Desencuentros opositores
Por Juan Ciucci l Parece que la historia se repite, y aquellos que la personifican intentan negarlo. "Después van a hablar de la fórmula Moyano-Macri o Macri-Moyano y de esas tonterías", dijo el titular de la CGT Azopardo Hugo Moyano, esta mañana al compartir mesa y micrófono con el Jefe de Gobierno porteño Mauricio Macri.
Quizás sea trillado repetir que “los une el espanto”, pero resulta inexplicable la reunión de esta mañana sin esa premisa. Moyano parece haber perdido el rumbo en su abierta oposición al Gobierno Nacional. Con la intención de confrontarlo, ha finalizado mostrándose aliado al antikirchnerismo de derecha.
Si bien hemos planteado que es necesaria una construcción opositora que Moyano podría representar (ir al artículo), no conseguirá hacerlo con el representante de la antipolítica y de lo antipopular, que sin dudas encarna el hijo de Franco Macri. ¿Qué parte del modelo que desde 2003 Hugo Moyano acompañó puede subsistir en una hipotética continuación macrista? ¿Acaso entra en discusión que el macrismo es un simple retorno al neoliberalismo que enfrentó desde el MTA Moyano en los ´90?
El hijo de Franco dijo a la salida de la reunión: "Las cosas evolucionan y va quedando más claro quienes estamos del lado del diálogo, y el trabajo en conjunto y quienes del lado de la confrontación y de la división". Moyano se ha sumado a este discurso del diálogo, y ha opinado sobre la supuesta “soberbia” de la Presidenta de la Nación. Discurso que lo acerca a las lógicas del arrepentido, quien siempre es bien recibido por sus enemigos más enconados. Ese sujeto que se arrepiente, pierde ya todo lugar de lucha, porque no intenta superar aquello que critica, sino que se suma servil a los intereses de sus enemigos. Que sin dudas siguen siendo los del Gobierno Nacional, aunque parezca que Moyano ya no se da cuenta.
Seria deseable que el anclaje en un sector del campo popular que tiene el moyanismo recupere un accionar que pueda acercarlo a los postulados de alguno de sus sectores más lucidos, como la Juventud Sindical o el caso de Juan Carlos Schmidt. Algunas de sus críticas podrían colaborar con el conjunto del campo popular, en la permanente lucha por lograr una mejor distribución de las riquezas y de las ganancias de la Patria. La reunión de esta mañana sin dudas lo muestra muy alejado de esa misión. Y no es la única seña que en ese sentido ha emitido. Que el recuerdo de la Unión Democrática sirva para que su sector recupere una línea política popular.