Verónica Rivera: "El actual sistema, heredado de Pinochet, mantiene la concentración mediática"
Agencia Paco Urondo: En primer lugar, podrías describir brevemente cómo está conformado el sistema de medios en Chile, cuáles son los principales, a qué intereses responden?
Verónica Rivera: La prensa en Chile hoy es abrumadoramente de derecha, especialmente muy ligada a las grandes fortunas y los principales grupos económicos chilenos como los Luksic y grupo Saieh. Así, en el caso de los medios escritos, fundamentalmente los diarios se habla del duopolio Copesa- Edwards ambos de empresarios derechistas y apoyan al actual gobierno. El diario más leído es el Mercurio (352 mil lectores promedio de lunes a domingo, principalmente en el sector ABC1, el más rico). En la semana los diarios más leídos de lunes a jueves son LUN y la Cuarta, ambos de corte farandulero y el fin de semana lejos El Mercurio (fuente Ipsos). Como contexto, es bueno recordar que la política de comunicaciones de los gobiernos de la Concertación tras la vuelta a la democracia en 1990 se ha basado en la filosofía que la mejor política es no tener política. Con ello dejó abierto el campo de la comunicación a los agentes del mercado sin una mínima regulación. La política de la no intervención ha tenido como de sus principales efectos la desaparición de diversos medios de comunicación que surgieron en los años finales del régimen militar. Asimismo, ha habido una completa falta de preocupación por los medios locales lo que ha acentuado la debilidad histórica de los medios regionales en nuestro país.
APU: ¿En radio y en Televisión como es la situación?
VR: En radio, el 70 por ciento de las concesiones las controla el Grupo Prisa, de España, entre comillas algo más progresista que la prensa escrita. Pero solo hay dos radios que se dedican más a las noticias de contingencia política, económica y social: Cooperativa y la Bio Bio, el resto solo magazine y entretenimiento.En televisión todos los medios de comunicación responden a una línea editorial de derecha: Canal 13 es del grupo empresarial Luksic ; Chilevisión de Time Warner; Mega del Grupo Claro. Sólo se salva TVN, la televisión pública, que debería tener más de independencia, pero como está encabezado por personas de confianza de Piñera, está en permanente cuestionamiento su rol como televisión pública.
APU: ¿Esa presencia de los grandes grupos económicos marcan la agenda de los grandes medios?
VR: La periodista María Olivia Monckeberg, premio nacional de periodismo 2009, en su libro “los Magnates de la Prensa: Concentración de los medios de comunicación en Chile” plantea que “la mayoría de los dueños de los medios de comunicación en Chile constituyen importantes grupos económicos entrelazados con otros de similar influencia y poder; a ellos se suman los avisadores que invierten en publicidad en entidades afines a su modo de pensar”. Así –dice -tenemos en CHILE medios de comunicación con un marcado corte ideológico financiero que incomunica a los habitantes del país. “Ellos son los amos y dueños de la información, lo que se debe decir y lo que les conviene omitir, la noticia es lo que a ellos les interesa difundir, no lo que verdaderamente ocurre en el país. A quienes deben entrevistar y quienes están vetados porque no responden a sus intereses”. Ciertamente, el movimiento social estudiantil ha puesto en jaque de alguna manera al modelo económico y comunicacional imperante obligándolo a poner sus demandas como centro de la noticia, pero claramente con un manejo de acuerdo a la línea editorial de esos medios, los cuales muchas veces han relevado a un segundo plano el tema de fondo y han dado cuenta de los desmanes y la violencia que se producen en las manifestaciones, como queriendo asociar violencia con movimiento estudiantil y desvirtuar el sentido del mismo. Sin embargo, la ciudadanía chilena parece haber despertado algo, quizás ayudada por las redes sociales que dan cuenta de lo que realmente pasa en el país, tan así que el movimiento estudiantil hoy tienen un 89 por ciento de respaldo, mientras que el presidente Piñera solo un 22%.
APU: ¿Es un mercado muy concentrado?
