Pitu Salvatierra: “Si no logramos un horizonte de felicidad es muy difícil que nos voten”
APU Stream, el programa de la Agencia Paco Urondo que sale los sábados de 11 a 13 hs por el canal de Youtube y Twitch de Gelatina, dialogó con Alejandro “Pitu” Salvatierra, comunicador y dirigente barrial, quien analizó el resultado de las PASO, la situación social actual y las posibilidades de cara a octubre.
Agencia Paco Urondo: ¿Su rol en los medios abrió una nueva etapa en su vida?
Alejandro Salvatierra: Sí, rara, me sirve. Para la construcción de la figura de un dirigente los medios son fundamentales en estos tiempos y tener la posibilidad de estar todos los días una hora y media al aire en C5N y tres horas en Futurock es un montón, y a veces alguna que otra nota que me invitan. Es una oportunidad, no hay muchas personas que pertenezcan al mismo sector social que yo en los medios. Es una voz poco frecuente que intento representar, a veces me sale bien, mal, más o menos.
APU: Hay una demonización de los dirigentes sociales en su conjunto.
AS: Sí. Hay un desconocimiento de parte de la sociedad, de los medios y del sistema político también. Un desconocimiento no sólo del trabajo de las organizaciones sociales sino de dónde vienen las mismas. Somos hijos del neoliberalismo, arrancamos en 1995 en Cutral Co con los piquetes. Somos lo mismo. En los 90 empecé a reconocer la realidad de este país, antes venía de haber estado muchos años de situación de calle con mi madre y mis hermanos hasta caer en Ciudad Oculta.
Una sociedad muy compleja y un país muy complejo, con un desempleo que crecía de forma galopante, una pobreza que te asfixia, falta de oportunidades. No había inflación pero sí un montón de otros problemas. Siempre hablo del abuelo de mi compañera de vida, que era ferroviario. Mi barrio está asentado sobre en los terrenos del ramal que iba al Mercado de Hacienda, y hay una ley de la época de Perón que dice que los ferroviarios pueden vivir ahí, como cobertura. Cuando desalojaban, a él no podían porque estaba protegido. Cuando cerraron el ramal, quedó desempleado y se murió al poco tiempo de cirrosis.
APU: Es muy vigente lo que plantea.
AS: Esa era la Argentina. Algunos se volcaban al alcohol, otros a las drogas. La depresión de perder el trabajo y no encontrar, la presión del que tenía trabajo y atrás había millones de personas en la puerta de su fábrica por el puesto de él. Si cerras seis ministerios vas a generar cientos de miles de desempleados. Van a ir a buscar trabajo al sector privado y, como en los 90, algunos empresarios perversos, que la mayoría son así, apretaban a los trabajadores para bajar el salario por los cientos que había para que ocupen ese lugar.
Si vos no aceptabas una rebaja te terminaban echando. Por eso también quieren la modificación de la ley de despidos, para poder hacer ese proceso de echarlos más rápido y reemplazar al trabajador. Lo único que va a hacer eso es que los salarios vayan a la baja.
APU: Es importante dar a conocer esos procesos, sobre todo a las juventudes.
AS: Sí, porque muchos andan diciendo que esto es peor que el 2001. No tienen ni idea de lo que fue. El otro día veía un reportaje que le hacían a una nena en Tucumán, que lloraba de hambre. Se morían de inanición. La diferencia es que ahora hay salarios bajos, en 2001 no había salarios. Había mucha gente sin empleo. No había por familia uno que tenga, que además tenía que bancar al resto. Era imposible la vida en esos años. El 2001 no tiene nada que ver con lo que estamos viviendo ni por cerca.
APU: Por otro lado, hay un cierto sentido común que está saliendo, y esconde cierto clasismo, de que los sectores más bajos lo votaron a Javier Milei. Si uno veo los números, no es así, incluso en el corredor sur de la Ciudad de Buenos Aires, donde ganó el macrismo que sí tiene un rol social.
