Tamborera llama tambor
Por Ramiro Comes | Foto: Ramiro Comes
Por decisión del autor el artículo contiene lenguaje inclusivo.
“Perla” (41) madre de dos hijos, nació y creció en el Barrio de Villegas en Ciudad Evita en el municipio de la Matanza. Este barrio fue poblado por afroporteñxs hace más de medio siglo, barrio donde se respira rumba, candombe y tambor. Caminando por los pasillos podemos ver en las rejas de entrada de las casas las históricas sankofas. Este símbolo que dejaron marcados nuestros ancestros herreros y artesanos, y que vive hasta hoy encriptado en nuestra cotidianeidad es originario de África del pueblo Acan oriundo del sur de Ghana, este de Costa de Marfil, y partes de Togo. "Sanco" significa que va detrás y "fa" que toma de él: mira al pasado para crear el futuro y no olvidar. En síntesis, sankofa significa que cuando mirás al pasado, podés reconocer el futuro.
Algo de esto nos pasa cuando hablamos con Perla, cuando recorremos su barrio. Escuchamos por todos lados rumbas, salsas y cumbias como parte del latido barrial. El candombe porteño vive allí también, guardado como el tesoro más preciado.
Perla Robles Lamadrid: Yo perseguía desde muy pequeña mi sentir al escuchar el tambor al hablar con su sonar.
Y cantando nos recibe:
“Desde pequeña pude sentir
dentro de mí una vibración,
cuando escuchaba la canción
que en mi familia sonaba,
ver a mis primos con mucho orgullo
tocar ese tambor
y hace bien el sentir
del cantar de mis abuelas
lo llevo en el corazón
como una llama candente”.
Perla pertenece a los Lamadrid, sexta generación de quienes fueron esclavizadxs, una familia con muchas historias en Buenos Aires, donde sus ancestrxs se remontan al siglo XVII. Desde pequeña siempre disfrutó las fiestas familiares, siempre tumultuosas, donde nunca faltaba el baile, la voz y el tambor haciendo sonar la rumba abierta y el candombe porteño.
Mientras que el candombe porteño o candombe de Buenos Aires nos acompaña hace más de dos siglos, la rumba abierta es un género afroporteño que se toca desde el primer cuarto del siglo XX aproximadamente. Fue el resultado de la admiración y empatía de lxs afroporteñxs por la rumba cubana de aquella época, mixturando toques de ambos géneros y cantando canciones tanto cubanas, como tangos y otros géneros admirados por la comunidad.
P. R. L.: Desde mi niñez solo vi mujeres cantando y ninguna al tambor; siempre me pregunté, ¿por qué solo ellos?
A los 11 años Perla, se propone ser tamborera, pero no será hasta los 15, después de un proceso de aprobación de sus mayores que sellara ese pacto de amor y ancestralidad que lleva hasta hoy con orgullo.
P. R. L.: En diciembre del 1990 tomé mi primera comunión, estando en casa con familiares, un tío que tocaba el tambor me invita a acercarme, con el consentimiento de mi tía abuela que ya había visto mi interés por los cueros. Cuatro años después al cumplir los 15 años, en vez de bailar el vals me puse a tocar el tambor con mi vestido puesto. Las tías murmuraban y el resto de la familia aprobaba mi actitud, incluidos mis padres a los que amo.
Foto: Colección Perla Robles Lamadrid
Perla fue conociendo sus orígenes y empezó a comprender el porqué de ese llamado, también fue muy importante para ella la presencia de los tíos y primos tamboreros en la familia.
P. R. L.: Mis tíos y primos siempre me inspiraron. Los observaba y admiraba siempre con respeto, imitando eso que se llama amor a tu origen (esencia) real. Así llegué a investigar sobre nuestra descendencia; el porqué de esa atracción corriendo por mis venas, completamente en mi interior y exterior corporal, compartiendo sentires plenos.
Considero mis maestros en este proceso de perseverancia y valor a quienes me acompañan como mis tíos Hugo Yanonne, Juan Carlos Robles, José Luis Robles; mis primos Daniel Ibañez , Osvaldo Nogueira y mi hermano Julio Aníbal Robles que en cada salida me enseñaba con charlas, vídeos y en mateadas interminables donde compartían sus saberes.
Año tras año nuestra tamborera se fue perfeccionando, aprendiendo siempre del el ámbito familiar
P. R. L.: Me fui complementando con cantos para tener siempre presente a mis grandes tías abuelas mellizas (Carmen y Albertina Lamadrid) que fueron las que pude conocer y consideré mis abuelas por el cariño que mis padres le tenían, como si fueran sus madres (luego comprendí el porqué de tanto amor), eran las reinas, ejes, sostén de la gran familia. Todas mis tías cantaban a coro, recuerdo a Pelusa y me veo a mí y a mis primas acoplándonos de manera sentida a sus voces.
