Crece la economía pero también la desigualdad, por Carolina Fernández
Por Carolina Fernandez, Economista del CEPA
En el contexto económico actual se observa, una vez más, que el crecimiento económico no supone per se una reducción de la desigualdad. Si bien buena parte de los indicadores económicos dan cuenta de una recuperación y un crecimiento sostenido, los salarios no corren con la misma suerte.
Según los últimos datos de empleo registrado privado publicados por el Ministerio de Trabajo, Empleo y Seguridad Social de Nación mediante el SIPA (Sistema Integrado Previsional Argentina) observamos que en febrero de 2022 se mantiene el sendero de crecimiento con un incremento de 10.215 puestos de trabajo, un 0,2% más que enero 2022. Ya son 14 meses de crecimiento del empleo privado. En esta misma línea y de acuerdo con el informe1 mensual publicado por CEPA (Centro de Economía Política Argentina) tenemos que desde el comienzo de la pandemia (febrero 2020) se llevan recuperados 243 mil puestos de empleo registrado privado. Esto significa que ya se superó la pérdida de los 185 mil puestos ocurrida a causa de la pandemia y se continúa descontando la caída de empleo ocurrida durante la administración de Cambiemos (- 275 mil puestos).
Sin embargo, una situación que se agrava mes a mes es la de los ingresos de trabajadoras y trabajadores.
Según el último dato del Índice de Salarios (IS) publicado por INDEC, el último año la variación de los salarios en promedio (contemplando personas trabajadoras registradas, no registradas y sector público) arroja un resultado igual a CERO. Es Decir, durante el último año (feb21/feb22) los salarios se mantuvieron exactamente en el mismo nivel, mientras que la inflación acumulada durante el mismo período se ubica en torno a 52%. Sin entrar en un análisis demasiado profundo la caída del poder adquisitivo está a la vista: si el salario se mantiene constante y los precios aumentan un 50%, la capacidad de compra de dicho salario cae.
Otro indicador que puede utilizarse para analizar la desigual distribución del crecimiento económico es el de Cuenta Generación del Ingreso que muestra básicamente la participación de la masa salarial en el PBI. Los datos son contundentes: de acuerdo con un informe publicado por el Centro CIFRA “la participación de las remuneraciones en el valor agregado, que era de 51,8% en 2016, pasó al 46,1% en 2019 y descendió al 43,1% en 2021. Así, en los últimos años puede computarse una transferencia de ingresos desde los asalariados hacia el capital de $ 7,7 billones, que equivalen al 46% de la masa salarial y al 19,6% del valor agregado de 2021” (CIFRA, mayo 20222). En el escenario actual, con un PBI que crece, si miramos los datos relacionados con los salarios podemos concluir que: si bien hay más repartir, las personas asalariadas se quedan cada vez con menos.
Por último, otro ejercicio interesante para entender el aumento de la desigualdad aún en pleno crecimiento económico es analizar la distancia – o brecha- que existe entre quienes más y menos ganan. Esto es, según los datos de la EPH (Encuesta Permanente de Hogares) ver que diferencia hay entre el 10% de la población ocupada que declara mayores ingresos laborales y el 10% de la población que declara los menores ingresos laborales. En este punto vale aclarar que no estamos hablando exactamente de “ricos contra pobres” ya que, por un lado, probablemente los ricos no estén relevados en la encuesta y además el grupo que presenta los ingresos laborales más altos no necesariamente declara “ingresos de ricos” sino que sobre el conjunto total son quienes declaran los mayores ingresos. Realizadas estas aclaraciones, si miramos los datos el crecimiento de la desigualdad entre las personas trabajadoras es evidente: en el cuarto trimestre de 2017 el ingreso laboral del 10% de los ocupados con mayor ingreso equivalía a 18,4 veces el promedio del 10% con menores ingresos; en el mismo trimestre de 2021 esa brecha creció hasta 24,1 veces. Es decir, la distancia entre quienes mas y quienes menos ganan pasó de ser 18 veces en 2017 a 24 veces en 2021.
No quedan dudas de que el actual crecimiento económico es una excelente noticia, sin embargo, se torna urgente trabajar en pos de garantizar que dicho crecimiento no quede concentrado en manos de algunos pocos.