AS: Sí, donde hay una estructura desarrollada por el espacio de Martín Lousteau. Creo que los jóvenes no conocen a Perón sino no votarían a Milei. Ese es el gran problema. Me parece que Milei sólo conecta con las emociones. A los dos días de la elección charlé con diversos pibes del barrio que lo habían votado. Con su discurso no estaban de acuerdo en casi nada, salvo en la dolarización. Les causaba dudas el vaucher educativo y de salud como solución. Todos, en algún momento de la conversación, hablaron de cambios de verdad.
Creo que Milei está parado sobre un piso de arena que se puede consolidar o no. No creo que los pibes se estén volviendo fachos, a eso me refiero. No conectan con todo el discurso de Milei, por eso empieza a recular en algunas cosas. ¿Por qué te crees que dice que los planes sociales no los va a sacar? Porque eso no es lo que al electorado le está preocupando. Milei es consecuencia de los fracasos de los gobiernos de Alberto Fernández y de Mauricio Macri. No hay otra razón para que haya sacado el 30% que no sea que no pudieron resolver los problemas diarios de la gente.
APU: La estrategia del oficialismo ha sido denunciar lo que sería un gobierno de Milei pero también adolecemos de propuestas propias. ¿Cuál es la agenda que la gente está reclamando en la Ciudad y el gobierno no refleja?
AS: Hay un sector de la Ciudad que no los va a votar nunca. Hay un sector que sí nos puede votar y nos votaría, y ese sector está votando a Milei. Son votos que tranquilamente podrían ser nuestros. Creo que tenemos un discurso que va dirigido a un sector de la sociedad que no está aggiornado. No modernizamos nuestro discurso desde el peronismo, seguimos hablando como si estuviéramos en una sociedad que ya pasó. No estamos en 1945.
APU: ¿Suena viejo?
AS: Sí. Cuando uno se pone a hablar de aguinaldo, hay muchos que quedan afuera de la conversación, o no tienen ni idea de lo que es. Es un discurso que llega a una parte de la sociedad pero deja afuera a otra. Si encima, cuando hay alguien que te propone una reforma laboral, salís despavorido, se complica. El que está por fuera de esos derechos no se cuestiona cambiarla. Si no nos animamos a dar un debate sobre una reforma laboral que incluya a monotributistas y trabajadores sin derechos, darles más. Quizás un seguro de desempleo les viene bien. Hay que buscarle la vuelta para tratar de incorporarlos y animarnos a dar ciertos debates, de los cuales huimos y los pibes nos mirando como “no rebeldes” sino más tratando de conservar el status quo.
APU: De alguna manera, una defensa de privilegio de aguinaldo cuando la mitad de la población no lo tiene.
AS: Creo que el voto de Milei se compone de eso, aunque algún trabajador vas a tener por el número que sacó. Creo que la mayoría tiene que ver con la insatisfacción que tienen de los gobiernos que fueron pasando y nunca los incluyeron.
APU: ¿La reacción post PASO del gobierno le permite mejorar los números? ¿Cómo ve el escenario en octubre?
AS: Creo que la mano de verdad está complicada. Tenemos alguna posibilidad de llegar al ballotage, si hacemos las cosas más o menos bien. Si al otro día de la elección devalúas, eso se traslada a precios y hay un silencio durante los primeros tres días… Después lo vi un poco más sólido a Massa en TN. Creo que en algún punto nosotros tenemos que tratar de representar un cambio en algún punto. Yo también creo que el país necesita un cambio profundo, no el que te propone Milei, bajo ninguna circunstancia, pero sí que hay que cambiar cosas.
Si no logramos incorporar eso a nuestro discurso, si Sergio Tomás Massa no logra incorporar la sensación o la certeza de que hay cosas que cambiar, ese reconocimiento, y que estamos dispuestos también a cambiarlas, es muy difícil.
APU: ¿La agenda que traía Juan Grabois le parece que la incorporaba?
AS: Sí, yo creo que hubo dos candidatos que tenían propuestas muy concretas. Unas alocadas, como las de Milei, y otras revolucionarias, como las de Grabois. Después el resto no tenía mucha claridad en sus propuestas.
