“Lo importante de la Resistencia Peronista fue lograr que la ´Revolución Libertadora´ no se consolide como gobierno”
El escritor y periodista Enrique Arrosagaray, autor de los libros: “La resistencia y el general Valle” (1996), “Rodolfo Walsh en Cuba” (2004), “Rodolfo Walsh de dramaturgo a guerrillero” (2006), dialogó con AGENCIA PACO URONDO y reflexionó sobre la Resistencia Peronista. Además, reflexionó sobre la figura de Rodolfo Walsh y habló sobre la década del 60 y 70.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Qué implico la resistencia peronista para nuestra historia nacional?
Enrique Arrosagaray: Mientras escribía “La resistencia y el general Valle” encontré a hombres y mujeres que tuvieron un alto grado de compromiso en la Resistencia Peronista. Y cuando utilizo esa expresión me refiero a la resistencia posterior al golpe de 1955 hasta el periodo de Frondizi o un poco más. Allí pude conocer y conversar y pude ganarme la confianza de hombres como Federico Durruty o como Rubén Machado, obrero textil. También pude conversar con gente de zona más al sur de Quilmes, Berazategui quienes conformaron el famoso comando L113.
Para utilizar las palabras de los protagonistas, lo relevante de la resistencia fue que no dejaron dormir tranquila a la dictadura de la Revolución Libertadora. Comparto sus palabras y considero que echan luz. No permitieron que la Libertadora de Aramburu y Rojas se asentara como gobierno. No los dejaron dormir una sola noche tranquilos.
En este marco, desarrollaron innumerables atentados y además de resistencia de masas. Ese primer 17 de octubre bajo dictadura, es decir a solo un mes del golpe de Estado, los trabajadores de una fábrica de vidrios de Pavón al 2000 se movilizaron con la CGT. Se trata de una marcha muy grande en plena avenida porque a pesar de la dictadura conmemoraron el Día de la Lealtad. Fueron reprimidos duramente por supuesto.
Es probable, como me conto el mismo Antonio Cadela, que esa misma noche nació la famosa V y P, los trabajadores pintaron con lo que pudieron en las inmediaciones de los llamados siete puentes que unen sectores de Gerli y sectores del oeste de Avellaneda.
Esa noche fueron reprimidos, perseguidos otros y muchos encarcelados también. Los militantes peronistas no se quedaron inmóviles, a puro coraje dado que la situación era muy desigual.
APU: ¿Qué lo llevo a investigar la faceta revolucionaria de Rodolfo Walsh?
E.A.: Yo no busque la faceta revolucionaria de Rodolfo Walsh, sino que simplemente lo buque a Walsh. Estuve investigando todo lo que pude y aun me quedan muchas cosas pendientes de su propia vida. En ese marco me encontré con su faceta revolucionaria que se manifiesta en palabras en el primer prólogo de “¿Quién mato a Rosendo?” donde hace mención a su transformación desde el nacionalismo a la izquierda. Poco tiempo después su paso por la Agencia Prensa Latina en Cuba, durante dos años. Tomando contacto desde el 59 hasta el 61 con una revolución triunfante y un proceso de construcción del socialismo como fue la experiencia cubana.
En este marco, Prensa Latina significo un pulmón informativo político y también militar de la Revolución Cubana. Después vino su apuesta de trabajo junto con los obreros de la CGT de Los Argentinos. Y en la etapa final de su vida su experiencia en las FAP (Fuerzas Armadas Peronistas) primero y después en Montoneros.
Siempre, busco colaborar con sus conocimientos y experiencia en el proceso que se estaba desarrollando, más allá de caracterizar si estaba acertado o no donde ponía sus esfuerzos su esfuerzo pretendió aportar y contribuir a ese proceso revolucionario que se daba en Argentina y que culmino con su propia vida. Pude investigar y aprender bastante en base a charlar con numerosas personas que lo conocieron y lo trataron personalmente.
APU: ¿Qué figura histórica le gustaría investigar?
E.A.: Son tantas las figuras históricas que tengo pendiente que entonces no tiene sentido entrar en detalle. Voy a empezar a investigar y a trabajar con el movimiento obrero en la década del 60. Ese periodo que empieza a dejar atrás a la resistencia peronista y va a empalmar con luchas obreras de fines de los 60, el Cordobazo y finalmente con el periodo más álgido que se da en la década del 70.
Mi objetivo es reivindicar a aquellos dirigentes de ese periodo que realmente defendieron de manera abnegada y honesta los intereses de los trabajadores. En los 60, hubo decenas de experiencias de carácter combativo. Los trabajadores desarrollaron y aprendieron a luchar por sus propios intereses, al margen de sus dirigentes si eran honestos o estaban alineados con las patronales.