Cuarentena de nutrientes: el reclamo al GCBA por las viandas escolares
Por Natalia Daniel y Joaquín Malamud*
La situación de la alimentación en la escuela, crítica desde hace varios años, no es más que una expresión de las problemáticas que atraviesa la educación pública en la Ciudad de Buenos Aires. El principal problema es que los comedores escolares son espacios privatizados dentro de la escuela pública, por lo que la alimentación escolar se guía bajo criterios empresariales de reducción de costos y maximización de ganancias y no se considera un derecho a garantizar. A pesar de encontrarnos en el distrito más rico del país, la comida entregada no alcanza ni de cerca el valor nutricional necesario para niñes en edad escolar y la calidad es tan baja que ni les funcionaries del gobierno se atreven a probarla en sus visitas a las escuelas.
A su vez, desde hace años las solicitudes de viandas y comedor tienen criterios para completarse y entregarse cada vez más restrictivos, las raciones son disminuidas bajo supuestos criterios de “alimentación saludable”, permanentemente nos encontramos con cambios en el menú que reducen la ya escasa cantidad de carne (como el reemplazo reciente del pastel de papa por pastel de lentejas) y en las pocas semanas de clase que hubo en este año llegaron a haber tres escuelas con casos de intoxicación por comida en mal estado.
Sin embargo, a pesar de todas estas falencias, el alimento que se entrega todos los días en los comedores de las escuelas muchas veces termina siendo la comida principal del día para muches de les alumnes. En algunas escuelas de jornada simple, a pesar de no haber comedor, se entrega un refrigerio que también es significativo para las familias, sobre todo en los barrios más pobres de la Capital. Cuando no hay clases, se entrega al mediodía una vianda para cada familia que consiste en un sándwich con una feta de fiambre y una de queso, y una fruta que muchas veces llega en mal estado.
A partir de la declaración de la cuarentena, el Gobierno anunció el feriado martes 24 de marzo por la noche una “reorganización” en la entrega de viandas que no fue informada a la mayor parte de las familias, y desconocía las realidades de los barrios y la organización existente entre las escuelas y los distritos escolares. Irresponsablemente generaron la aglomeración de gente en sedes de entrega de viandas y por las irregularidades y las modificaciones de información durante las jornadas muchas familias no pudieron acceder a la comida que les correspondía en esos días.
En el Distrito Escolar 15, en el barrio de Villa Urquiza, el alimento fue entregado en la escuela 15 y la leche en la escuela 22, a 15 cuadras de distancia. En muchas escuelas el Gobierno afirma por sus planillas que envía más viandas de las que efectivamente manda, como en la escuela 14 del Distrito Escolar 8, en Parque Chacabuco, donde no llegan las 385 raciones que corresponden.
En el Distrito Escolar 5, ya antes de la cuarentena total el Gobierno empezó a entregar la mitad de las viandas, por lo que las familias que llegaban últimas se quedaban sin nada. A la comunidad de la 11 DE 5, de la Villa 21-24, se le indicó que las viandas se iban a entregar en la escuela 12 pero cuando las familias se acercaron no recibieron nada, porque sin previo aviso se había modificado la sede de entrega a otra escuela fuera del barrio, a varias cuadras de distancia. Una situación parecida vivieron las familias del Normal 8, en San Cristóbal, quienes mandaron una escuela que queda a más de 15 cuadras a buscar un vaso de leche y un paquete de galletitas. Y algo similar le sucedió a la comunidad de la 15 DE 13: debían retirar las viandas en la escuela 12 DE 13, que a las familias de Samoré les queda a 15 cuadras y a las familias de Cildañez les queda a más de veinte.
En el sector 1 de adultes (Constitución, San Telmo, Retiro, Monserrat) se les informó a les estudiantes que tenían que buscar la vianda al mediodía. Cuando llegaron se encontraron con que las viandas recién iban a estar a las 18 hs, y quienes fueron a las 18 hs, nuevamente se encontraron con que no había nada.
En el programa Puentes Escolares, que trabaja con una mayoría de población en situación de calle, hoy más en riesgo que nunca por la exposición tanto al contagio como al hostigamiento policial, la primera semana de suspensión de clases recortaron las viandas a la mitad, luego dejaron de enviar leches a todas las sedes y finalmente hubo cambios en las sedes de entrega durante la jornada por lo que muches estudiantes se quedaron sin alimento.
Desde el concesionario señalaron que a ninguna escuela que cambiaba de dirección le asignaron leches y nunca respondieron al pedido de justificación. Las situaciones relatadas son solo algunas de las muchas que tuvieron lugar estas semanas. Después de hacer oídos sordos durante días, ante la presión e imposibilidad de sostener un sistema tan riesgoso e ineficaz, el Gobierno de la Ciudad tomó la propuesta que veníamos realizando desde las escuelas y los sindicatos de entregar bolsones, anunciando que se realizarán cada diez días y para quienes hayan presentado la solicitud de vianda o comedor.
Esta situación plantea tres problemáticas: por un lado, no queda claro dónde se hará dicha entrega, y cómo se evitará exponer a las familias a las aglomeraciones y caminatas de cuadras a las que se las viene exponiendo; por el otro, muchas solicitudes de vianda o comedor no han podido ser entregadas al entrar en cuarentena; y por último, basándonos en la experiencia, nos permitimos dudar de la calidad y valor nutricional de la comida que se entregará. Sostenemos, entonces, la exigencia de que los bolsones sean para cada alumne matriculade, que se retiren en las escuelas a las que asisten y que cuenten con comida nutritiva, entendiendo que una buena alimentación es condición indispensable para la salud en tiempos de pandemia. La alimentación de nuestres alumnes debe dejar de ser considerada un negocio y ser garantizada de una vez y para siempre como un derecho.
Esta extraordinaria situación de cuarentena también puso en evidencia que les docentes somos actores fundamentales de la realidad política y social de nuestro país. Desde nuestro trabajo, desde nuestro compromiso cotidiano y desde el vínculo con las familias, tenemos un amplio conocimiento de la realidad y las necesidades que tienen las comunidades. Es por eso que queremos ser escuchades y tenides en cuenta para pensar la mejor manera de llegar a los barrios. Como lo hacemos día a día en el aula, también hoy, en este contexto, queremos hacer nuestro aporte a la construcción de infancias y juventudes dignas.
*Docentes Caba, integrantes lista Lista Granate en UTE. Por decisión de los autores el artículo utiliza el lenguaje inclusivo.