"El poder político del pueblo trabajador fue y sigue siendo el eje estructurante del peronismo"
Por Juan Manuel Abal Medina
Recibimos con orgullo esta Mención de Honor Juana Azurduy del Senado de la Nación al cumplirse setenta años de la gesta del 17 de octubre de 1945. Lo hacemos con la humildad y el orgullo de imaginarnos, sólo en esta oportunidad, ocasionales representantes del verdadero destinatario de la misma: el pueblo trabajador que, con su permanente lealtad a los principios justicialistas y a su líder Juan Domingo Perón, ha construido la noble historia peronista, la empresa política más prolongada y fecunda de nuestra democracia.
Nacimos para dar expresión política al sector más postergado, los trabajadores. La construcción del poder político del pueblo trabajador fue y sigue siendo el eje estructurante del peronismo, al igual que la justicia social es su bandera.
Raúl Scalabrini Ortiz describió a ese pueblo:
"Era el subsuelo de la patria sublevado. Era el cimiento básico de la Nación que asomaba, como asoman las épocas pretéritas de la tierra en la conmoción del terremoto. Era el substrato de nueva idiosincrasia y de nuestras posibilidades colectivas allí presente en su primordialidad sin reatos y sin disimulos. Era el de nadie y el sin nada en una multiplicidad casi infinita de gamas y matices humanos, aglutinados por el mismo estremecimiento y el mismo impulso, sostenidos por una misma verdad que una sola palabra traducía: Perón".
Leopoldo Marechal lo dijo así:
"Vi, reconocí, y amé a los miles de rostros que la integraban: no había rencor en ellos, sino la alegría de salir a la visibilidad en reclamo de su líder. Era la Argentina “invisible” que algunos habían anunciado literariamente, sin conocer ni amar sus millones de caras concretas, y que no bien las conocieron les dieron la espalda. Desde aquellas horas me hice peronista".
Nacía así un lazo de lealtad del pueblo trabajador con el General Perón, quien brindó entidad política a sus necesidades, lo escuchó, entendió y se comprometió a gestar juntos una patria justa, libre y soberana, dando inicio a un movimiento que modificaría al país para siempre.
Al lado del General Perón creció la figura de su esposa, Eva Perón, para fortalecer la decisión política del pueblo, llevar auxilio a las situaciones más acuciantes y lograr el voto femenino, integrando a medio país que estaba marginado de la política.
Con Perón y Eva Perón en la conducción, el ejemplo y el recuerdo hemos transitado estos setenta años luchando siempre por una Argentina mejor para todos, sin sectarismos ni soberbias.
Desde hace doce años gobernamos nuevamente, conducidos primero por el inolvidable compañero Néstor Kirchner y ahora por la querida Presidenta Dra. Cristina Fernández de Kirchner, dos peronistas de ley que han estado a la altura de su responsabilidad histórica. En pocos días ratificaremos con sufragios la continuidad del proyecto justicialista, votando por el compañero Daniel Scioli, que será el gran presidente de una nueva etapa peronista.
No queremos recordar ahora las persecuciones y proscripciones de que hemos sido objeto; son tan notorias que todo argentino de buena fe las conoce y repudia. Pero sí queremos señalar que es por completo inadmisible que unos pocos intenten de nuevo dividir a los argentinos en una falaz dicotomía entre república y democracia, presentándonos, al igual que en 1955, como autoritarios, avasalladores de las libertades, demagogos, fraudulentos y clientelares.
La república que manda la Constitución Nacional no es cualquier forma de república. La Constitución preceptúa la forma republicana, representativa y federal; esto es, ordena la república democrática en la que ejercen los poderes políticos los elegidos por el pueblo en elecciones periódicas. Nunca el peronismo condicionó ni aceptó que se condicionara la democracia, nunca participamos de elecciones con fraude o proscripciones; por el contrario, y como es notorio, hemos sido nosotros las víctimas habituales de esos manejos turbios.
Las mayorías son, por definición, circunstanciales. Pero si alguna es poco circunstancial en nuestra democracia somos nosotros. Sin agresión alguna para otras fuerzas políticas, recordando siempre que Perón regresó para proclamar que para un argentino no hay nada mejor que otro argentino, queremos y exigimos respeto a nuestros compañeros, cuyos votos no valen más, pero tampoco valen menos, que el de cualquier otro argentino.
La realidad es que esos grupos minoritarios –en la academia, en algunos medios de comunicación y en algún partido- no aceptan la democracia, se desesperan por la persistente lealtad del pueblo, mienten e insultan a los argentinos con sus opiniones clasistas, que llegan en muchos casos al racismo.
El General dijo al despedirse de nosotros en la Plaza de Mayo el 12 de junio de 1974:
"Llevaré grabado en mi retina este maravilloso espectáculo, en que el pueblo trabajador de la ciudad y de la provincia de Buenos Aires, me trae el mensaje que yo necesito.
"Compañeros: con este agradecimiento quiero hacer llegar a todo el pueblo de la República nuestro deseo de seguir trabajando para reconstruir nuestro país y para liberarlo. Esas consignas, que más que mías son del pueblo argentino, las defenderemos hasta el último aliento.
Para finalizar, deseo que Dios derrame sobre ustedes todas las venturas y la felicidad que merecen. Les agradezco profundamente el que se hayan llegado hasta esta histórica Plaza de Mayo. Yo llevo en mis oídos la más maravillosa música que, para mí, es la palabra del pueblo argentino".
Esa música maravillosa se sigue escuchando a lo largo y lo ancho de la Patria, en nuevos capítulos de esta noble historia de lealtad que es el peronismo. Las nuevas generaciones la hacen propia y la proyectan hacia el futuro. Se seguirá escuchando en las calles y las plazas y se confirmará en las urnas en cada elección, para que el pueblo trabajador siga siendo, como quiso Perón, artífice de su destino.
Cuando murió el General Perón, José María Castiñeira de Dios prometió por todos:
"Porque fuimos sus fieles seremos sus custodios, unidos por la fuerza vital de su memoria. Porque somos su Pueblo seremos su milicia, hasta que rompa el alba de la nueva victoria."
Al recibir esta Mención de Honor en nombre del pueblo peronista ratificamos la continuidad de nuestro Movimiento, la certeza popular de que seguiremos avanzando en la construcción de la Argentina Justa, Libre y Soberana que soñaron nuestros próceres y que comenzamos a construir hace setenta años con la conducción de Perón y Eva Perón.
Relacionadas: El 17 de octubre con ojos de mujer