"Sergio Massa como primer senador es un escenario posible”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Matías Mowszet. El periodista analizó el panorama electoral de cara a las últimas semanas de definiciones. La figura de Cristina Fernández, los límites de Sergio Massa y la provincia de Axel Kicillof, entre otros temas.
Agencia Paco Urondo: ¿Cómo ve el panorama electoral? ¿La fórmula del Frente de Todos (FDT) podría tener a Sergio Massa y a Wado de Pedro?
Matías Mowszet: Puede ser Massa-Wado, o Wado solo con Massa yendo en la boleta de primer senador. Ese es el escenario que veo un poco más. La complicación principal de Massa es que es ministro de Economía, entonces los caminos se acotan. ¿Qué va a hacer si es candidato? ¿Renuncia al Ministerio? Si pasa, generaría una situación de incertidumbre en los mercados, que todavía lo quieren. Esa posibilidad la tiene medio vedada, porque además si pasa algo con su renuncia también se lo van a cargar a él.
Si no renuncia y se queda, Cristina ya marcó el camino de que su candidato, o al menos el que cuente con su apoyo, su eje de campaña tiene que ser contra el FMI y Massa no puede hacer eso siendo ministro y negociando. Está en una situación compleja, en un laberinto que no tiene muchas salidas si quiere ser candidato, más allá de los números de la economía que lo podrían complicar de cara a un debate político económico con referentes de la oposición.
APU: Es complejo llevar ese eje de campaña mientras se preparan para rediscutir el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional.
MM: Sí, y a eso se le suma la discusión interna del FDT sobre las PASO. Massa ya dijo que no iba a una PASO, porque ya demasiado le van a pegar los opositores con los números económicos para que además le peguen los internos. Por eso cierra un poco más Wado de Pedro acompañado, porque además Massa va a tener que redefinir un rol. El FDT la tiene complicada esta elección y, si no logra renovar gobierno, van a quedar algunos en el camino. La forma de que Massa se asegure que no pase eso es renovar su banca en Diputados o una opción más tentadora que es aprovechar que la provincia de Buenos Aires elige senadores.
APU: Sería, de alguna manera, cumplir un anhelo que ya ha intentado en otras ocasiones.
MM: Sí, su sueño es ser presidente pero está complicado, ya de por sí para el FDT. En 2019 cuando se elige a Alberto Fernández con el video de Cristina el análisis era que estaba bien por ser alguien que iba a poder gobernar. Se requería una fórmula que permitiese gobernar y quizás Cristina no podía por haber abierto un escenario de confrontación muy grande.
Hoy el análisis es otro. No quien puede gobernar, ni siquiera quien puede ganar la elección. Es quien puede llegar al ballotage. Entramos en una carrera de obstáculos mucho más grande. Lo primero es evitar que el ballotage sea Juntos por el Cambio y Javier Milei, y te borren del mapa. Segundo, ganarlo, sea contra quien sea. Esos dos objetivos además se contraponen. Necesitas un candidato fuerte en primera vuelta para llegar al ballotage y uno más conciliador para enfrentarlo. Hay una contraposición de perfiles necesarios.
Por último, gobernar, si se te da todo bien, que de por sí ya va a ser complicado. Si ganas, lo haces con lo justo y no vas a tener mayorías y asumís en una situación muy compleja. Por todo eso, es muy complicado el panorama del FDT hoy. Por eso creo que se va a resguardar Massa, al igual que lo hace Axel Kicillof en la provincia. A esta altura es el que zafó.
APU: ¿Considera que Kicillof va a desdoblar las elecciones? ¿No podría ser una exigencia del posible candidato que esté en su boleta?
MM: Creo que con este escenario seguramente lo haga. En una boleta considero que siempre tracciona más el primer casillero, es decir el candidato a presidente. En 2015 Mauricio Macri ganó la elección cuando María Eugenia Vidal le ganó a Aníbal Fernández. Venía el ballotage pero ya se sabía. Si desdoblas a una semana antes y logras retener la provincia, es un espaldarazo importante para la general.
Se puede usar como tracción más allá de que esté o no Kicillof en una boleta. Sí va a estar en las PASO, que no puede desdoblar, y ahí se puede usar como moneda de presión hacia los otros sectores del FDT. Recordemos que hay varios lanzados que ante una elección de Wado de Pedro no sabemos qué van a hacer.
APU: ¿Cree que hay margen para ir a unas PASO?
MM: Yo creo que no, pero hay gente, como el presidente, que sí. Victoria Tolosa Paz ya se lanzó para la Gobernación pero ahora se mostró con Daniel Scioli como una posible candidata a vice. Hay algo que está usando el kirchnerismo como presión que es la discusión por la unificación o no de las listas de diputados. Plantean que, de ir a PASO, van todos y si perdes quedas afuera de todo. Son maniobras que se van a empezar a ahora cuando se empieza a definir, sólo quedan 16 días para el cierre de alianzas y 26 para el de listas. Creo que va a quedar el escenario un poco más limpio.
APU: Es complejo en este contexto pensar unas PASO competitivas sin que terminen matándose entre todos.
MM: Podría haber un acuerdo de no agresión, pero el que va a estar perdiendo siempre va a intensificar la agresión por una cuestión de lógica política. A partir de ahí, es muy complicado sobre todo si sos gobierno. Si sos oposición es discutir la representación del espacio.
APU: Parece que si juega uno a la interna juegan todos.
MM: Sí, está el caso del spot de Scioli, el lanzamiento de Agustín Rossi, y a Juan Grabois que a partir de la presentación de Wado de Pedro uno imagina que se bajaría, dado que lo había anunciado antes como condición. Quizás no los tenemos muy en cuenta, pero también están lanzados Claudio Lozano y Gabriel Mariotto.
