Hermes Iai y los 13: El robo de las manos de Perón y la importancia política de los cuerpos

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Hermes Iai y los 13: El robo de las manos de Perón y la importancia política de los cuerpos

04 Julio 2024

Lunes 1 de julio de 1974. La muerte de Juan Domingo Perón marca un quiebre en todo sentido de nuestro devenir como país. Ya nada sería igual. Trece años después, su tumba y su cuerpo en el Cementerio de la Chacarita fueron profanados. A medio siglo de la fecha inicial, Flow estrenó Hermes Iai y los 13: el robo de las manos de Perón, serie documental que recopila años de investigación, abundante y diverso material de archivo, y decenas de testimonios que profundizan en las principales hipótesis que surgieron. Un hecho sin respuestas ni culpables que marca la constante necrófila en la historia de nuestra sociedad. 

Con la dirección y producción ejecutiva de Laura Duran y Juan Fernández Gebauer, y con la incorporación de Juan Manuel Bordón para la triada del guion, a lo largo de cuatro capítulos se sigue el recorrido de Jaime Far Suau, juez que intentó durante un año y medio resolver el caso. La tira, a cargo de la productora Vaskim, toma su título del seudónimo usado por los ladrones, quienes días antes habían firmado de esa manera una carta anónima dirigida a tres de los principales dirigentes peronistas de la época, dando aviso y exigiendo millones de dólares: Carlos Grosso, presidente del PJ porteño, Saúl Ubaldini, titular de la CGT, y Vicente Leónidas Saadi, gobernador de Catamarca y responsable del PJ nacional.

Cada episodio intenta profundizar, a partir de retazos del expediente y de la vida de los protagonistas, en algunas de las hipótesis que se barajaron, oficial o extraoficialmente. Con estilo similar al de Netflix, en términos de narrativa y fotografía, deja cuestiones abiertas para retomarlas a continuación, aunque en algún punto terminen llevando a la nada. De esa manera, veremos aportar sus opiniones a ex funcionarios, investigadores, historiadores, periodistas locales y extranjeros, familiares, personal judicial, vinculados o no a la causa, incluso alguno con identidad protegida, destacando -a criterio discrecional- el aporte de Alejandro Rodríguez Perón, sobrino nieto, y de Domingo Liotta, ex secretario de Salud.

Al mismo tiempo, explora el contexto histórico y político de la época, tanto en lo referido a la figura de Perón como al mandato de Raúl Alfonsín. En el relato se entrecruzan la vuelta a Ezeiza y la interna peronista, los levantamientos carapintada, el rol de los ex agentes de inteligencia de la dictadura, y los conflictos gremiales, entre otros temas. De igual manera, se reponen, de menor a mayor conspiranoia, varias hipótesis: de la desestabilización política, pasando por extorsión por dinero oculto en el exterior o un entramado internacional de masonería y otras sectas, a la posible e inefable influencia de la CIA, que reconoce por primera vez tener información y estar procesándola. El rompecabezas sigue incompleto, pero aislar los hechos de nuestra historia de su carga simbólica es un sinsentido.

La investigación estuvo plagada de pistas falsas y muertes misteriosas. Tal como se mencionó, uno de los ejes es el juez Far Suau, quien falleció en accidente de auto junto a su esposa. Si bien Carlos Zunino, uno de los comisarios a cargo, sobrevivió a un disparo en intento de robo, Luis Paulino Lavagna, uno de los serenos del cementerio, y María del Carmén Melo, quien solía llevar flores a la tumba, fueron asesinados a golpes. Otro de los ejes es Licio Gelli, uno de los líderes de la logia italiana Propaganda Due, como parte de los señalamientos que María Estela Martínez, entre tantas suposiciones y pistas esotéricas

La expectativa que genera Hermes Iai y los 13: el robo de las manos de Perón es muy alta, no sólo por la talla del principal protagonista sino porque el hecho sigue siendo objeto de especulación. En términos generales, cumple su función. Recupera el caso, contextualiza, aporta material, testimonios e hipótesis. La narrativa envolvente y el trabajo de investigación hacen lo suyo. Por más que, al recuperarlas, termine cayendo en las mismas teorías conspirativas que hicieron naufragar la causa, no tira de la cuerda ni pierde interés. 

