The Guardian, 2010: Cameron busca un episodio del tipo Malvinas para justificar recortes

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The Guardian, 2010: Cameron busca un episodio del tipo Malvinas para justificar recortes

19 Enero 2012

Traducción de José Cornejo I El autor plantea dos ejes: 1) Cameron necesita un "episodio Malvinas" para justificar recortes presupuestarios y 2) La guerra de Malvinas estuvo provocada por Thatcher, no por la dictadura.

Lo que tu país necesita es... un primer ministro con una perspectiva histórica, por William Keegan (10 de octubre de 2010)

Cuando David Cameron utilizó la frase "Tu país te necesita", mientras defendía los recortes de presupuesto en el sector público, ignoró el contexto histórico de aquella frase de (Horatio) Kitchener. La  evocación de Cameron no tuvo buen gusto, recortar gastos no es “ir a la guerra” -a pesar que un ajuste presupuestario anterior precipitó la guerra de Malvinas-. (N.d.T.: se refiere al ajuste de Margaret Thatcher, que envalentonó a la dictadura argentina y legitimó la invasión inglesa a Malvinas).

Los primeros ministros hacen la historia, ¿pero tienen conocimiento suficiente de ella? Fue lamentable que mi viejo amigo, Tony Blair, tuviera una comprensión tan vaga sobre Medio Oriente cuando EE.UU. invadió Irak. Y es sorprendente que David Cameron, un hombre muy inteligente y educado, haya afirmado no hace mucho que EE.UU. había estado "codo con codo" con Gran Bretaña en 1940. Los EE.UU. no se nos unieron hasta 1941, si bien es cierto que el Presidente Roosevelt, ignorando al Congreso, puso cien destructores de EE.UU. a nuestra disposición en septiembre de 1940.

La semana pasada, en la conferencia de los conservadores en Birmingham, Cameron se hizo eco dos veces en el mismo discurso de la campaña de Kitchener durante la primera guerra mundial: "Tu país te necesita". Este fue su último intento de hacer que la nación apoye el programa de su coalición para realizar recortes drásticos del gasto público.

A nadie de mi generación y de la de mis padres le gustan estos ecos de Kitchener. Y Cameron dejó claro en su discurso que él se estaba dirigiendo a todas las generaciones, no sólo a la nueva generación de Ed Miliband (NdT: joven opositor laborista). El hecho es que la frase "tu país te necesita" evoca visiones de una generación enviada como carne de cañón en las trincheras.

El primer ministro nos dice que franjas enteras de trabajadores del sector público serán  sacrificadas para apaciguar a las agencias de calificación. ¿Se trata de las mismas que de manera espectacular malinterpretaron las advertencias previas a la crisis financiera mundial de 2007-09? Y esta Nación que, según algunos informes, acepta el argumento de Cameron-Osborne sobre los recortes ¿está plenamente consciente de las consecuencias?

No deseo comparar el impacto de los recortes en el gasto público a los horrores de la guerra, aunque hay toda una escuela de pensamiento que sostiene que una revisión en Defensa (léase "recorte") a finales de los 70 engañó a la dictadura argentina y precipitó la guerra de las Malvinas.

Hablando de revisiones en Defensa, después de una protesta de la Secretaría de Defensa, parece que ahora habrá una revisión de la revisión de la defensa. Además, un informe en el Financial Times (FT) sugiere que nuestra flamante coalición (de gobierno) ha descubierto el mundo real, y que "frente a las dificultades para reducir de forma veloz del gasto - incluyendo sanciones financieras por la ruptura de contratos y costes de despido – el Gabinete se ha visto obligado a retrasar la aplicación de grandes recortes hasta más adelante".

En un momento del panorama económico mundial decididamente sombrío, con países compitiendo por quién devalúa más al estilo de la década de 1930, la política de grandes recortes sincronizados en las economías europeas trae a la mente, una vez más, la denuncia de Peter Walker en de los primeros tiempos del thatcherismo como "la economía de la casa de locos".

Hay un interesante contraste entre los planteamientos de este gobierno y el duunvirato (NdT: versión dual del triunvirato) Blair-Brown de 1997. El Nuevo Laborismo, a pesar de su inmensa mayoría, no hizo lo que quería hacer -es decir, embarcarse en un enorme programa de inversión en servicios públicos-. En cambio, en un esfuerzo para complacer a los mercados financieros -esfuerzo totalmente innecesario- aceptó de los conservadores el congelamiento del gasto público por dos años. A continuación, se procedió a ir de la hambruna a la glotonería, con resultados que nos son muy familiares.

Por el contrario, los conservadores, sin mayoría absoluta y con la complicidad de los demócratas liberales, están haciendo lo que ellos quieren tan rápido como pueden, dentro de los límites que fija el periodico FT, y bajo la hoja de parra de comparaciones engañosas con la difícil situación financiera de Grecia.

Las asignaciones familiares

A pesar de todo el tiempo que se supone que (el oficialismo) dedicó a oponerse al presupuesto del Estado de Bienestar, lo que realmente sorprende es el desastre de la semana pasada de sus propuestas para frenar el pago de prestaciones por hijo. Fue una ineptitud a gran escala, y no es de extrañar la reacción durante la cobertura (mediática) de la conferencia (de prensa).

En su maravilloso libro Bailando con el dogma: Gran Bretaña bajo Thatcher (1992), el difunto Lord Gilmour señaló: "La hostilidad de Thatcher por las asignaciones por hijo surgieron desde una completa ignorancia... la verdad obvia de que las personas con familia tienen mayores gastos y responsabilidades que quienes fueron excluidos del beneficio en las disposiciones de (primer ministro) Pitt, el joven".
Es sabido que Pitt presentó un impuesto a los ingresos en 1796, pero es menos conocido que al mismo tiempo introdujo subsidios por hijo. El impuesto sobre ingresos fue abolido tras las guerras napoleónicas, pero cuando el Primer Ministro Peel lo reintrodujo en 1842, no se acompañó con desgravaciones fiscales por niño. Las asignaciones no regresaron hasta el "Presupuesto del Pueblo" de Lloyd George en 1909. Gilmour, un gran defensor de la pensión por hijos, señalaba: las asignaciones por hijo no pesaron en la gente que no pagó ningún impuesto, y fue un gran paso cuando se fusionaron a fines de 1970 con las asignaciones familiares para formar subsidio familiar.

El pago de las prestaciones por hijo a los ricos puede ser controversial, pero el escándalo de la semana pasada demostró que esta no es la manera de de reformarlos.

Mientras tanto, no puedo resistirme de señalar que uno de los expositores en la conferen