Soviéticos y yankees, Mosconi y Ongaro: textos recuperados de Rodolfo Walsh
Podríamos decir tantas cosas. Podríamos comenzar recordando esa fotografía de Rodolfo Walsh sentado bajo un árbol de un bosque de La Plata, cerca del Museo de Ciencias Naturales; canchero, descansando. Luego, el maestro tirando en Cuba, en tiempos de Prensa Latina y los movimiento revolucionarios que hacían añicos la colonización. Apenas antes, un Rodolfo -que está en medio de Operación Masacre- que escribe largo y tendido del cerebro científico más importante de la URSS, “el hombre de los sueños exactos”, Piotr Karpinska, pero al mismo tiempo publica un perfil de un militar todoterreno nacionalista como muy pocos, Enrique Mosconi.
Una década más tarde, Raimundo Ongaro el que hace y dice. Y así, diez textos que pululan entre la Confitería “La Real” en Avellaneda, pero que también alcanzan Florida y los aviones norteamericanos. Todo eso es Walsh, en este dossier de trabajo de circulación libre y gratuita que los autores Roberto Baschetti y Fabián Domínguez han dado en llamar Un hombre que se anima. Papeles encontrados de Rodolfo Walsh (Edición Particular, 2024).
Decir “oro puro”, sabe a muy poco. Con esta obra tan determinante, una vez más, le ganan al mercado editorial y a sus tiempos. Se trata de diez textos que no son inéditos, pero sí podría decirse poco conocidos, o más bien que nunca habían sido reimpresos. Fueron hallados en revistas de escasa tirada, donde mayormente aparecían firmados bajo el seudónimo de Daniel Hernández, Francisco Freire o N. Klimm.
Sin embargo el prólogo, firmado por los compiladores y fechado el 25 de marzo de 2024, arranca con un faltante: los materiales, cuentos y reflexiones, el ansiado Juan se iba por el río, que sólo la Marina de Guerra, quien lo robó de la casa de San Vicente, sabe donde están. La falta también muestra todo lo que se recuperó, lo que se encontró, lo que está. Sin dudas, por la enorme tarea de Baschetti y Domínguez.
“Seleccionamos 10 trabajos, donde la idea era que fuera lo más representativo posible de su tipo de escritura, los géneros que él abarcaba -también en el tiempo- y por eso arrancamos con 'Los jugadores de dados', que es un texto del `50. Que es el Walsh nacionalista, el Walsh católico, el Walsh antiperonista, el Walsh burgués que se acaba de casar, que se está yendo a La Plata con Irina Tejerina. Es ese Walsh que hace periodismo cultural, que hace traducciones, que viene publicando en algunas revistas como Vea y Lea o algún texto en Leoplán. Así que es ese Walsh, no es el Walsh militante”, dice para comenzar con esta historia, Fabián Domínguez, vía audio de Whatsapp a Agencia Paco Urondo.
Después, Roberto Baschetti al teléfono completará en segunda instancia: “Así fui armando varios volúmenes de cosas que fui encontrando y cuando hablamos esto con Fabián Domínguez dijimos de revisar mi archivo y ver revista por revista; finalmente hay material de Prensa Latina, una conversación sobre teatro nada menos que con Roberto Cossa y Germán Rozenmacher. Una cosa increíble es que se preocupa por el principal cerebro científico de la Unión Soviética, también toma partido por la cuestión Argelina, obviamente del lado de los agredidos y contra el colonialismo francés, creo que también influía mucho esa famosa frase de Frantz Fanon de los Condenados de la tierra, y a partir de ahí creo que él también tiene claro de qué lado tiene que estar”.
Los autores revelan que en realidad recuperaron más de 40 trabajos del periodista, militante y escritor y que el objetivo es publicarlos en un libro próximo a editarse, más allá del adelanto vía Dossier on line. Roberto Baschetti y Fabián Domínguez son dos apasionados de la obra de Rodolfo Walsh, quienes en su momento ya editaron los títulos Bitácora de un clandestino (Dominguez, 1997) y Rodolfo Walsh Vivo (1994, Baschetti). “Frecuentamos una amistad que se solidifica -obviamente- hasta el día de hoy”, expresa Baschetti.
“El dossier sale así porque no se pudo sacar el libro de compilados o de textos recuperados. La palabra sería recuperados. Salió, la idea, todo de un almuerzo donde estábamos compartiendo distintas cosas con Roberto, Nora y otra compañera. Lo cierto es que en ese intercambio de la semana, se fue dando como un in crescendo. Yo tengo dos textos, yo tengo un tercero y así toda la semana se iban agregando nuevos. Nos ayudó mucho el trabajo de Jorge Lafforgue, el tiene un libro de antropología, y a lo último una guía de lugares donde trabajó Walsh y fechas donde estuvo publicando. En algún momento fuimos a la Biblioteca Nacional, Roberto había compilado un montón y yo digo `Están faltando por lo menos 10 textos más que es factible encontrar`, y ahí encontramos nuevo material. Roberto quedó preocupado porque el objetivo no se iba a cumplir. El 25 de marzo iba a pasar sin pena ni gloria para nosotros que veníamos trabajando durante octubre, noviembre y diciembre sobre Walsh y no publicábamos nada. Pero salió esta idea de armar un dossier y subirla a la página”, revela Fabián Domínguez.
