"Los trabajadores deben ser la columna vertebral de las políticas del gobierno"
El secretario general del movimiento social Los Pibes, Lito Borello, dialogó con AGENCIA PACO URONDO se refirió a la situación social en el país. Además, habló de lawfare y analizó la realidad política actual.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué impacto tuvo en los barrios la baja masiva del programa Potenciar Trabajo?
Lito Borello: La verdad que el impacto fue muy grande, debido a que estamos hablando de 50.000 compañeros y compañeras a lo que termino afectando. Es un rebote en políticas que no tienen nada que ver con la defensa de los últimos como en algún momento dijo el gobierno. Es un impacto grande que afecta en un ingreso donde los compañeros y compañeras cuentan con este dinero para su planificación cotidiana de subsistencia. Por lo tanto no solamente tiene una lectura política esta medida o sino un impacto en los números duros y las consecuencias sociales que tiene.
APU: ¿Se sabe que va a pasar con esos Potenciar Trabajo caídos?
L.B.: Hay un lio bárbaro al respecto y se cruzan unas internas dentro de la misma UTEP incluso hay mucho debate para redactar un documento conjunto. La idea es que pedimos al gobierno soluciones concretas. Lo preocupante es que mientras seguimos debatiendo los compañeros no tienen el recurso y les afecta lo cotidiano de la vida.
APU: ¿El capital político que pretende construir el Frente de Todos no se ve erosionado con este tipo de medidas?
L.B.: Somos muchos los que hemos trabajado durante los cuatro años que hubo que resistir al macrismo, que era un gobierno de ricos para ricos, y que las organizaciones sociales, sindicales y populares marcaron desde el primer minuto que debíamos estar a 180 grados de lo que había significado el macrismo y su lógica antinacional y antipopular, trabajamos muy fuerte para construir una herramienta política que impidiera cuatro años más de un gobierno con esas intenciones.
El Frente de Todos es una fusión con una química diversa y hasta algunas veces contradictoria. Fue un instrumento y un remedio para que se fuera Macri básicamente. A partir de ahí entraba un desafío que hoy a la distancia vemos que no cumple las expectativas de lo que aspirábamos en aquel momento. Teniendo en cuenta que buscábamos construir un gobierno que aplicara políticas opuestas al macrismo. Hoy ya transitando el tercer año de gestión quedan pendientes un montón de asignaturas que tendrían que ver con políticas de gobierno insertas en un momento del mundo y de la región donde ya no hay tiempo para maquillajes. No hay tiempo para medidas tibias sino que hacen falta medidas estructurales que pongan un modelo de país totalmente diferente a las políticas neoliberales que se pretenden imponer en el mundo.
APU: ¿Cómo analiza los avances de carácter judicial contra figuras del campo popular como Cristina Fernández o Milagro Sala?
L.B.: El lawfare es parte de una arquitectura de dominación en donde la guerra integral que se libra contra nosotros se reconfigura en un modelo de dominación a nivel global. Obviamente en nuestro país lo hace intentado erosionar la posibilidades de los movimientos, de las organizaciones y de los gobiernos populares que pretenden construir un camino de liberación, un camino soberano que vaya en la línea de construir y levantar las banderas históricas de una patria justa libre y soberana.
Por lo tanto, ponerle nombre y apellido es querer minimizar la envergadura de lo que significa este proceso. También personalizar es de alguna manera contribuir a la disputa de facciones, aun dentro del campo popular. Por lo tanto es importante atacar este tipo de maniobras donde los movimientos populares también venimos siendo objeto tanto sus dirigentes, sus líderes, lideresas, y esto se enfrenta con Poder Popular.
Creer que la ingeniería electoral y partidaria se resuelve sin enfrentar al poder fáctico es una gran mentira y volvemos otra vez a una mirada miope y mezquina de con quién estamos enfrentándonos. No hay margen para medidas tibias. Se necesita ir a fondo con medidas estructurales: hay que apoyarse en los trabajadores. Ellos deben seguir siendo la columna vertebral y la cabeza de un proceso revolucionario, en un tiempo en donde hay que construir otro mundo posible donde quepan todos y todas.
APU: ¿Cómo analiza el atentado contra la vicepresidenta Cristina Fernández de Kirchner?
L.B.: Mas allá de las lecturas parciales y que el interior del Frente de Todos pude tener, deberíamos ver esto como la decisión de los sectores dominantes que en aras de mantener la hegemonía de su poder están dispuestos a cualquier cosa.
Inclusive a llevar a la Argentina a un proceso de Estado fallido y de revolución de colores, implosionando por dentro los gobiernos que intenten tener un camino soberano e independiente.
Esto más allá de quien esté más cerca o lejos de Cristina Fernández de Kirchner sino como se erosiona una institucionalidad que va perdiendo capacidad de acción, capacidad de resolución y que va profundizando una crisis de representación política en general y también en la particular de aquellos sectores en los cuales nos deberíamos sentir más referenciados.
En referencia esto el Papa Francisco plantea que ya los pueblos no esperan y se organizan y siguen construyendo. En estas últimas semanas se han vito impresionantes actividades vinculadas al día de la niñez, a la Pachamama que contribuyen a fortalecer al territorio profundo y que tiene que ver con una territorialidad como referencia imaginando otra geometría del poder y no la que nos imponen desde el poder hegemónico.