APU: Si hay muchos candidatos no resulta realmente competitiva.
MM: Creo que en este caso sí va a ser, por lo menos, pareja. El tema es que en una PASO entre Rossi, Scioli y Wado el candidato en términos personales e individuales más débil es éste último. Por historia, trayectoria política, imagen, nivel de conocimiento. Scioli es ex gobernador de la provincia y ex vicepresidente; Rossi es un cuadro histórico dentro del peronismo y particularmente del kirchnerismo; y Wado es un personaje medio nuevo de la política en la primera plana.
La diferencia es que Wado iría con la foto con Cristina y con Massa. Ya hay un acuerdo ahí. No hay posibilidad de que Wado vaya por un lado y Massa por el otro. Va uno o el otro, o en fórmula, o en armado. No hay contraposición entre el Frente Renovador y La Cámpora.
APU: La discusión por un candidato que represente determinados sectores dentro del Frente de Todos, como en su momento planteaba Grabois, parece haber sido zanjada.
MM: Sí, hoy a Rossi se lo puede identificar como el candidato albertista, por ser jefe de Gabinete y porque se presentó diciendo que se lo sugirió el presidente. Scioli es un poco más o menos lo mismo, sobre todo al mostrarse con Tolosa Paz, ya que es la persona más cercana a Alberto en la política nacional. Está claro que hay una mala relación histórica, por eso me llamó la atención la foto de Cristina con la primera plana del Movimiento Evita.
Hace muchos años en el peronismo pasa que durante tres años y medio cacarean por la representatividad y dicen que Cristina ya fue. Cuando llegan los seis meses previos a las elecciones se terminan plegando atrás de ella porque nadie pudo construir nada nuevo. En algún momento se le echó la culpa, porque no formaba cuadros alternativos. Estuvo cuatro años como opositora y no se generó nada, otros cuatro más del peronismo en el gobierno pero ella relegada a una posición casi testimonial y tampoco. Es un problema del peronismo que se expone cuando Cristina dice que no va a ser candidata.
APU: Hace poco Cristina hizo un repaso del contexto en el que estaba el peronismo en mayo de 2019 cuando ella lo elige a Alberto Fernández. ¿Qué análisis le merece esa consideración y cuáles son los síntomas de la ruptura en el vínculo entre ambos?
MM: Se sabía que había habido un choque posterior a las PASO, lo que me llama la atención es que ella lo cuente públicamente porque no la deja muy bien parada esa declaración. El debate en ese momento era cuál iba a ser la participación de Alberto ante la debacle que se había generado en la economía posterior a los resultados.
Cristina sostenía que como Macri iba a ser presidente hasta el 10 de diciembre debía ocuparse y ser el responsable de todo lo que suceda, sin intervención del candidato opositor. A Alberto algunos gobernadores le pedían que ayude a tranquilizar la cuestión, porque si empeoraba se iban a ver perjudicados. Ahí dice lo del dólar a 63, que calma la corrida y le da a Macri dos meses para meter treinta actos con mucha gente y respaldado por una estabilidad económica. Ayudó a tranquilizar a la sociedad de cara a una propuesta macrista que empezaba a tomar volumen.
APU: De esa manera consigue una remontada importante.
MM: Sí, lo que impidió al FDT tener mayoría en el Congreso. Si los números eran los de las PASO, la mayoría se daba en ambas cámaras. Con la remontada, la oposición logró que sólo sea en la de Senadores. Con la derrota de 2021 se despiden de todas. Hay cosas que no salieron por no tener mayoría, como la reforma judicial.
Para la discusión pública no sé si está muy bueno explicitar que tu postura en ese momento era que no había que ayudar al gobierno a llegar, básicamente, a diciembre, sobre todo cuando estás ahora en la misma discusión, si la oposición no sale a hablar mal con acreedores internacionales y ese tipo de cosas que te afectan tu propia estabilidad.
APU: ¿Cree que efectivamente hubo momentos en los que a Alberto le daban bien las encuestas y parecía que se podía construir algo más grande o prescindir de Cristina o el kirchnerismo para gobernar, más allá de que nunca funcionó?
MM: Hubo un momento en el que Alberto estuvo muy arriba. Todo gobierno tiene una luna de miel de cien días y después empiezan las rispideces. En su caso, al día noventa y algo cayó la pandemia, que unificó a la política detrás de una figura. Ahí sí tuvo imagen positiva muy buena, que ya de por sí tenía fecha de vencimiento. No ibas a llegar con esos índices a las legislativas de medio término en 2021. Esto estaba claro.
A partir de ahí hubo voces, la más conocida la de Gustavo Béliz, que decía que había que romper con el kirchnerismo y Alberto fue el que resistió, manteniendo el FDT como estaba y con las líneas de decisión como estaban. Eso fue una constante en su gobierno, es decir, no tomar decisiones, ni siquiera esa. La renuncia de Martín Guzmán también se enmarca en ese proceso, cuando le pide que saque a funcionarios ligados al camporismo para poder tomar decisiones.
Del otro lado, el de La Cámpora, le pedían que sacara a Guzmán. No se querían mutuamente y Alberto procrastinaba el estado de parálisis sin conformar a ninguno. Así hasta que Guzmán se enojó mucho y cometió una irresponsabilidad absoluta como lo fue esa renuncia intempestiva sin avisar a nadie con una carta en redes sociales en medio de un acto de Cristina. Ese enojo venía por la indefinición, que ha sido constante en términos de decisiones importantes al tener que definir rumbos en momentos de crisis políticas del FDT. Romper hubiera sido una decisión equivocada, pero una decisión, que no es algo que haya sido diario en el gobierno de Alberto Fernández.