VR: Los diarios de dos consorcios, El Mercurio SAP y el Consorcio Periodístico de Chile, COPESA, concentran el 82% de la lectoría. A su vez, datos para el periodo enero-septiembre de 2010 indican que los diarios de los dos consorcios reciben el 84,26% de la publicidad de la prensa escrita. Hay también un alto grado de concentración en televisión, donde 4 canales nacionales privados y el canal del Estado reciben en conjunto el 95,6% de la publicidad total.La organización Reporteros sin Fronteras (RSF) alertó este año que los “oligopolios nacionales” El Mercurio y Copesa, dueños de los diarios “El Mercurio” y “La Tercera” respectivamente, son los “únicos destinatarios del sistema de subvención instaurado bajo la dictadura” recibiendo cada uno “hasta 5 millones de dólares anuales. La existencia de diarios regionales y locales así como la emergencia de diarios electrónicos reducen el grado de concentración, pero sólo en parte ya que muchos de aquellos son a su vez de propiedad de los dos consorcios. Los dos diarios puramente electrónicos más importantes –uno nacional y el otro regional- reportan visitas a sus sitios equivalentes conjuntamente a poco más de un 11% de los lectores totales de la prensa escrita nacional.
APU: Un grupo muy importante es Luksic...
VR: Un claro ejemplo es el GRUPO LUKSIC, la mayor fortuna nacional según las revista Forbes, que asciende a US$ 19.200 millones y ocupa el lugar 27 a nivel mundial. Es dueño del Banco de Chile, de la [Compañía de Cerveceras Unidas (CCU) (66,1%); Compañía Cervecera Kunstmann (50,0% CCU); Cervecería Austral (50,0% CCU); Calaf (100% CCU); Viña San Pedro Tarapacá; Compañía Pisquera de Chile, Madeco (47,7%); Habitaria (50,0%); Compañía Sudamericana de Vapores (CSAV) (18,0%). Son Dueños también de la empresa telefónica chilena ENTEL; de Canal 13 (67,0%); de Shell Chile (100%); de Plava Laguna (39,4%). También de importantes Minas como los Pelambres (60,0%); Mina El Tesoro (70,0%); Mina Michilla (74,0%); Mina Esperanza (70,0%) y; Aguas Antofagasta (100%).Otro ejemplo es el Grupo de Álvaro Saieh, actual dueño de COPESA, consorcio periodístico que controla los diarios La Tercera, La Hora, La Cuarta, la revista Qué Pasa, y un conjunto de radios. También controla CorpGroup, controladora de Banco CorpBanca y Banco Condell en Chile, es propietario de la SMU S.A., controladora de las Cadenas de Supermercados: Unimarc, Deca, Rendic, El Loro, Bryc, Mayorista 10, Euromarket, Las Brujas, Covarrubias, Los Naranjos, Korlaet, Ribeiro, entre otros. El grupo EDWARDS, Agustín Edwards Eastman es el dueño de la poderosa cadena de diarios que encabeza el “El Mercurio”, llamado el decano y de gran penetración en la clase política y en los sectores dominantes del país. Jugó un importante papel en el derrocamiento del gobierno de Allende y a fines de los 90 archivos desclasificados de la CIA revelaron que El Mercurio, junto con otros medios de comunicación chilenos, recibió financiamiento (más de un millón y medio de dólares estadounidenses) y lineamiento editorial del gobierno de Richard Nixon con el objeto de desestabilizar al gobierno de Allende. Famosa es la pancarta “Chileno: El Mercurio miente”, en el marco de la reforma universitaria de los sesenta y setenta, y luego como protesta ante los rectores designados por el Régimen Militar en los años ochenta.
APU: En la Argentina se discutió mucho sobre la necesidad de una nueva ley de medios. ¿Cómo es la regulación al respecto en Chile?
VR: Como ya te he mencionado se ha intentado sin mayor éxito hacer modificaciones para poder terminar o al menos regular esta excesiva concentración de los medios de comunicación en CHile, pero lo que más se ha logrado es eliminar normas que francamente eran anacrónicas y atentatorias contra los periodistas. En Chile, la Nueva Ley de Prensa dio la luz el 4 de junio del 2001 tras 8 años de tramitación parlamentaria, la ley Nº 19733 sobre Libertades de Opinión e Información y Ejercicio del Periodismo, más conocida como Ley de Prensa que deroga la anterior legislación que limitaba el accionar de los medios de prensa y las libertades de expresión e información en general, la Ley de Abusos de Publicidad vigente desde 1967. Este nuevo cuerpo legal modifica la Ley de Seguridad Interior del Estado (LSIE) en varios artículos que restringían brutalmente el ejercicio de la crítica pública. De esta forma, la nueva legislación eliminó el artículo 6, letra b, de la Ley de Seguridad Interior del Estado (LSIE), que castigaba como delitos contra el orden público y la integridad del Estado la injuria, la calumnia y la difamación contra altas autoridades de la Nación. Este artículo fue invocado contra seis personas durante el 2001 antes de su derogación.
