“Vigilias”, de Germán Cabanas: teatro con experiencias sensoriales y paisajes oníricos

*Vigilias se presenta en el Galpón de Guevara hasta el 28 de julio y nos sumerge en un mundo onírico donde se transmutan las leyes gravitatorias, la percepción del espacio-tiempo y donde se cuestionan la soledad, el miedo, la posibilidad de salir del aislamiento. AGENCIA PACO URONDO tuvo la posibilidad de charlar con Germán Cabanas, ex integrante de De La Guarda junto con Santiago Castello. Ambos componen UOW, que toma este nombre lúdico de la onomatopeya de asombro que ellos vieron en los videos filmados del público en espectáculos masivos que tuvieron la oportunidad de hacer.

Agencia Paco Urondo: Cómo se forma el UOW…

Germán Cabana: Somos dos socios que nos conocemos desde chicos y trabajamos juntos desde hace 25 años, Santiago Castello en el área técnica y yo en el área artística. Fuimos creciendo al mismo tiempo que ganamos experiencia en las diversas oportunidades de crear espectáculos o fragmentos de shows, tanto en el circuito comercial como independiente. Comenzamos, ambos, en el año 1998 trabajando para una compañía de danza aérea y luego para De La Guarda hasta que decidimos independizarnos para hacer nuestro camino y de esa manera ir construyendo nuestro lenguaje. A partir de ahí trabajamos con los amigos que nos han acompañado a lo largo de los años en diferentes áreas como iluminación, video, técnica en altura, producción…

APU: ¿Qué se necesita para ser un actor de Vigilias?

G.C: Vigilias es una propuesta teatral multidisciplinaria, se construyó la dramaturgia en base a mis inquietudes y las posibilidades que fui adquiriendo y en las que me capacité con los años, imagino que si la hiciera otro actor algunos modos de contar cambiarían. La danza, la acrobacia (circo), la danza aérea y el teatro físico contienen los elementos dentro de los que se podría ver material del lenguaje de la obra. La preparación física para la obra es fundamental a la par de lo actoral para sostener la propuesta.

APU: ¿Cómo es un entrenamiento para estas habilidades?

G.C: Por un lado está el entrenamiento físico de mantenimiento, más que nada para la fuerza, la flexibilidad, por ejemplo. Por otro lado está el entrenamiento más lúdico en relación a la danza y lo actoral, y el entrenamiento más acrobático para los momentos que lo requieren.

APU: ¿Qué te interesa mostrar en tus espectáculos?

G.C: Me gusta crear un mundo donde el espectador pueda soltar su pensamiento racional/intelectual y dejarse llevar por una experiencia más sensorial y antropológica. El trabajo físico intenso suele ser una de las constantes en las creaciones en las que participo y al igual que la relación con los materiales técnicos para investigar y llevar adelante posibilidades que habiliten situaciones no cotidianas, mágicas. La luz, los efectos y la música son también recursos con los que me gusta trabajar en investigar como partes fundamentales de la composición. En relación al material actoral y coreográfico, las inquietudes van variando e intento ser fiel a lo que voy probando en los procesos de búsqueda, en el momento de la creación. A nivel temático y dramatúrgico, mis inquietudes son existencialistas, la relación entre la luz y la oscuridad, la vida y la muerte, y las infinitas posibilidades que se desprenden de ahí.

APU: Vigilias es una obra muy interesante y compleja. ¿Cuál era la idea cuando se gestó?

G.C: Comenzó con investigaciones de sistemas técnicos, artesanales, para posibilidades de vuelos y efectos que daban la sensación de ingravidez. A partir de ahí, comenzaron a aparecer nuevos sistemas, nuevos juegos y nuevas posibilidades. En un momento las ganas de mostrar el material ante el público nos pusieron en la necesidad de organizar todo lo probado, para que sea una experiencia escénica y ahí comencé a indagar en una posible dramaturgia. Las primeras versiones tenían otras características, más relacionadas con mis inquietudes de hace 15 años, y el reestreno de este año me llevó a repensar la obra y actualizarla según lo que me convoca en estas épocas, pero sin que pierda su esencia y manteniendo el trabajo artesanal de precisión en materia técnica.

APU: Hay en los últimos años una merecida revalorización de las Artes circenses, pioneras de nuestro teatro, ¿coincidís con esta apreciación? ¿Qué reflexiones harías?

G.C: Coincido totalmente. Argentina tiene mucho talento de artistas circenses que trabajan tanto en el país como en el exterior, y también artistas pioneros de otras generaciones que con su hacer han posicionado al circo en las artes escénicas. Creo que también el avance de las redes y la comunicación permiten visibilizar que el circo no se hace solamente de una manera sino que también tiene un vínculo muy presente con el teatro, la danza y otras disciplinas, como en el caso del circo contemporáneo. De la misma forma, la danza hoy en muchos casos incorpora material acrobático que antes era solo propio del circo. Todos estos cruces enriquecen los lenguajes y abren las posibilidades a nivel público. El circo tiene una particularidad hermosa de que suele ser apto para todas las edades, tener humor, adrenalina, y otros factores que lo hacen muy atractivo para un público amplio. En mi caso, me hace feliz pensar que lo adquirido como acróbata circense es gran parte del saber que me permite contar a la hora de crear y componer para el escenario.