Siempre Walsh
-¿Roberto por qué seguir buscando sobre Walsh?
-Siempre buscaba porque sabía que iba a encontrar una nota diferente o algo sobre el tema que fuese, que los demás no habían dicho o no habían pensado, o se les había pasado por alto.
A fines de los noventa, cuando se hablaba de Walsh en las facultades de comunicación o en los cafés, y su trabajo incansable, salían los ejemplos: 87 horas de trabajo y 6 horas de grabación para la nota sobre la energía en SEGBA, cuando recorría la selva misionera grabando los monos o cuando se encerró en un departamento con Lilia Ferreira para medir trayectos de una bala. Ya, para esta altura, a nadie le sorprende Walsh. En el Dossier El hombre que se anima no sólo queda demostrado -en las notas periodísticas- el controlado ritmo en la narración que mantiene la intriga hasta el final, los diálogos certeros, precisos y creíbles (hasta cuando habla el científico soviético), el uso de la retórica, y los giros linguísticos, lo que se puede entrever es justamente el trabajo de investigación incansable detrás de cada crónica, de cada perfil (Mosconi, Kapitska) con una inagotable pasión por saber, por entender y por conocer. Algo así como una nueva técnica narrativa del "Iceberg" que otrora planteara el genio de Ernest Hemingway.
“Los artículos que decidimos seleccionar nos marca la vigencia de la escritura de Walsh, más allá de que es algo que no estamos acostumbrados a ponderar. Porque podemos escribir fríamente sobre cualquier tema y eso no trasciende, y la escritura de Walsh siempre está muy cuidada, muy pulida. No es que cada palabra tiene que ir en el lugar donde elige, pero es la palabra correcta siempre, en un amplio manejo del lenguaje, en un amplio manejo de la ironía, el sarcasmo, el guiño, la chicana, incluso la emoción, así que es algo que uno agradece”, completa Fabián, para luego agregar: “Esta curaduría, este trabajo que hicimos con Roberto hace que los textos sean realmente inéditos. En el sentido de que nunca se han editado como textos en un libro compilado, fueron publicados en alguna revista y olvidados allí”.
“No somos los primeros recopiladores de la obra de Walsh, hay otros. Daniel Link, por ahí es el que hizo un trabajo encomiable porque recuperó muchas de las crónicas de los 60 de Walsh, pero además trabajó con los pocos papeles que se rescataron de la ESMA. Jorge Lafforgue también hizo un trabajo muy importante de archivo para armar ese orden. Y por ahí está Horacio Verbitsky, que es otro que trabajó con los textos de Ancla y de Cadena Informativa en plena dictadura. Hay otros escondidos, por ejemplo Pesce, que recuperó cuentos y artículos un poco olvidados, pero los recorrimos a todos. También Osvaldo Aguirre, que hizo una recopilación de entrevistas que le hicieron a Walsh, no me quería olvidar de ellos porque los tuvimos que consultar. Encontramos muchos textos que parecían olvidados y resulta que al revisar sus compilaciones estaban ahí. Así que uno se entusiasmaba. Tengo este artículo de un texto sobre el servicio secreto de Perón. Ya se había publicado en su momento o las crónicas sobre Palestina, que también se habían publicado en una revista, en el diario Noticias. ¿Queda más material? Sí, quedan más textos por editar, así que estamos esperando el momento, más allá de que haya o no alguna editorial interesada”, adelanta Fabián Domínguez.
"Así que nuestros intelectuales nos siguen nutriendo a pesar de no estar entre nosotros, en estos momentos donde hay que salir a sostener la memoria".
Mi DIos no juega a los dados
El cuento que abre el Dossier se inscribe dentro de ese Walsh que está buscando su lugar dentro de la Literatura Argentina, con claras influencias del género policial pero también de la lógica, las matemáticas y, por supuesto, Jorge Luis Borges.
