Fútbol y rock: diálogo con el Ruso Verea

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    Norberto Verea
APU ENTREVISTAS

Fútbol y rock: diálogo con el Ruso Verea

29 Diciembre 2023

El exfutbolista y actual periodista deportivo, entrenador y conductor radial argentino Norberto “Ruso” Verea, conversó con AGENCIA PACO URONDO sobre los tiempos actuales en el fútbol y en la radio, diferentes a aquellos que lo convirtieron en un referente.

Agencia Paco Urondo: ¿Cómo te llevás con ser un referente, alguien que es muy consultado, del que se esperan sus palabras ante un suceso del rock o del fútbol?

Norberto Verea: No me llevo tan bien porque voy desapareciendo cada vez más. Creo que hay que ser muy respetuoso de las palabras, hoy más que nunca, algo muy complicado en estos tiempos porque aún siéndolo pueden ser irrespetuosos con vos en las ediciones. Todo puede ser sacado de contexto. Ahora, si lo pensás así, no hablas más. No han ganado con ese juego perverso, pero sí creo que nos exige a cada uno de nosotros manejarnos con cuidado, tener la firmeza que se necesita, la contundencia, pero fundamentalmente defender el contexto. Sino, todo es posible, es discepoliano, “en el mismo lodo, todo manoseados”. Además, hay algo mucho más perverso: como gran parte de los medios se convirtieron en cuarteles y cada uno juega su guerra asumiendo su rol de soldadito, también podés ser usado para eso. Es un momento precioso para mirar, pensar, ver cómo te acomodás, pero a la vez es muy duro.

APU: Creo que no se elige ser referente y vos lo has sido en un vestuario de fútbol, pero también tuviste que negociar con los medios ¿Es más complicado negociar en una productora o en un club de fútbol?

N.V.: Negociar en un club de fútbol es otra cosa, porque formas parte de un grupo. Si bien en la radio también puede suceder, la realidad es que en un equipo de fútbol hay quienes se destacan con fuerte personalidad, se manejan de una manera muy diferente a los que destacan desde las habilidades provocando idolatrías. No todos tienen las mismas personalidades, por ende, muchas veces son usados. Hoy, todo eso está allanado por el representante, el empresario, quienes manejan lo que antes manejábamos nosotros. Calculá que con 20, 21 años tuve que sentarme frente a Ríos Seoane, un negociador nato, una persona que era capaz de cambiar un avión en el aire. Hoy es otro contexto, otro fútbol, otro profesionalismo. Con las productoras, a mí me tocó algo bastante fácil por un lado y difícil de explicar, hoy. Yo era el que le vendía discos a Rock and Pop y un día me sentaron Quique Prosen y la gerente administrativa y me dijeron “mirá, pasa esto, tenemos esto y pensamos que vos podrías hacer esto, qué onda”.

Lo negocié desde la nada misma, no tenía ninguna experiencia radial, me convocaban porque era el que tenía los discos. Después, cuando creció, era muy difícil para ellos cambiar a la persona, personaje, que se había convertido el de Heavy Rock and Pop. De ahí es más, me llama Lanata, también me llaman para ser parte de El pelotazo, con Menotti, con Diego Bonadeo. Tenés que cuidarte de creer que un nuevo contrato te pone en un lugar de privilegio de vida y terminar siendo parte de algo que no tenés ganas. Yo he exagerado en algunos pensamientos y en algunas decisiones. Me he ido apresuradamente de algunos lados, por ejemplo. Por otro lado, busqué tratar de sentirme cómodo, eso te permite cierta tranquilidad y desde ahí jugar con un esquema de opinión más libre.

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APU: Mencionaste a la Heavy, tu criatura, y también ahí, de entrada, pateaste el tablero porque lo arrancaste con Rod Stewart cantando un blues, poniéndote en función de curador.

