Carlos Barragán: “Si Pablo Moyano es consecuente con su declaración, lo vamos a bancar”
Este martes 14 de noviembre publiqué en el muro de mi facebook la noticia que apareció acá en A.P.U. sobre Pablo Moyano, “Sería un orgullo caer en cana con un gobierno gorila como éste, por defender a los trabajadores”.
Le agregué un título conociendo o creyendo conocer a mis compañeros lectores. “Les dejo un dilema, de muchos que vendrán” y abajo apenas dos preguntas que en realidad es una única, la de si seremos capaces de entender de qué se trata este momento político y actuar en consecuencia.
Y me quedo mirando esas dos palabras que escribí juntas “momento político”, porque muchos de nosotros hemos creído que la política se hace con las esencias de las personas. En una reducción más o menos sencilla -o un poco exagerada- pensamos que debemos tener de nuestro lado a las personas buenas y que las personas malas queden afuera. Y se nos pasa que la realidad es que la política se hace con momentos políticos y con actores políticos, esos que realicen las acciones políticas en el momento indicado.
En esta discusión se me apareció Alejandro Dolina dos veces. Una lo recordé criticando a 678 porque muchas veces en el programa aparecían archivos con políticos diciendo una cosa hoy, y otra cosa ayer, y otra diferente antes de ayer. Dolina recriminaba ese dispositivo diciendo que la personas cambian y que las críticas no deberían ser contra los cambios –porque cambiar es humano- sino contra lo que la persona está haciendo en la actualidad.
La defensa que tengo contra esa objeción es que la intención (habrá que ver si se logró) de 678 era demostrar eso que podemos llamar barriletismo, o la capacidad de decir cualquier cosa para acomodarse al momento político y pasarla mejor. Y acá aparece otra cuestión, que es esto de pasarla mejor. Si ese pasarla mejor es una mera cuestión egoísta, banal y cobarde; o si se trata de un cálculo para mejorar, defender o reforzar nuestro espacio y nuestro proyecto político.
Si el cambio es verdadero y profundo, o simulado y superficial nunca lo sabremos, salvo que logremos meternos en la mente del tipo. Que nos guste creer que nuestros referentes tienen fuertes e inamovibles convicciones es muy lógico y loable, pero nunca sabremos qué los mueve a decir o hacer las cosas. El punto es que las digan y las hagan.
Les dejo entonces las dos preguntas que hice en el facebook: “¿Alguien lo va a putear por algo a Pablo Moyano? ¿O habrá que decirle que si de verdad va por ahí lo vamos a estar bancando?” El “si de verdad va por ahí” refiere al hacer, a la acción, a sostener con el cuerpo las palabras que salen al viento.
Muchos comentarios fueron para atacar a P.M. por su pasado, y hasta por su filiación, por no creerle, y otros porque hay que buscar “cosas mejores”. Pero muchos comentarios, más de los que creí, tuvieron el otro criterio: que si P.M. es consecuente con su declaración, claro que lo vamos a bancar.
Entonces apareció Dolina por segunda vez. Un lector escribió “Yo, como Dolina, prefiero jugar el partido con mis amigos”. La verdad, no sé qué pensará Dolina sobre el uso que le dieron a su frase, pero me dejó pensando sobre la amistad, la amistad en la política, porque estamos hablando de política y no de un amigo con quien nos vamos de vacaciones. Pensé también que ya jugamos el partido con amigos. Y pensé que algunos amigos dejaron de serlo porque lo perdimos, y no pensé que lo perdimos porque no eran “amigos de verdad”.
Esta mañana encontré que P.M. dijo en una nota “Espero que los gobernadores, diputados y senadores que cantan las marcha y tienen cuadros de Perón y Evita no voten esta reforma laboral en contra de los trabajadores”. Cristina tuiteó la frase y comentó “Con Pablo Moyano nos une la esperanza”.