“Él (Dominguez) viene a casa y me comenta que tiene un escrito de Walsh que no está en ninguna de las compilaciones y le digo 'mira qué casualidad', porque a mí me pasó algo parecido con un cuento que se llama 'Los Jugadores de Dados' que Rodolfo Walsh había escrito en 1950 y que resulta que no estaba en ninguna bibliografía. Había salido en una revista de La Plata que se llamaba Cuadernos de la Costa y todo el mundo creía que tenía solamente dos números, pero ocurrió que después de un periodo de tiempo largo salió un tercero que cubría a los años `50, `53. Ahí aparece este cuento, el joven que lo descubre me avisa y yo se lo digo a Horacio González, (en ese entonces) de la Biblioteca Nacional. Quedó tan impactado como yo. Era algo de Rodolfo Walsh que no conocemos, no lo tenemos y lo presentamos para el 24 de marzo, teniendo en cuenta que -un día y un año después- el 25 de marzo era un nuevo aniversario del asesinato de Rodolfo”, cuenta Roberto Baschetti, mostrando los periplos de cada texto hallado y que ahora componen el Dossier.
Fabián Domínguez también expresa su parecer sobre los textos perdidos de Walsh, en tiempos de Prensa Latina: “Hay algunos escritos que aparecen como Daniel Hernández y si uno no estaba atento, pasaba por encima de textos que realmente eran de Walsh. Daniel Hernández es uno de los protagonistas de sus cuentos, aparece en "Variaciones en rojo" y en otros cuentos más breves. Algo del material rescatado es de la Agencia Prensa Latina. No tiene que haber nada más fácil que ir a una agencia a ver su archivo y recuperar el material de sus colaboradores. Este trabajo lo hizo Enrique Arrosagaray, investigador que fue a Cuba, fue a Prensa Latina, entrevistó a muchos de los que trabajaron en la agencia, y cuando fue a los archivos descubrió que todo el material de Walsh está perdido.
No existe material de Walsh en Prensa Latina. Tal vez está escondido, no lo sé, quemado , inundado por algún huracán. Lo cierto es que no hay archivo de Prensa Latina, de Walsh. Pero se rescataron algunos textos que hay en revistas, periódicos que lo levantaron de Prensa Latina y publicaron, y sabemos, tiene la firma de Walsh o de Daniel Hernández, así que eso también es otro hallazgo importante”.
Rodolfo peleaba por un país más justo
A la sazón de recorrer ese título tan contundente, Roberto Baschetti arriesga finalmente: “Esa fue la idea, socializar los escritos de él, porque es lo que hubiera querido. Rodolfo peleaba por un país más justo, y hay que recordarlo siempre, una Patria justa, libre, soberana; y una Patria socialista. No hay que tener miedo en decirlo, porque por eso se peleó, luchó y murió tanta gente, tantos compañeros. Creo que él hubiera estado muy contento de saber que todo está a disposición de la gente”. Luego agrega: “En una sociedad como la nuestra, donde muchos escritores (porque vamos a centrar nuestra mirada en ellos) escriben lindo, de forma barroca, cuidando la forma, precisamente, pero hasta ahí queda ese encanto. Después, la realidad de esos mismos escritores es otra cosa totalmente diferente. Es decir, lo social y la vida cotidiana no tiene nada que ver con lo que escribe. Rodolfo Walsh, por el contrario, me da la impresión a mí, escribe A y hace A, escribe B y hace B, y así hasta Z. O sea, no se aparta un ápice y hay una relación directa entre lo que hace y lo que escribe, lo que escribe y lo que hace en su vida. Y eso es importante porque le da crédito, le da prestigio, y lo sabemos solamente leyendo la Carta Abierta a la Junta Militar. No habla de dictadura, habla de carta abierta a la Junta Militar. Ahí está muy claro por qué vivió, por qué escribió, por qué luchó y por qué murió. Y eso merece el mayor de los respetos”.
“Hacia ahí hay que ir apuntando. Es decir, la cantera Walsh es inagotable y creo que se va a agotar, en algún momento. Pero nos sigue dando sorpresas. A su obra canónica no la venimos a superar con el nuevo material que encontramos, sino simplemente a acompañar y a fortalecer. Se van a abrir otros textos con el futuro y con nuevos investigadores. Nadie hubiera sospechado que cuatro décadas después de su desaparición hubiera nuevo material. Y hubo mucho material. Digo Walsh, pero sabemos que se está por publicar una serie de notas de Paco Urondo que salieron en la revista Juan. Así que nuestros intelectuales nos siguen nutriendo a pesar de no estar entre nosotros en estos momentos donde, urgentemente, hay que salir a sostener la memoria. Se trabajó mucho desde el Estado. En estos momentos, el Estado se retiró en un movimiento táctico dramático para la Argentina. Donde se la quiere humillar y ubicar en una situación de colonia. La recuperación y el sostenimiento de la Memoria por parte del pueblo, de los estudiantes, de los investigadores, de los intelectuales, va a permitir que Argentina no termine de rodillas, como es el objetivo de la actual dirigencia que conduce el país”, cierra Fabián Domínguez.
*Quienes deseen recibir el dossier de trabajo Un hombre que se anima. Papeles encontrados de Rodolfo Walsh, deben solicitarlo al siguiente correo electrónico: fadomin@gmail.com