APU: Y en cuanto a regulación de la concentración mediática
VR: En cuanto al mercado de los medios de comunicación, la ley establece algunas obligaciones para éstos orientados a regular posibles riesgos de concentración de la propiedad, una materia ampliamente discutida en Chile y que para algunos sectores políticos, sociales y periodísticos -no de medios de comunicación- era un tema pendiente. Para ello, la ley establece que en caso de producirse modificaciones en la propiedad de un medio cualquiera, ésta debe ser informada a la Comisión Preventiva Antimonopolio, con el fin de que ésta se pronuncie sobre los riesgos de concentración en la propiedad. Sin embargo, ambos puntos han sido letra muerta ya que cada vez hay mayor concentración de los medios y el tema no se resuelve en las entidades que deben controlar el monopolio de este sector. Tan así que la organización Reporteros sin Fronteras (RSF) se mostró este año muy crítica con el modelo mediático chileno, que consideró heredado de la época de Pinochet, de la que mantiene la concentración en grupos. Lamentablemente en la actualidad los partidos políticos de todas las tendencias no manifiestan un compromiso firme a favor de la libertad de expresión y del pluralismo.
APU: ¿Cómo visualiza esa situación que describís la sociedad chilena? En Argentina hay un fuerte consenso en torno a la necesidad de democratizar la comunicación, de ampliar las voces. ¿Cómo es en Chile?
VR: En la actual coyuntura social y política chilena, sobre todo tras el surgimiento de los poderosos movimientos ciudadanos como la defensa del medio ambiente y en contra la construcción de la central Hidroaysén con la cual se iniciaron las manifestaciones callejeras masivas, pasando por las más de 35 marchas estudiantiles y el movimiento por la diversidad sexual, los ciudadanos han asumido un rol más activo en la regulación de la forma en que emiten sus contenidos los medios de comunicación masiva y en cuestionar duramente cuando estos centran su contenido en los actos de violencia, en tratar de farandulizar o banalizar una determinada reivindicación.Así ocurrió con la marcha sobre la diversidad sexual, donde el canal Público (TVN) fue duramente criticado por hacer una nota más bien de tinte “pintoresco” y casi “trivial” de la misma al hacer más hincapié en mostrar a personas transexuales como algo “raro” más que hacer énfasis en las demandas. Fue tanta la molestia que hubo críticas de quienes organizaron la marcha y muchos cuestionamientos en las redes sociales que debieron modificar la nota y mostrar el apoyo masivo de la marcha , también de familias heterosexuales que están por la no discriminación. Lo mismo ha pasado con las marchas y el movimiento estudiantil, se ha querido insistentemente centrar por parte de los medios de comunicación, especialmente la televisión y los medios escritos en los llamados “encapuchados” y violentistas que dejan daños a la propiedad y se enfrentan duramente con Carabineros. Tanto ha sido la molestia de los dirigentes estudiantiles y en las redes sociales que en algunos casos los medios han debido rectificar diciendo que se trata de minorías aisladas que nada tienen que ver con la inmensa mayoría de los manifestantes que lo hicieron pacíficamente.
APU: En ese contexto, han jugado un rol destacado las redes sociales...
VR: El terremoto del 27 de febrero demostró que la ciudadanía (o un cierto segmento de ésta) está utilizando las redes en forma intensa, ya sea para obtener información producida localmente y que los canales formales no conocen o no transmiten, y también para fiscalizar el actuar de las autoridades ante situaciones que los afectan en su vida diaria. El cambio podría venir con el fortalecimiento de los llamados medios alternativos o nuevos espacios de participación ciudadana como titear, facebook, o la Red de Diarios Ciudadanos o medios on line o las llamadas Radios Comunitarias. Pero ello requiere de ciudadanos activos en la responsabilidad de estar informado; aprovechar los espacios de participación que ofrecen los medios. Informarse adecuadamente no es fácil, requiere un rol activo de buscar fuentes diversas y contrastar. Recordemos que la gran mayoría de los chilenos sólo se informa con la televisión. Luego del retorno a la democracia la cuestión de la concentración de la propiedad de los medios fue materia de preocupación pública, pero para un sector político minoritario. Incluso se presentó el año 1995 un proyecto de ley de parlamentarios de la Concertación sobre libertad de expresión, información y ejercicio del periodismo, que contenía un conjunto de disposiciones sobre el derecho a la información, el pluralismo en los medios de comunicación y la necesidad de evitar la concentración de su propiedad y control. Entonces hoy más que nunca nos preguntamos si es posible impulsar propuestas que permitan enfrentar la concentración de la propiedad de los medios de comunicación si tenemos un poder fáctico como el Tribunal Constitucional que se rige de acuerdo a la Constitución pinochetista.