N.V.: El primer blues que puse a la una de la mañana era “El rock de lujo” del álbum Truth & Beck Ola, de Jeff Beck, donde Ron Wood tocaba el bajo, Jeff Beck la guitarra, Nicky Hopkins el piano, Kenny Jones la batería y cantaba Rod Stewart. A ver: los primeros tres días no puse Metálica. Busqué raspar un poco, empecé armar historias de vidas heavy y puse Lou Reed. Siempre digo que los músicos ayudan a que te confundas lo menos posible. ¿Por qué digo esto? Porque mucho tiempo después, Metallica termina haciendo un álbum doble con Lou Reed. No es que estaba pensado en los 90 y yo lo sabía y por eso lo puse, tiene que ver con que era una vida heavy, la de Lou Reed. Es el tipo que escribió caminando por el lado salvaje. Era muy jugoso eso porque también lo trasladaba a la vida de cualquiera de nosotros. La Heavy trató de ver cómo nos acercábamos de la manera más libre, abierta posible, pero a la vez insolente, a esa gente que a la noche podía encontrar en un programa de radio no solo las cosas sacrosantas del metal sino que también entretenía sin caer en la estupidez del entretenimiento. En el comienzo, Tuki, Nagy y yo representamos a tres metaleros adentro de una bailanta, o íbamos a un concierto de música clásica y yo decía que me calentaba con la chelista. Eran pequeñas pavadas que salían de la nada. Explotábamos todos en el estudio, nos cagábamos de risa, pero también provocábamos que del otro lado la gente lo entendiese. Había otro que nos reputeaba, como me pasó la primera vez que puse Sepultura, algo que los heavys más tradicionales no aceptaban. Es parte de algo que se dio: los momentos, el contexto, el tiempo.

APU: Con una total naturalidad, además, desde el origen: encontrarse con Nagy 45 minutos antes de salir al aire, vos con tu famosa frase de “exitación y bardo hasta las 3 de la mañana” y ahí comienza un todo que incluye que Los Ramones explote en Argentina gracias a la Heavy.

N.V.: Es algo que me llena de orgullo. Estuve en el primer show de Los Ramones, en Obras, donde la cosa se cortaba desde el lado más filoso. Ese día lo corrieron a Fito Páez, a Charly no se la hicieron pasar fácil. Mirá que yo frecuentaba el ambiente under pero ese día llegaba cada uno que decías “epa, epa”. Estuvo Sky, la Negra Poli, que casi no se los conocía en ese mundo. Esa cosa bien ramonera después creció y se transformó en otra cosa, al hacerse mucho más masivo se fueron dando esas fiestas inolvidables. En todo eso tiene mucho que ver el artista, porque Joe vino desde la segunda vez que llegó al país a poner música, a quedarse, disfrutaba estar en el programa y se pasaba horas. Después vino Marky, y Johnny, que prácticamente no daba entrevistas, nos dio una en el Hotel. Y estaba la música, el poder de la repetición y las historias que se van gestando, lo que te van contando. Esas cosas van creando climas y nosotros, radialmente, lo manejamos bien, por suerte. Gente que en pleno invierno nos esperaba a la salida de la radio, nos quedábamos charlando, nos traían sus demos, se armó una cosa muy linda.

APU: Uno dice la Rock and Pop y tiene que tener en cuenta el contexto, por ejemplo, recuerdo una entrevista a Los Redondos con el Rafa y Claudio Kleinman y al final aparecés, un domingo, dejando un poquito de lugar para terminar la nota pero sumándote a la mesa.

