Fernando Ragone: “Mi abuelo se pondría a reconstruir la política para transformar el mundo”
El 11 de marzo pasado se cumplieron 47 años de la desaparición del ex gobernador salteño del Frente Justicialista de Liberación (FREJULI), Miguel Ragone. En el marco de un nuevo aniversario AGENCIA PACO URONDO dialogo con el nieto, Fernando Ragone quien reivindica su legado y valores esgrimidos por su abuelo.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Considera qué han pagado los culpables por la desaparición de su abuelo?
FR: El Estado argentino de la primera década de este siglo permitió el desarrollo de los juicios de lesa humanidad. En Salta, el juicio por el esclarecimiento de mi abuelo fue posible una vez que logramos destituir a un juez federal que el propio estado salteño sostenía. Actualmente continúa en funciones y legalmente cubre la ilegitimidad de altos funcionarios. Hubo dos grandes etapas en el juicio. En 2011 se dictó sentencia a los policías y militares que intervinieron. Muchos ya muertos por entonces. En 2019 se dictó sentencia al juez federal que encubrió el asesinato en 1976. Muerto recientemente en prisión domiciliaria.
Los culpables fácticos pagaron. El andamiaje de la corrupción judicial y política que hizo posible que no se investigara durante tantos años y los motivos por lo que asesinaron a Ragone, sigue intacto.
APU: ¿Cómo era la Argentina con la cual soñó su abuelo?
F.R.: Una Argentina emancipada, libre del imperialismo de Estados Unidos, donde los trabajadores pudieran tener por lo menos el 50 % de distribución del producto bruto interno. Una argentina no racista, donde los indios (él los llamaba así, sin el eufemismo posterior de “pueblos originarios”, que igual permite su exterminio lento) pudieran no solo tener sino poder acceder capital para trabajar sus tierras. Un Argentina donde el peón rural no fuera explotado, donde las diferencias fueran toleradas y principalmente, como él decía... se "pudiera meter la pata pero no la mano en la lata", apelando a la inviabilidad de un país donde imperen la corrupción y el saqueo. Quería una Argentina con una democracia fuerte.
APU: ¿Cuál es el principal legado que dejó al pueblo?
F.R.: El "deber ser" como modelo de hacer política. Dejó un legado de enorme valor moral y ético, en el terreno de la política. Un horizonte donde cualquier dirigente social y/o político pueda mirar para entender dónde está parado. Claro, ese legado no tiene ningún valor hoy día, porque los principios de la política se han trastocado. Sin embargo, con el juicio y un momento de un Estado que generó las posibilidades fácticas, pudimos reivindicarlo y sacar su nombre del silencio de la muerte y el olvido.
APU: ¿Qué actitud hubiera tenido Miguel Ragone en una coyuntura actual signada por el avance de la derecha y la incógnita de una perspectiva clara desde el peronismo?
F.R.: Que pregunta problemática para responder sin desdibujar el proceso de violencia política por el que los argentinos resuelven sus problemas. Es útil sin embargo para aventurar revivir a esos líderes setentistas borrados para hacer posible este presente de incertidumbres, individualismos exacerbados y sutiles, pero más brutales violencias políticas.
Lo primero que me permito decirle es que la pregunta encierra la falacia de rearmar el presente jugando a que estuvieran vivos. Pero me sumo al juego. Me remito a la falacia porque imagino que un mundo político con la vida de la generación de dirigentes setentistas como mi abuelo, no hubiera podido ser vaciado de la política. Quiero decir, esos liderazgos naturales que hoy el propio PJ obstruye para mantener el poder, de haber continuado sus desarrollos, hubieran nutrido la política de sus historias e ideologías, llevando en ellos las representaciones que hoy los partidos ya no tienen.
Miguel Ragone, y su generación, estaría creo, "adoctrinadnos" (ellos usaban esos términos que hoy remiten tanto a lo militar) en las unidades básicas y los partidos. Adoctrinando para la liberación que era nada más y nada menos, haciendo que la gente sea consciente de la dominación de clase. Estaría cada día librando batallas de decisiones políticas institucionales para enfrentar la corrupción e identificar a los "traidores" dentro del movimiento. Así llamaban ellos a quienes ponían los intereses personales por encima de los del bien común. Estarían apostando fuertemente, (a la inversa que hoy) por incentivar y conducir los liderazgos naturales de cada rincón, y nutrir al Partido de "política", de discusiones acerca de cómo funcionan las instituciones y como se reparte más equilibrado para todos, lo que la economía genera.
Si viviera, se pondría de cabeza a reconstruir la política, como herramienta que permite cambiar el mundo. Y dirigir, Para mostrar caminos. De emancipación, a los ciudadanos de a pie.