Pedro Saborido: “El humor propone distancia emocional”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Pedro Saborido. El guionista y escritor, entre otras tantas profesiones, analizó diversas cuestiones sobre el humor y sobre su vinculación con el contexto actual del peronismo y de la sociedad argentina en general.
Agencia Paco Urondo: Venimos de unas semanas marcadas por los dólares y se reviven mucho escenas de Peter Capusotto y sus videos.
Pedro Saborido: En realidad lo que ocurre es que son situaciones que vuelven a pasar y uno ya pasó entonces estamos entrando en una categoría donde vuelve a haber cosas de cinco o más años atrás, como antes se iban a ver las cosas de Tato Bores. No es premonitorio sino que la imbecilidad te da la oportunidad de volver a mostrar algo. En este caso, el tema de los dólares.
Es una cuestión permanente que salta cuando el dólar se convierte en una especie de paradigma o medición del estado económico y, por lo tanto, luego anímico. Ves el minuto a minuto y te entra una sensación de que se va a ir todo a la mierda. Después baja un poco, no tanto como antes, pero aparece la idea del “chancho en la celda”, que es el alivio de que ya pasó. El temor es cuán al carajo se puede ir todo. Ahí llegan las calmas con atenuantes.
APU: Es un poco la idea de historia circular que comentó Cristina Fernández de Kirchner. Al momento de hacer los sketches, ¿se pensaba esa idea?
PS: No, el gran problema es la repetición. Hay algo que se da en forma natural y hay algo en el que la atención se tiene que concentrar. Hay movimientos que ya nos parecen naturales, como caminar. Con el dólar lo que ocurre es que todo el sistema está preparado para que en determinado momento se controle algo que es como una punción. Las dos variables de ahorro en el país tienen que ver con el dólar, porque las viviendas cotizan también en dólares.
Salir de esa historia nos va a llevar mucho tiempo y no sabemos cómo, por eso muchos proponen dolarizar como una forma de asunción y de época en la que no tuvimos inflación ni incertidumbre. Nosotros lo que queremos todo el tiempo es certidumbre, nada más. El tema es dónde encontrarla y, lamentablemente, hace muchos años está siendo el dólar.
APU: En todo tu trabajo hay una constante que es, por un lado, la actualidad pero también lo argentino. Un humor de nuestra cultura. ¿Está pensado de esa forma?
PS: No creo tanto en el libre albedrio como para suponer que todo es una decisión, sino que es lo que te sale. Hay algo que es el deseo y otra que es la aptitud. Creo que el humor simplemente salía así y que lo pensado es muchas veces pensado por tu inconsciente, casi no decidido. Cuando empecé con Omar Quiroga queríamos ser periodistas más que humoristas, pero resulta que nos salían mejor las cosas graciosas que serias y eso marcó nuestro camino. Creo que la mayoría de las cosas que hago solo o con Diego -Capusotto- más que buscar las encontramos.
APU: ¿Cómo es hacer humor en tiempos de crisis?
PS: Siempre estás en crisis. Muchas veces ocurre que la situación está calma pero el que está en crisis sos vos. Hay una actitud profesional frente a algo en la que uno se suspende. Lo peor que te puede pasar es que no te puedas diferenciar a vos por ser nada más que un profesional. Una de las cosas que me molestaban de hacer humor político, en alguna época donde se decía que eran todos iguales, era que vos tenías que ser tan profesional que tenías que pegarle a todos. Eras vos representando al ciudadano, como Tato Bores o Enrique Pinti, frente a la clase política, que es muy de los 90.
Hay una constante en la decepción con el poder y con la política. Yo lo viví mucho con el menemismo y se ve en distintos humoristas. La crítica es a toda la política, siempre rescatando la democracia por sobre todas las cosas. En tiempos de crisis vos te pones en humorista. No sé si es más difícil o fácil, siempre el humor es necesario. Es simplemente un analgésico. El humor propone distancia emocional. Con el dólar quizás hay algo del inconsciente, de decir que ya pasó y va a volver a pasar pero también de volver a salir.
APU: Además genera identificación.
PS: Claro, es el consuelo de los tontos, cuando uno busca aliados. Por ejemplo, una de las primeras cosas que queremos saber cuando nos sentimos mal es por qué. Queremos saber una razón y ver la identificación en los demás. Necesitas algo que te saque de la emoción y se sale con algo que te planteé distancia, lo que es el humor. Creo que a veces vamos a buscar humor justamente para distanciarnos.
APU: También es el antídoto más largo.
PS: Sí, porque es lo que necesitas en ese momento. El humor no es bueno ni malo, si vos estás todo el tiempo evadiendo y haciendo chistes sos un pelotudo. Llega un punto en que el humor tiene un límite como cualquier actitud. No me puedo reír todo el tiempo de algo malo que me pasó.
El humor tiene algo que es la oportunidad, la forma y el contexto. Podemos hacer chistes de lo que sea pero somos muy elegantes, no agresivos. El humor muchas veces confunde trasgresión con agresividad. Puede ser un acto de provocación pero si no es gracioso sólo me estás provocando y te responden que están siendo políticamente incorrectos. Creo que hacemos cosas que tienen que ver con cierta forma y cierta generación, con elegancia y transgresión medida o, por lo menos, estar en la cornisa pero volver.
APU: Pasaste por distintos formatos. ¿Cómo es ese salto y qué es lo más difícil del humorista?