N.V.: Tenía un gran trato con ellos. Ese domingo llegué para hacer el programa y el Rafa me invitó a que pasara. El programa abrió el juego, cuando lo hizo siempre fue positivo. Por ejemplo, el Hardcore Buenos Aires tuvo un crecimiento muy fuerte con el Heavy Rock and Pop, apoyamos mucho esa movida. Venían los bluseros y cuando eso pasaba, se daban unos climas en donde caían mensajes que eran maravillosos, porque el mismo pibe que era cerrado en la cosa metalera escuchaba hablar a esas voces viejas, esas vidas, y todo termina confluyendo. Todo eso me parece que es parte de cómo y de qué manera esa Rock and Pop fue lo que fue. Nosotros teníamos un separador que decía “el peso le empató al dólar y hay alargue”. Uno de los años que mejor la pasé, que mejor viví. Empecé a viajar, a darme cuenta de que las necesidades básicas son otra cosa a como las venden en la Argentina, mientras entregábamos todo y nuestros viejos se derretían alrededor del Congreso pidiendo que no le caguen la jubilación, todo esto abrazado a la bandera del Justicialismo. La Heavy se metió con eso, también, desde un lugar absolutamente respetuoso, no pretencioso, pero sí de vida.

APU: Solés contar que hubo tipos que te fueron a ver a la puerta de la radio para saber si era cierto, otros a conocer a Carlita Ritrovato, enamorados de su voz. ¿Cómo te llevás con la radio que se puede ver, por ejemplo, a través de una camarita, por streaming?

N.V.: Hay una ruptura con la fantasía. El primer paso lo dan quienes hacían radio y aparecían también en televisión. Antes, el camino era diferente, la radio era el vínculo para ser conocido, si lograbas el éxito. Y eso te llevaba a la televisión. Hoy es al revés, no solo porque tenés una cámara dentro de la misma radio, podés estrimear y hacer radio desde tu casa o de cualquier otro estudio y lo podés levantar en youtube, sino porque mucha de la gente que está en la radio es porque tienen éxitos en la televisión y el mercado ayuda a que la radio pueda sostenerse desde el vínculo de los auspiciantes que esa gente mueve. No te contratan para apostar, sino porque ya venís con algo establecido, que el mercado acepta. A no ser que uno se compre el espacio.

Convengamos algo. Casi todos los medios juegan a la acumulación de poder convirtiéndose en corporaciones; ciertas alternativas están mucho más ligadas al olor político y a la puesta en valor político, si tu discurso me sirve, bajo pauta. Todo eso es parte de algo que antes no estaba y en el medio de eso, ponemos la cámara. O sea, imitamos a Badia en Imagen de radio.

“Siempre digo que los músicos ayudan a que te confundas lo menos posible”.

APU: Siempre apostaste a la curaduría de la música, contar un poco de dónde viene, cuáles son esas influencias, agregarle algo más al sonido mismo.

N.V.: Una cosa te tiene que ir llevando a la otra, no llegué gratuitamente de Jethro Tull a Black Sabbath. ¿Y por qué llego a Jethro Tull? Por una tapa rara en una disquería al lado de mi casa. Por elegir esa tapa rara me encuentro con un tipo tocando la flauta y la armónica, con una banda sonando casi como un blues progresivo y yo ni sabía que era un blues. Después están las revistas, pero no todos podíamos comprarlas. Una cosa te va llevando a la otra y también hay algo que está dentro, que es el buscar. Era algo clave.

Hoy, el caudal informativo te genera una facilidad que, por momentos, es paja. En una plataforma ponés un tema y rápidamente te asocia otras canciones. Ahora, te encontrás con pibes más jóvenes y le preguntás si escuchó tal cosa y te contestan que sí, tal tema que está buenísimo. Si le preguntás qué más escucharon de ese grupo, la respuesta es “no nada más, porque después me llevó para otro lado”. No se le dio por ir buscar. Nosotros, un disco, lo prendíamos fuego. Porque era un disco entre muchos, había que escucharlo completo. Además, nos juntábamos a escucharlo, no era aislado.

