Yo le pido a San Jauretche: día del pensamiento nacional
Por Rafael Restaino
Por medio de la ley 25.844, que fuera promulgada por el entonces presidente Néstor Kirchner en el 2004, se fundamentó de manera contundente: “Institúyese el día 13 de noviembre 'Día del Pensamiento Nacional', en homenaje al nacimiento del escritor y pensador Arturo Martín Jauretche… Declárase de interés nacional las actividades relacionadas… Requerir del Consejo Federal de Educación la incorporación de todos los temas relativos a la vida y a la obra del escritor en los contenidos básicos comunes de la EGB y Polimodal.”
A 120 años del nacimiento de este político, sociólogo y genial polemista, podemos asegurar que su pensamiento sigue más vigente que nunca, ya que el eje central del mismo consiste en reconocer los tentáculos de la dependencia y desde allí buscar la libertad. Un apotegma que continúa estando presente en nuestros días… muy presente.
El pensamiento nacional
El pensamiento nacional se encuentra a lo largo de la historia argentina. Está latente en San Martín, luego de la ruptura con Alvear, en el federalismo de Artigas, en las proclamas de Felipe Varela, en FORJA, en el justicialismo. Abarca desde la derecha nacional hasta la izquierda nacional. Desde los que reconocen la tradición hispánica y el cristianismo, hasta los que lo hacen con una cuota marxista. Desde el nacionalismo circunscripto al territorio argentino, al nacionalismo de Patria Grande. Son muchos quienes, valientemente, han dejado la semilla para pensarnos desde nosotros. Algunos de esos faros han sido José Hernández, el padre Castellani, Vicente Sierra, Saldías, Manuel Ugarte, Scalabrini Ortíz, J. W. Cooke, Hernández Arregui, Fermín Chávez. Todos ellos y muchos más llevaron adelante la tarea de romper esa tara originaria que se encuentra en el acuerdo entre las elites del sector agroexportador y el imperialismo inglés. Alineándose la primera en todo sentido a ese imperialismo que lo ejercerá sobre el total del conjunto social, estructurando un pensamiento eurocéntrico que negará rotundamente al pensamiento nacional.
Aparición de FORJA
Así como en otros momentos de nuestra historia, José Hernández, Guido Spano, Navarro Viola y muchos otros denunciaron al centralismo porteño, la constitución de FORJA a mitad de la década del treinta con pensadores como Ortiz Pereyra, Dellepiane, Gabriel del Mazo, Atilio García Mellid, Jorge Del Río y Darío Alessandro, Raúl Scalabrini Ortiz, Arturo Jauretche, quienes llevarán adelante entre sus principales actividades numerosas investigaciones políticas-sociales en las cuales denunciaban, con datos duros, la situación de entrega e interpelaban desde una mirada estratégica, a romper los lazos de la dependencia económica, política y social. Para ello apuntaron directamente al nervio de nuestra sujeción: ferrocarriles, bancos, puertos, servicios de transporte y servicios en general.
De esa manera intentaban romper la estructura mental dependiente para dejar de ver al país a través del prisma de un “pensamiento ajeno”, subestimando todo lo que fuera autóctono y considerándolo, además, como barbarie.
Arturo Jauretche: “Lo universal visto desde nosotros”
A lo largo de la historia argentina, como lo hemos señalado, muchos fueron los que buscaron pensar desde lo nuestro, pero estamos seguros que fue Arturo Jauretche, quien intentó por todos los medios enseñar a valorar lo "nuestro" proponiendo que los argentinos pudiéramos reconocer que "Lo nacional es lo universal visto desde nosotros". Sentencia basada en la fuerte proclividad de algunos compatriotas a sobredimensionar todo lo extranjero, especialmente, europeo o yanqui en detrimento de lo "nuestro".
Fue “Don Arturo” –como se lo supo llamar- un agudo ensayista y, por sobre todo, un hombre apasionado, pasión que le permitió percibir con nitidez la necesidad de combatir, desde la política y la idea, una superestructura cultural opresiva que lo llevó a denunciar con intransigencia y compromiso, los intereses que consideraba contrapuestos a los nacionales. Es por ello que no dudó en apelar constantemente a la polémica para “despertar conciencias”,
No dudamos en designar a este pensador como un "patriota cabal”, y asegurar que el mejor reconocimiento para él, será que los argentinos profesemos sin ambages lo que él argumentó como "Pensamiento Nacional", que no es, ni más ni menos, que: "utilizar las doctrinas y las ideologías y no ser utilizados por ellas. Hacer del pensamiento político un instrumento de creación propia, en cuyos modos y fines podemos diferir, pero no en el planteo básico, que es desde la Argentina y para la Argentina, desde los argentinos y para los argentinos, más allá, desde los latinoamericanos o Latinoamérica, y así sucesivamente, en el orden concéntrico de las ondas que en el agua promueve la caída de una piedra".