Ana Gómez: la poesía como resistencia

Por Paula Viafora

Algo tan breve como decir Ana publicado en 2021 y Amor y barbarie presentado en 2020 son sus obras más recientes. Antes había publicado Poesía en los techos, Florida, Poesía en la calle, además de algunas experiencias de escritura colectiva junto a sus alumnos o grupos a los que llega como trabajadora social.

Hace algunos años Ana descubrió en la poesía su forma de narrar el mundo, con sus cosas bellas, simples y también las tristes e injustas.

Resistir en la poesía es “clarear las noticias de la radio, vivir en la ausencia que dejan tantas muertes, en la peste de tantos males, y sin embargo: el oeste y sus pájaros. Los brotes, las semillas, las mil macetas, la siembra y la escritura tempranera. El milagro de la poesía cocina domingos, trae atardeceres y pasionarias, damas de noche y panaderos”.

Encuentra en los rincones de esos lugares donde fue feliz, las ganas de hacerlos inmortales:

 “ (..) quien te enseño a florearte conurbano,

 tus jazmines enredados en la rejas

que no se trata de andar plantando flores  

más de saber rimar la tierra seca.”

Mediante un lenguaje que va activando los sentidos, hay cosas que solo existen porque ella las nombra, sus palabras tienen el don de recortar de la realidad existencias muy pequeñas, casi insignificantes, pero que se resignifican a través de su mirada : “ (...) Y creo que es mejor si nombrar a la belleza para que exista, seguir diciéndola aunque la perdamos de vista, para que sea, para que no se pierda entre otras formas, menos recomendables de este mundo, convidar palabras como confites (..)”

La pandemia fue, sin duda, un tiempo de introspección y de ese viaje interior nacieron ideas nuevas, sin dejar por eso de ser un tiempo complejo: “(...) Entre tanto, la casa recibe el final de diciembre. Yo levanto pedazos del año que han quedado tirados en algunos rincones. Encuentro restos de la tarde en cuarentena, cartas de jugar, preguntas pinchosas de mis adolescencias. (...) Todos somos el amor y la barbarie. Una larga lista de razones por las que va a ser difícil olvidar el almanaque veinte veinte”.

La poesía de Ana también contiene resistencia ante temas sociales, sangra frente a la desprotección y a la injusticia, es por eso que sus textos también incluyen a niñas víctimas de abuso, se alzan en contra de la violencia institucional, temas de memoria como el golpe del 76 o la muerte de Sandra y Rubén, los docentes de una escuela de Moreno que murieron por una explosión de gas.

Su mejor descripción está en el prólogo de su último libro:

“Algo tan breve como decir Ana,

Cómo decir alma,

cómo decir ala,

aire, agua, anda,

abre, arde, arte.

Algo tan breve como decir ama”

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