muntaner, Daniel Racero y Horacio Ungaro.