Violencia en el Bajo Flores: “El Gobierno de la Ciudad no da respuestas”
El 4 de abril pasado se cumplió un nuevo aniversario del asesinato de la Miriam Villa, vecina del barrio Padre Rodolfo Ricciardelli. En el marco del nuevo agravamiento de la violencia en el barrio con el asesinato de la niña Nayla Torrilla, AGENCIA PACO URONDO dialogó con Griselda Galazra, docente de la Escuela 3 del 19 del Bajo Flores y miembro de la Red de docentes, familias y organizaciones del barrio. El reclamo por un programa de sendero seguros para que los niños vayan a la escuela.
AGENCIA PACO URONDO: ¿Cómo analiza la ola de violencia desatada en el Bajo Flores en los últimos tiempos?
Griselda Galarza: En primer lugar, habría que historizar un poco el tema de las olas de violencia para poder construir un mapa más completo de la situación. También es necesario entender como se viene gestando este proceso de violencia ante la usencia absoluta de políticas públicas, que aborden y prevengan la problemática. Lo más triste es que quienes trabajamos y militamos en el barrio somos testigos atónitos de toda esta violencia. Quienes viven en el barrio son víctimas y todo esto genera una impotencia enorme.
Nación no se hace cargo porque es jurisdicción de Ciudad y estos últimos los detestan porque son negros, villeros y feos. En ese juego político despojado de cualquier mirada humana terminan sucediendo cosas terribles como finalmente pasa. El Bajo Flores tiene el antecedente del tiroteo en una procesión, eso sucedió en la década del 90 cuando en una procesión se inició una balacera y matan a un montón de personas. Deben haber sido 6 o 7 en total, no recuerdo con exactitud. Después de eso los casos policiales siempre fueron predominantes en el barrio.
Agencia Paco Urondo estuvo muy cerca cuando sucedió la muerte de Yiyo, que era un alumno de nuestra escuela adicto al Paco y lo terminan matando y después a la madre por reclamar justicia también termina asesinada. Tenemos antecedentes muy dolorosos. A eso se suma que en estos años se podría haber hecho algo y no se hizo nada. Lo mínimo que pedimos nosotros son los “senderos seguros”.
En abril del 2021 a instancias de la escuela se hizo una reunión, donde participaron los directivos de varias instituciones, Ministerio de Seguridad de Ciudad, de Nación, Consejos del niño y adolescencia. Varios organismos estatales, donde lo que se pedía eran esos senderos seguros. Nunca se pusieron de acuerdo. Finalmente, en octubre y terminamos con un estudiante nuestro muerto en una esquina donde habíamos empezado a hacer las reuniones. Antes de nuestro estudiante habían muerto dos pibes más, de 15 y 17 años. A eso se suma el asesinato de Nayla en la misma zona. La ola de violencia asciende cada vez más alto y nosotros tenemos nuestro propio Rosario en plena Ciudad de Buenos Aires y sin ningún tipo de intervención con claridad de las autoridades del gobierno. Nosotros no pedimos la militarización, eso debe quedar claro. Pero sí presencia del Estado. En su ausencia notoria suceden todas estas cosas.
APU: ¿Qué análisis realizan del crimen de Nayla?
G.G.: Nosotros como escuela y algunas compañeras de la Red nos acercamos: la imagen de ver a niños velando a una niña es tremenda. Era ver a infancias colocándole golosinas en el cajón, encendiendo velas. Estábamos algunas organizaciones sociales. Hubo maniobras para ensuciar a la familia. Eso hizo que compañeras y vecinas no se acercaran. Somos testigos del horror. Esa imagen de niños velando a una niña debería ser una foto que deberían tener presente los funcionarios, pero eso no sucede porque no conocen el barrio y además porque tienen un desprecio enorme y racista. El Papa Francisco habla de los “descartados”, yo creo que hay una mirada de los seres humanos que son descartables. Construida desde la sociedad. La apuesta debería ser empezar a generar y a trabajar fuertemente para construir otro tipo de vínculos. Crear comunidad y reactualizar la esperanza. Los que militamos en el barrio terminamos un poco arrasados y solos o solas.
APU. ¿En qué consiste el pedido de “senderos seguros”?
G.G: Hicimos un petitorio bastante simple y concreto. Obviamente nunca se hizo nada al respecto. En general el Gobierno de la Ciudad tiene esto de ser muy amables y simpáticos cuando te atienden, esa energía positiva todo el tiempo, pero nunca obtuvimos una respuesta.
APU: ¿Cuál es el grado de responsabilidad que involucra al Gobierno de la Ciudad en estos hechos de violencia en el Bajo Flores?
G.G: Claramente hay una cuestión que el Gobierno de CABA no asume y es que tiene bolsones de pobreza enormes, gigantes porque no hay políticas públicas efectivas de parte de ellos llevadas a cabo para atender estas situaciones. Por ejemplo, la oficina de violencia domestica (OVD) tiene un muy mal manejo porque tardan en tomarte las denuncias y maltratan a las denunciantes. Terminan yendo a un parador con gente en situación de calle para poder salir de esa situación de violencia. El Gobierno de la ciudad ha hecho una fachada en relación a las políticas de protección de derechos. Entonces tenés miles de gerencias, direcciones, pero atrás de eso no hay absolutamente nada. La gran conquista de su gestión fue hacernos creer que efectivamente están haciendo cosas debido a esa fachada, pero la realidad es que nada en concreto cambiaron. Evidentemente, la gente humilde no es la que está en el centro de su gestión. Su desempeño es deshumanizante. A todas las situaciones de muertes y violencia se suman el dengue y la tuberculosis. Son enfermedades que ya no deberían existir y tienen que ver con la miseria. En el Bajo Flores se transforman en epidemia.