APU: Ahí quedamos en una posición conservadora defensora del aguinaldo.
AS: Sí, yo creo que fue esa un poco la sensación. Milei encima logra pararse por fuera de la política, apuntar a la casta, entonces se para del lado de la gente para decir que roban y son culpables de todo. Propone determinadas cuestiones locas, porque el problema de la dolarización es que se sienta y te lo explica, aunque sea cualquier cosa pero te dice algo, encima al lado de periodistas que le asienten con la cabeza. El que está mirando del otro lado cree que es posible.
Por otro lado, no tenemos a nadie que explique nada. La primera etapa de la campaña fue malísima, si va a seguir siendo Massa y Cristina inaugurando un simulador de Aerolíneas Argentinas va a ser difícil hablarle a los vecinos de que eso les mejora la vida. No desconozco la importancia, es fundamental, pero hay prioridades.
APU: Sería como seguir hablando de aguinaldo.
AS: Claro. ¿Cómo logro convencer al del barrio, que no logra hacer pie hace seis u ocho años, de que nosotros somos los que le vamos a mejorar la vida cuando estamos gobernando hace cuatro años y la campaña no dice mucho? Si no logramos proponerle un horizonte de felicidad a los sectores populares que están a pie es muy difícil que nos voten.
Milei se sienta y te dice eso, que es el fin de la inflación, y de qué manera lo va a hacer. Del otro lado, nosotros hablamos del Fondo Monetario Internacional (FMI), que la gente ya no quiere que se lo expliquemos más aunque tampoco lo hicimos bien al principio. Ni lo explicamos ni lo resolvimos. Hubiera sido interesante, al principio de nuestro gobierno, con claridad explicarle al pueblo argentino lo complicado que era lo que había hecho Mauricio Macri.
APU: Hemos construido un partido para los “aguinaldistas”, que además no nos votan todos.
AS: Para ellos y del AMBA también. El peronismo ha perdido en los últimos años dos cosas: la capacidad y la habilidad de leer lo que le pasa al trabajador, al pueblo, a la gente de a pie, y entender lo que pasa; y la posibilidad, o también habilidad, de construir un proyecto nacional.
APU: ¿Y por qué le parece que se rompió ese cable del peronismo entre sus dirigentes y su base social?
AS: Porque dejamos de representar, sencillamente. Andrés Manuel López Obrador, presidente de México, lo decía muy claro cuando hablaba del país el otro día. “Cuando queres quedar bien con todo el mundo, quedas mal con todos”.
APU: ¿A usted lo llaman dirigentes o personas con responsabilidad de gobierno para pedirle una opinión sobre la situación actual?
AS: Yo tengo un mecanismo. Empiezo a hacer ruido, tiro bombas para que me llamen, y lo hacen. Te responden que se lo podes decir y vos ya les habías mandado varios mensajes. No tengo dudas de que son hijos del rigor. Dejamos de representar. Al resto, Cristina nos queda lejos, a todos nosotros nos queda muy lejos. Hay que construir una representatividad que no se logra, que un poco es que no se da el ambiente pero también un poco porque nadie da el paso para hacerlo.
Ya es momento de que muchos de nosotros nos pongamos los pantalones y dejemos de estar esperando. Al primer día ya decíamos “hay que sacar a Cristina a la cancha” y, pasando un par de días, ya digo no sé. En parte, es un poco ingrato con ella porque fue maltratada por la oposición, el poder judicial y el propio espacio al que pertenece. Los mismos que ahora están diciendo que salga son los que apenas perdimos en 2015 quisieron construir el poskirchnerismo. Son los mismos que ni bien ganamos las elecciones quisieron construir el albertismo. Después de que todo el tiempo la quieren limar y meter en el olvido, de que vinieron los gobernadores, la condicionaron y pusieron el candidato, ahora hay que pedirle a Cristina. Ella también tiene derecho a decir que no.
APU: Por otro lado, ¿el resultado de Axel Kicillof cómo lo ve?