Tras la muerte de Far Suau todo se paralizó. Ningún magistrado subrogante avanzó, por lo que quedó archivada. Recién en 1994 Alberto Baños insinuó retomar alguna línea, aunque siguió el mismo camino. El juez cobró notoriedad en los últimos años por su papel en la investigación del asesinato del militante Mariano Ferreyra y de la desaparición irresuelta de Arshak Karhanyan, policía de la Ciudad de Buenos Aires. Hoy es secretario de Derechos Humanos de la Nación y es cómplice del vaciamiento de los espacios de memoria y de la pérdida de los cientos de puestos de trabajo, en consonancia con la política de Javier Milei. 

El escarnio de su tumba y de su cuerpo no son un hecho aislado, insistimos, se inscriben en una constante necrófila de nuestra historia, vinculada sobre todo a, al menos, las principales figuras del peronismo. Veinte años antes había ocurrido lo mismo con su mujer, Eva Duarte de Perón. Si bien la producción reseñada se asoma de alguna manera sobre esta idea en los momentos finales, está claro que si la importancia política del cuerpo radica, en parte, en su carga simbólica, su profanación es una contrafuerza en el mismo lenguaje. 

En la actualidad, los restos de Juan Domingo Perón descansan en el museo histórico de la Quinta San Vicente, en la localidad homónima bonaerense. El odio político en su máxima expresión intentó violentar su vínculo con el pueblo. Sin embargo, tal como nos dice Leonardo Favio, a pesar de los golpes de Estado, la proscripción y la represión, “el Peronismo no puede ser robado”. A raíz del estreno, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Laura Duran, una de las productoras, directoras y guionistas de la serie.

Agencia Paco Urondo ¿Cómo surgió la idea?

Laura Duran: Surgió de una serie de coincidencias y un interés profundo en los aspectos más oscuros de la historia argentina. Juan -Fernández Gebauer- estaba en un tren cuando, por casualidad en una nota de un diario, leyó la carta enviada por los profanadores. Quedó fascinado por el horror del tema, del cual no sabía mucho en ese momento. Aunque había oído sobre el robo de las manos de Perón no recordaba los detalles, y la carta, con su lenguaje entre místico y policial, que hablaba del paso de Perón a la inmortalidad y exigía una deuda de 8 millones de dólares, le pareció sacada de una novela de ficción.

Yo venía pensando en hacer un proyecto sobre la necrología argentina desde hacía tiempo. Cuando hablamos del tema, recordé de inmediato un archivo de la reapertura de la bóveda de Perón en 1995. En esas imágenes impactantes se veía el cuerpo del General, aún conservado gracias al formol, mientras los peritos lo tocaban y deformaban. Comprendí que era la historia que queríamos contar juntos. La serie se presentaba como una oportunidad única para estudiar esos años tumultuosos de la vuelta de la democracia en Argentina y explorar el simbolismo y la oscuridad del caso del robo de las manos de Perón.

Para la investigación convocamos a Juan Bordón, quien representaba un vínculo perfecto entre lo policial, lo judicial y lo político, y comenzamos una exhaustiva búsqueda de la verdad detrás de uno de los episodios más enigmáticos y oscuros de la historia argentina. Esta historia, con su profundo significado político y simbólico, nos permitió revisar esos años cruciales de la vuelta a la democracia. La serie se convirtió en una oportunidad para ofrecer una nueva perspectiva sobre un caso que aún resuena en la memoria colectiva del país.
 
APU: ¿Cómo fue el proceso de realización?

LD: Fue un desafío apasionante y complejo. Desde el inicio, nos sumergimos en una exhaustiva investigación que nos llevó a explorar archivos históricos olvidados, llenos de polvo y humedad. Pasamos incontables horas en hemerotecas, leyendo cientos de fuentes, compilando listas, cronologías y mapas conceptuales como verdaderos detectives en una búsqueda muy meticulosa de armar un rompecabezas fragmentado. Tanto los documentos históricos como los testimonios de los más de treinta entrevistados revelaron versiones contradictorias y fragmentadas de los eventos. Las piezas se escondían y nuestro objetivo era escuchar todas las voces para reconstruir la versión más completa de los sucesos.