Las cosas que podés encontrar hoy es abrumadora, pero por otro lado también hay una paja descomunal porque, de última, aprieto un botón y está. Hablabas de radio, mirá qué loco, haces un programa a las 0 horas. Lo imaginás, pensás, producís nocturnamente, y por ahí ese programa no lo escuchan a esa hora, lo bajan de una plataforma, lo meten en su celular y lo escuchan a las 9 de la mañana, esquivando que le toquen el culo en un colectivo. Hoy, hay un juego desde la ligereza de la respuesta, la chabacanería o la falsa idea de que todo lo puedo. Escuchás cosas al aire que decís “qué desagradable ¿tienen necesidad de contarme esto?”. Si bien puede ser para otro público, creo que ellos mismos lo encuentran divertido un rato y después están ávidos de encontrar otras cosas, pero no hay apuestas.

APU: Te pasó en la Heavy que un tipo te llamara para decirte me quiero pegar un tiro ¿Cómo lo resolviste?

N.V.: Terminé trabajando con Miriam y Claudia que eran psicólogas y atendían los teléfonos, más allá de ayudarme en la producción. Y lo hacían porque había un montón de gente que ofertaba problemas importantes. Tenés que tener mucho cuidado, estar preparado y yo no lo estaba. Me acuerdo de un mensaje de una nena de 15 años que me dice “estoy durmiendo arriba de un auto, sola a la noche, y no sé qué más puedo esperar de la vida”. Un día apareció en la puerta a la radio y cometí el error de vincularme. No es no darle bola, sino que hay cosas que no son para vos. Tuve la suerte de que todo salió bárbaro, terminé yendo a conocer a su hija, a su pareja. Oyente, acomodó su vida ¿y si sale mal? Hoy, hay otro tipo de manera de acercarse al medio, porque también los medios son otros. Hay una distancia muy diferente en la comunicación porque el comunicador tiene otro rol. La noche va un plano de intimidad, te lleva a otro lugar, se acomodan otros tiempos, la radio deja de ser un ruido y es realmente una compañía.

APU: Hablábamos de cruces generacionales ¿Qué te pasa cuando ves un artista como Wos que va a grabar con el Indio Solari y que invitó a hacerlo a Ricardo Mollo o Trueno que subió el escenario con Gorillaz, qué te pasa con la música urbana y el rock nuestro?

N.V.: De la misma manera que un pibe joven, en un entrenamiento, la empieza a romper, muestra su insolencia y termina nutriendo, sirviendo para la composición de un plantel y desde ese lugar, quizás, hasta para la obtención de un campeonato, las viejas aves van a necesitar siempre la sangre de las nuevas aves. El arte es el que vincula y en ese vínculo va a quedar, en ese tamiz inevitable, lo mejor. Se juntarán para hacer cosas que algunas saldrán, serán maravillosas y otras quedarán como una juntada artística que no provocó lo que se esperaba. Pasó siempre, recuerdo a los rockeros glamorosos volviéndose locos porque Aerosmith estaba con Run DMC. Ni te cuento del ghetto de los rappers mirando a los Run DMC ya desconfiadamente porque se unieron a estos blanquitos de Boston que cruzan pañuelos colgando del micrófono y que se visten glamorosamente cuando nosotros cantamos cosas de la calle, nuestro dolor, la perversión a la cual somos sometidos. Sin embargo, esa fusión fue tremenda y hubo infinitas. Es el arte y en ese lugar yo respeto esa cuestión. Después, hay cosas que me gusta más y otras que no. En cuanto al sonido, antes llegabas a la escuela de arte o salías de una. Hoy ya no es tan necesario, como tener una buena voz. El punk rock rompe con esa idea. Fue un sopapo interesante como lo fue el grunge entre los 70 y pico y los 80, 90. Cuando veo trap pienso en los viejos payadores, con otro estilo. Ahora, el que empuñaba la viola, cuando tocaba, te partía. Hoy, apretás un botón y la máquina te lo resuelve. Al cantante, hasta te puede acomodar, poner en tono y tiempo. Son los tiempos que corren, en donde los hijos de mis amigos dicen “tengo paja”, “no da”. Existe un grado de búsqueda que dejó de ser búsqueda porque está todo facilitado.

