A la querida Eva Perón, por Hernán Herrera
Por Hernán Herrera*
Me llegan recuerdos desde la infancia, en el comedor de mis viejos. Tenían como retrato una imagen inmensa, empotrada en el modular: la foto de la compañera Eva Duarte.
¿Cómo no me voy a emocionar, cómo no voy a querer militar para defender a los más desprotegidos de todo tipo de adversidades?
¿Cómo no le voy a dar uso al corazón en esto de sentir la necesidad de los que menos tienen? Si todo eso me lo enseñó mi vieja, si me contó con lujos y detalles lo que hacía Evita. Juro que se me caen las lágrimas de sólo recordar esos bellos momentos infantles.
¡Qué lindo es ser Peronista, qué lindo es ser argentino!
No hay nada más grande y grato para el alma que ver sonreír por los derechos conquistados a los trabajadores y trabajadoras. No hay nada más hermoso que la sonrisa de los niños y niñas de nuestros barrios, contentos con su infancia y sus condiciones de vida dignas.
No hay nada más precioso que la sonrisa de aquellas canas. La sonrisa de aquellos pelos coloridos de nuestras jubiladas y jubilados al recibir una vacuna.
Evita también es esa alegría de poder comprarle un caprichito a algún nieto o nieta. Por esas sonrisas sigo adelante queridos compañeros y compañeras.
Por esa nostalgia jamás voy a bajar los brazos, ni dejaré de militar por los derechos que nuestro pueblo consiguió desde que la abanderada, la referente de los más humildes se puso la patria al hombro.
Va mi saludo afectuoso a la querida compañera Eva Duarte de Perón.
* Camionero y militante político de la Corriente Peronista 13 de Abril de Merlo