Optamos por el formato del true crime, ampliamente consumido en Argentina pero en general asociado a historias extranjeras. Queríamos ofrecer una narrativa de género sobre un crimen local, aprovechando este formato para llegar a una audiencia más amplia y fomentar un diálogo profundo sobre la historia. Durante el proceso entrevistamos a más de treinta personas claves relacionadas con el caso, incluyendo periodistas, políticos, historiadores y familiares de Perón. Sin embargo, el tema es sombrío y hubo entrevistados que, por temor a las implicancias -no olvidemos que alrededor de esta causa hay 6 muertes-, rechazaron hablar. Sus miedos, en ocasiones palpables, nos afectaron y generaron situaciones inesperadas durante la producción. Un momento crucial fue asegurar el testimonio de Agustín Far Suau, hijo del juez, cuya muerte misteriosa durante la investigación añadió una capa de intriga y relevancia emocional al proyecto.

El proceso de edición, de la mano de Ignacio Ragone, fue monumental. Se invirtieron innumerables horas en organizar los materiales recopilados, darles sentido narrativo y buscar imágenes que complementaran la historia de manera evocadora y precisa. El equipo técnico, compuesto por gente muy profesional y comprometida con el proyecto, desempeñó un papel fundamental en la creación de una serie que alcanzó una calidad asombrosa.
 
APU: ¿Qué significa para usted haberla llevado a cabo?

LD: Representa un desafío profesional monumental y, al mismo tiempo, una experiencia profundamente significativa. El proceso fue un viaje intenso y apasionante, donde cada paso nos llevó más cerca de entender y compartir una historia que tiene resonancia en la memoria colectiva de nuestro país. Trabajar con un equipo tan talentoso fue fundamental. Desde Ignacio y Juan, Paula Ramírez en la dirección de sonido, Ramiro Jota Bochatay en la música, Cecilia Orsini en la de arte y Dante Ginevra en el diseño de arte, ilustraciones y diseño gráfico, a Alejandro Ros en el diseño del afiche, cada uno aportó su habilidad y dedicación para lograr una calidad asombrosa en cada detalle de la producción. Estamos realmente orgullosos del nivel de excelencia que alcanzó la serie y de cómo cada elemento técnico y artístico se integró para contar esta historia de manera impactante.

Por supuesto, el camino estuvo lleno de desafíos. Las dificultades y frustraciones inherentes a la investigación de un tema tan delicado, las amenazas percibidas y la resistencia encontrada en algunos entrevistados, todo ello formó parte de un proceso que nos hizo cuestionar y superar nuestros límites personales y profesionales. Sin embargo, cada obstáculo superado nos fortaleció y nos permitió llegar a un entendimiento más profundo de la complejidad de la historia que estábamos contando. Recibir respuestas tan positivas de la audiencia y de la crítica nos llena de satisfacción y nos impulsa a seguir explorando nuevos proyectos que puedan resonar de la misma manera. Esta serie no sólo fue un esfuerzo por contar una historia fascinante, sino también por contribuir al diálogo cultural y social de nuestro tiempo, y por eso su realización tiene un significado muy especial para nosotros.

APU: Luego de largometrajes como Hijos nuestros, Chaco, Noh, y La fragilidad de lo real, llegó la primera serie. ¿Hay próximos proyectos en mente?

LD: Estamos enfocados en nuevos proyectos que están en desarrollo. Ahora estamos en Europa trabajando en la grabación de otro caso policial en Italia, relacionado con Gianni Vattimo, reconocido filósofo italiano. Durante la investigación de El robo de las manos de Perón hemos conocido personas y abierto investigaciones paralelas muy interesantes. Con nuestra productora estamos continuamente generando y armando nuevos proyectos, tanto en Argentina como fuera, y abarcando tanto documentales como proyectos de ficción. Pronto habrá más noticias sobre nuestras próximas producciones.

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