PS: Los formatos no son más que cajas y estanterías que se van adecuando según el propio lenguaje. No es lo mismo hacer radio que televisión. Cuando no podes poner la carita aparece más trabajo de la voz y del guion. En el libro no lo tengo a Capusotto pero aparece otra manera. Es siempre lo mismo pero el salto es saber cómo se habla determinado idioma. Vas a ser el mismo y vas a encontrar la manera de que en ese idioma aparezca eso que queres contar.
APU: Después está lo que hace la gente con eso que hiciste y cómo lo consume.
PS: Hace muchos años Juan Alberto Badia hacía Imagen de radio, que era revolucionario por hacer un programa en televisión con todos adentro del estudio como si fuera una radio y en un horario donde sabía que la gente no iba a mirarlos. Badia y compañía duraba toda la tarde y había de todo, no era on demand, y para ver lo que querías vos pasaban un montón de cosas en el medio. Los formatos en realidad se van acercando al confort de quien los consume. No quiero romantizar lo anterior, simplemente que hoy el acceso es otro.
Con Peter Capusotto y sus videos en un momento pasaba, al coincidir con el arranque fuerte de Youtube, que la gente los subía. Tres años después, cuando quisimos armar el canal nosotros, nos dábamos cuenta de que había que colgarlo antes porque competían por quién lo tenía antes para tener mayores visualizaciones. Se indignaban porque se veía más por internet y a mí me parecía mejor antes que sostener rutinas o rituales. Vivimos la época en que se dejó de comentar lo que se vio la noche anterior y se empezó a compartir directamente el contenido.
APU: ¿No había mucho más deseo antes?
PS: Sí, el deseo se alimenta de espera. Hoy el deseo es más inmediato, tampoco quiero romantizarlo. Es más, diría que hay una parte del deseo que es el deseo en sí y pierde toda la magia cuando muere, es decir, cuando se cumple. El confort es lo contrario al deseo porque no deseas otra cosa.
El deseo también tiene que ver con la incomodidad. La ansiedad de llegar a algo, de estar en otro lugar o de tener algo. Hay una cuestión también, que es que la exclusividad de eso deseable es parte de un valor. ¿A quién le interesa algo inclusivo que es para todos? Al mismo tiempo, ¿qué va a pasar en el VIP? Ahí entra la expectativa. Todo el tiempo lo vamos a acompañar de algo para justificar. Lo peor que te puede pasar es cuando vas con tanta expectativa y no es gran cosa.
No hay nada peor que cuando se cuenta una anécdota de esa manera. Son temas de narración. Uno tiene que ser claro, directo, que esté medianamente bien trabajada y con la energía para llegar al final. Cuando se arman estos sketches importa cómo administrar la atención del otro, para que no se distraiga con algún otro estimulo. Ese es el secreto de la narración. Lo que pasa con la radio o el streaming es que se dedica una parte, no es lo mismo que cuando estás leyendo o te pones a mirar una película. Necesitas una potencia narrativa suficiente para que la persona no se ponga a pensar en otra cosa y suspenda su vida.
APU: ¿Qué tiene Peter Capusotto y sus videos que hace que la gente vuelva a verlo?
PS: Me parece que tiene un arraigo con lo criollo y un nivel de identificación que te conecta. Cuando escuchas una frase que te gusta, en realidad, creo que es algo que ya tenías pensado en tu cabeza pero alguien lo terminó de sintetizar. “Fui lo que creí soy lo que está pasando” dice Charly García en “Reloj de plastilina” y ahí apareció algo que a mí me identificó y me curó.
Cuando uno ve esos videos lo que sigue funcionando tiene que ver con la circularidad que planteaba Cristina. Eso nos sigue sucediendo. Lo puede mirar un padre y su hijo, ambos reconocen algo y después hay otras que no. Lo que puede llegar a trascender con el tiempo tiene que ver con resortes humanos y culturales.
Sin embargo, también atendería a las cosas que ya no, que es el humor contextual. Eso sí estuvo pensado. Siempre huimos del humor de actualidad, no pensar en el diario sino en la época. Hay chistes que tienen que ver con la condición humano y otros con lo que exactamente pasó en algún momento puntual.
APU: Con Peter Capusotto y sus videos también pasa eso.
PS: Hay un montón de chistes que ya no se entienden por esa razón. Hubo un personaje que por la tentación de darle un poco más de actualidad hoy queda perdido. Nosotros lo habíamos pensado siempre como un dark, que era más de nuestra cultura de pendejo, pero alguien dijo que era un emo y le pusimos así. Fue un error. El dark siempre va a seguir existiendo, como el hippie o el punk, pero el emo quedó atrás.
APU: Por último, ¿cómo ve al peronismo en este momento y a futuro?
PS: El peronismo es el peronismo más su circunstancia. Es como un Ford Fiesta, va cambiando de modelo. Quédate tranquilo que peronismo va a haber siempre, todavía hay radicalismo así que imagínate. Entre el pronóstico y el deseo, prefiero hablar del segundo. El deseo es que encuentre la manera de volver a conectarse con la gente, con el pueblo, con los que lo necesitan, que es con lo que tiene que conectarse, y que vuelva a ser, lo que sigue siendo en parte, que es una oportunidad. Siempre me gustó esa frase de Hernán Brienza. El peronismo siempre es una oportunidad, no es una certeza. Después puede ser aprovechada o no, no es algo bueno o malo.