¿Qué sucedería si Argentina no cierra el acuerdo con el FMI y entra en default?
Por Fernando Oviedo
El default es automático ante el primer incumplimiento deliberado de una cuota, más allá de que en el FMI se inicia un proceso administrativo que puede durar hasta 6 meses para una sanción efectiva y hasta dos años para la expulsión del organismo.
Una vez producido el primer incumplimiento, y más allá de que existen dos semanas antes de que se oficialice el default, el Índice de Riesgo País se dispararía hacia arriba, con lo cual el desplome de la cotización de los bonos del Tesoro Nacional y de la cotización de las acciones de empresas argentinas en la bolsa local y en las bolsas del mundo, se produciría de manera casi inmediata.
También se produciría un impacto inmediato en las cotizaciones de los dólares financieros y paralelos en el mercado local, ante la disparada de la demanda por razones de cobertura, con lo cual se agrandaría la brecha cambiaria y se le echaría leña al fuego de las tensiones inflacionarias.
Transcurridas dos semanas, y oficializado el default, el efecto dominó ya se empezaría a agravar, y teniendo en cuenta el funcionamiento del sistema financiero global y la evidencia empírica, comenzaría a suceder lo siguiente:
- Se corta todo financiamiento y desembolso por parte de entidades como el Banco Mundial, el BID, la CAF, los cuales le aportan fondos a la Argentina, para programas sociales y productivos por valor de u$s 5.000 millones anuales.
- Se corta el ingreso de dólares provenientes de las inversiones en infraestructura por parte de China (El principal inversor externo en la Argentina) ya que todas esas inversiones tienen cláusulas de cross-default, que exigen no dejar de pagar deuda a acreedores multilaterales.
- Se corta todo ingreso de IED (Inversión Extranjera Directa no especulativa)
- La cotización del dólar oficial y de los dólares financieros seguirían tensionando hacia arriba, metiéndole presión a la brecha cambiaria y a la inflación.
- Los proveedores del exterior comenzarán a exigir que las importaciones se paguen por adelantado, o sea no cuando la mercadería se encuentre en el puerto de origen pronto a ser despachada, sino al momento de emitir la orden de compra. Es decir, todas las importaciones tendrán que ser pagadas por adelantado, con lo cual esto le va a meter presión al dólar oficial. Como el mercado mayorista de cambios no va a poder satisfacer está demanda por adelantado de los importadores, los mismos van a tener que abastecerse de dólares financieros, que hoy cotizan 90% más, con lo cual el impacto en la inflación doméstica por encarecimiento del costo de insumos importados, sería automático. Entonces, la inflación escalaría de un modo intenso.
- Por otro lado, se cortaría todo el crédito en dólares para pre financiar exportaciones. Los exportadores siempre consiguen créditos en dólares para pre-financiar el proceso productivo y comercial de la actividad exportadora. Eso dejaría de existir, con lo cual el flujo de divisas para la economía argentina recibiría un golpe importante, todo lo cual agravaría el asunto de la restricción externa, lo que a su vez tensionaría la cotización del dólar hacia arriba y exacerbaría las presiones devaluatorias.
En resumen, la sumatoria de todos estos efectos y consecuencias agravaría el problema principal de la economía argentina, dado por la restricción externa, con lo cual se tornaría inevitable un salto cambiario devaluatorio violento que no haría más que empeorar las condiciones materiales de vida del pueblo argentino en términos de actividad económica, pérdida de empleo, aumento de la pobreza y la indigencia.
Es decir, con el default se estaría en presencia de un mal que es mucho peor que lo malo que puede ser acordar con el FMI ahora, pateando el problema para más adelante, convirtiendo el stand by de dos años en un programa de facilidades extendidas a diez años, achatando la curva de pagos y liberando a la economía argentina de tener que poner un solo dólar hasta el 2026 para pagar el stand by de Macri.