AS: Creo que es pura gestión y que los resultados se explican por eso. Creo que el pueblo argentino, en todas las elecciones que se fueron celebrando, reconoció la gestión. Eso es lo que no le reconoce al gobierno nacional. En los municipios también, pero me preocupa la diferencia que sacaron algunos intendentes, el gobernador y el candidato a presidente.
APU: ¿Sugiere que algunos intendentes jugaron al corte de boleta?
AS: En algunos distritos se llegó hasta veinte puntos de diferencia entre Massa y el candidato nuestro en el lugar. Eso no pasa por sí solo, si no moves algo para que pase. Eso es “me cuido mi quintita”, que me vaya bien a mí y después vemos. Es suicida, pero aparte es la falta de construcción de un proyecto nacional del peronismo en este último tiempo. Espero que eso se resuelva hacia octubre.
APU: El proyecto entonces corta en términos de clases sociales, geográficos, y sin definiciones claras sobre la agenda a seguir.
AS: Claro, a eso me refiero cuando digo que incorporemos la cuestión del cambio. En Argentina, evidentemente, hay cosas que cambiar. Nosotros tenemos que reconocerlas y proponer cómo. ¿Hace cuánto venimos hablando del bono o la suma fija? ¿Dárselo ahora cómo va a sonar? Está bien, pero es a destiempo. Tardar tanto en tomar esas decisiones hace que el tipo piense que lo haces porque no te queda otra y perdiste las elecciones.
APU: Además de eso, ¿qué le parece que se puede hacer?
AS: Tenemos que explicarle al pueblo argentino cómo vamos a mejorarle las condiciones de vida. Creo que tenemos con que, Massa lo hizo cuando vino con nosotros a comer un guiso y se quedó casi tres horas con vecinos del barrio. A la mitad te diría que convenció. Se pudo sentar, explicar las complicaciones que tiene la negociación con el FMI, la parte más dura y oscura, y después habló de las condiciones que tiene el país a partir del año que viene.
La diferencia en energía por la exportación de petróleo y el gasoducto, crecerían las exportaciones en minería, una cosecha record después de la sequía, y no sólo nos permitiría pagar parte de lo que debemos al Fondo sino también mejorar las condiciones de vida porque tendríamos los dólares para poder hacerlo. No lo está explicando públicamente como lo hizo en el comedor con nosotros y que me convenció. Lo hizo bastante sencillo y llano. Todos dicen lo mismo, que esa escasez de dólares que veníamos teniendo hasta ahora el año que viene sobran.
APU: ¿Lo vio cercano a la gente a Massa?
AS: Sí, hay que sacarlo más a caminar. Estuvo tres semanas con el tema del acuerdo con el Fondo, es complicado lo de los dos roles de Massa. Primero, es peligroso, según lo dijo Eduardo Valdés en la radio, tener al ministro de Economía de candidato porque hace que muchos apunten a la desestabilización de la economía. ¿No lo previeron eso? Es lo posible que te empiecen a jugar esos actores que siempre lo hacen si vos lo pones de candidato.
Creo que en esta segunda parte de la campaña, yo no me voy a meter en si tiene que renunciar o no, porque no sé cuál la señal que se puede mandar a los mercados, tiene que tener más presencia en la campaña. Hay que sacarlo a caminar, es un tipo que en el mano a mano es bueno. A mí me gustaría que Cristina también estuviera, pero es una decisión de ella. Si pudiera estar, sería ideal porque representa cosas para nosotros. La vemos y sentimos el olor a asado del domingo.
Seguro que si los sectores populares lo ven a Massa al lado de ella le van a creer mucho más, no tengo dudas de eso, pero es una decisión de Cristina. No hay que ponerle la responsabilidad, hay que sacarlo a Massa a caminar y hay que tener un plan de gobierno, eso que había dicho Máximo Kirchner hace un tiempo. Un programa de gobierno que explique al país cómo vamos a salir de este quilombo, de qué manera piensa el peronismo que hay que hacerlo. La sociedad no lo tiene en claro lo que proponemos nosotros, sí lo que propone Milei.