El ingreso a la Asociación Misibamba en el año 2012, en donde su tía María Elena Lamadrid es la presidenta, le abriría un nuevo camino a la militancia por su identidad afroargentina al compartir su arte, y su afecto con una familia más grande. Con gran altura, hasta hoy, comparte los tambores con Cutin Delgadino experimentado percusionista de familia afroporteña y sus compañeras la tía Norma Lamadrid, Analía Espinosa y Jesica Lamadrid en el baile y canto con el que harán vibrar los cueros con candombes, sembas y rumbas abiertas en varias presentaciones de la Asociación.
P. R. L.: Ingresar a Misibamba fue la explosión para mí. Ser tamborera y compartir con mis pares hombres y mujeres toda esa experiencia, era estar donde de verdad siempre soñé estar. También fue una necesidad de visibilizar a la mujer en el tambor. Anteriormente estuve en una organización afro donde era espectadora, eran todos hombres los que tocaban. Esos encuentros me fueron fortaleciendo en cada abrazo. Viendo en cada persona que fui conociendo a mi familia distribuida en diferentes lugares del país. Conocí a Lucia Dominga Molina de Santa Fe, Claudia Margosa de Chaco, Marín de Entre Ríos, Luciana de Córdoba y a Karen de Corrientes cada una con su agrupación unidas formamos algo muy Federal.
Es que la Asociación Misibamba junto con La casa de la cultura Indoafroamericana de Santa Fe, cuya presidenta es Lucía Dominga molina fueron les fundadores de la Red Federal de Afroargentinos del Tronco Colonial que reúne a diversas agrupaciones de todo el país de origen afroargentino donde las mujeres tienen un peso, una relevancia muy importante con una fuerte militancias en el feminismo negro.
Foto: Ramiro Comes. VII Encuentro Red federal Afroargentinxs del Tronco Colonial, ciudad de Santa Fe 2018. Tambores: Perla(derecha) tocando junto a Cutin Delgadino (centro) y Marito López (izquierda) en voz y danza Jesica Lamadrid (izquierda) y Analía Espinosa (derecha).
Con el tiempo Perla fue tomando el canto y la poesía como una extensión del tambor. Lo que siente por su ancestralidad, a través del arte también le permite expresar los sentimientos más fuertes como la pérdida de alguno de sus familiares o el amor que tiene por su familia. En 2019 en el VIII encuentro de la Red Federal se realiza un conversatorio de mujeres afro y se presenta el libro Hermanas editado por Leguera Cartonera. Allí Perla publicará cuatro poemas junto a 12 hermanas afroargentinas y afrolatinoamericanas.
P. R. L.: Empecé a escribir en el primer festival afro que se hizo en Santa Fe organizado por la casa Indoafroamericana. Fue como una bendición de los ancestros rodeada de tantas organizaciones y presentándonos con mis aliadxs, mis primxs. Mis madrinas, mis aliadas a la hora de escribir fueron Lucia Molina y Claudia Margosa.
Foto: Perla junto a Lucia Dominga Molina y Claudia Margosa.
Descender de “Africanos que fueron esclavizados” en Argentina, mi país, me hizo comprender el porqué de todos mis sentires, cuando canto, toco el tambor y escribo. Estas tres cosas son esenciales en mi vida para compartirlas con quien lo desee.
TAMBOR INICIA TAMBORERA
Llegó su momento a relucir
Un día consagrado para la niña
por tomar su primer comunión
regresar a su casa y toda la familia
a festejar ese gran acontecimiento
Tambores a brillar de costumbre
esta vez bendecida por su abuela
quien apostó a la jovencita de una,
jamás la defraudó por nada
Sabía que no le fallaría sin dudas
En cada fiesta y cumple infaltable
Baile, canto, música y tambores
El apoyo incondicional siempre
Mujer al frente con precisión
MARTA OFELIA ROBLES LAMADRID
Tamborera Perlis así la llaman
Su corazón alza por honor a aquellos
Q intentaron separarnos arrancando
y borrando, invisibilizándonos…
Me siento como el ave fénix
En mí resurgen mis ancestros
En cada sentir escuchar mi tambor
Compartir lo que heredé como sé
Y me enseñaron con orgullo a seguir
Adelante como la familia deseaba
Gracias vida madre Lucía Elsa Lamadrid por darme este sentir afroargentino.