"Se juegan copas a un partido como si se regalaran”

APU: Estamos en el receso del fútbol doméstico, pero la final la jugaron Central y Platense, siendo el de Rosario el campeón ¿Cómo viste la llegada a ese encuentro de dos equipos más pequeños por sobre las potencias?

N.V.: El fútbol es algo maravilloso y por eso sigue provocando lo que provoca, en un marco de credibilidad cada vez menor. Se puede dar esto por cómo se mueve el reglamento. En otros deportes hay obligaciones que el fútbol no tiene. Lo que tiene es que como se juega con los pies, no con las manos, entrega mayor dificultad. Si es a un partido y si encima a ese partido lo empatás y podés ir a penales, existe la posibilidad de que pase lo que pasó. Que otros equipos que no son los tienen el mayor presupuesto terminen enfrentándose en una final. Tengo que hacer una salvedad, porque entre Central y Platense hay una diferencia muy grande de presupuesto y planteles. Después Belloso, el presidente de Central, reconoce que sin la mano del Chiqui Tapia, de Toviggino y del mismísimo Massa no hubieran levantado las inhibiciones que levantaron. Dicho esto, después hay que ir a la cancha y ahí Central de local no perdió nunca. Se convirtió en el rival del poderosísimo River que encontró otra copa más, en este mundo donde ya se juegan copas a un partido como si se regalaran. El negocio destruyó a la deportividad a tal punto que al fixture no lo sorteamos, se maneja de acuerdo a las conveniencias del máximo sponsor o socio, que es la televisión. Todo eso hace que uno lo vea desde otro lugar. Si solucionaran el nivel arbitral, si manejaran una herramienta como el VAR con credibilidad, seguramente nos acercaríamos mucho más a sentirnos honrosos. El fútbol nuestro está en duda. Lo que no toleramos de los poderosos en la competencia internacional es lo que aceptamos todos los fines de semana en nuestro juego interno.

APU: ¿Ves un peligro mayor en la posibilidad que el gobierno nacional actual habilitó para que los clubes se vuelvan sociedades anónimas?

N.V.: El mayor peligro que veo es en qué lugar, el hincha, va a salir a defender la realidad del club aún en el no éxito. Porque lo que se vendió es el éxito. Primero, a hacernos cargos que nosotros consumimos que el que no gana no existe y lo llevamos al paroxismo. Condenamos a Messi 15, 17 años. Le dijimos pecho frío hasta que nos sacó campeón. Eso es el éxito. ¿Vos qué querés de tu club? ¿Que siga siendo el que te honró, formó y que contiene a la sociedad o querés que salga campeón? Porque atrás de esto último, permitiste que infinidad de dirigentes de todos los clubes lo endeuden, que hasta jueguen con quiebras, que los dirigentes se conviertan en millonarios, en muchos casos. Que esos mismos dirigentes trancen con representantes y empresarios que no tienen ningún tipo de escrúpulos. Primero preguntate eso, ahí vamos y defendemos a muerte lo que hay que defender. Ojo, por ahí deja de ser competitivo porque en un país pauperizado la obscenidad de lo que se paga en el fútbol no está dentro de la realidad de una vida como la que vivimos. Obviamente, que si el DNU permite que los clubes se conviertan en sociedades anónimas, hay un paso que antes no estaba. Ante esa alternativa, todavía hay un montón de instancias, entre ellas la AFA. Y hay otra más: la misma del club, porque aún en épocas de gobiernos de facto, la realidad es que los clubes se seguía votando democráticamente, mal o bien, se siguen haciendo asambleas y se tendría que ir a una votación de socios para ver si aceptarían o no. Los pasos son muchos hasta llegar a esto por lo que vino este Calígula rodeado de toda esta banda de bribones que llegan después de la otra banda de bribones. Esos que nos jugaron con el mejor de los juegos y el peor de los respetos. Fútbol para Todos hubiera sido una brillante idea para, en serio, fortalecer nuestras instituciones sin fines de lucro y sin embargo, fue usado sólo como contrapropaganda.