La campaña electoral en Brasil
Por Santiago Gómez – Desde Porto Alegre
Con la muerte de Eduardo Campos los medios brasileros intentan instalar que Marina Silva podría ganarle en ballotage a Dilma. Cuesta creer que el PSB -que tenía 10% con Campos- sin él salga segundo.
La trágica muerte del candidato del Partido Socialista de Brasil (PSB), Eduardo Campos, sacudió las estrategias electorales de todos los candidatos. Tanto Campos como Marina Silva, que de candidata a vice pasó a presidencial, formaron parte del gobierno del PT, hasta que decidieron comenzar a criticarlo. En la elección de 2010 Silva obtuvo el tercer lugar en las presidenciales con un 19,33% de los votos. Hizo campaña como ambientalista, prometía la renovación de la política, su movimiento Red Sustentable no fue aceptado por el Tribunal Electoral para presentarse a las elecciones de este año y debió aliarse al PSB para poder participar de la elección.
La alianza de Silva con Campos no cayó bien entre sus seguidores, la promesa de lo nuevo fue a la escupidera de lo viejo. La agenda que Campos proponía incluía la autonomía del Banco Central y Marina está dispuesta a continuar con la medida. La agenda mediática de Campos era igual a la del candidato argentino Sergio Massa. La semana pasada la consultora Datafolha, ligada a Folha de São Paulo, divulgó una encuesta en la que Marina podría llegar a un segundo turno con Dilma. Cuesta creer que el mismo partido que con Campos tenía una intención de votos del 10%, según la misma consultora, con Marina pasaría al 21%, considerando la desilusión que generó entre los electores su alianza con el PSB.
Campaña mediática
La campaña política brasilera se caracteriza por su impronta mediática. El sistema político brasilero promueve que esto sea así, razón por la cual el Partido de los Trabajadores está proponiendo una asamblea constituyente para realizar una reforma política. La propuesta del PT es la mal llamada “lista sábana”, Lula quiere que se voten partidos y no productos televisivos. En Brasil se votan candidatos, no partidos, por lo que nos encontramos con que el número que debe marcar el ciudadano para hacer votar electrónicamente a su candidato puede ser el 5038. De esta manera, no es necesario tener una estructura con capacidad de movilización territorial, construcción colectiva y organización para llegar a un cargo electivo, basta con hacer los deberes de los medios y fácilmente se accede a una banca.
Desde Lula hasta un militante de base coinciden que el PT abandonó las calles y no cuenta con la capacidad de movilización que los llevó hasta el gobierno. Algunos dicen que se debe a que asumieron en la gestión y por eso descuidaron el territorio. Ante esta situación, el PT promueve la militancia de los jóvenes en las redes sociales para poder batallar contra la fuerza de los medios de comunicación. Como lamentó el Secretario de la Presidencia, Brasil no tiene como Argentina un diario que muestre lo que los medios ocultan. Para leer los diarios por internet hay que suscribirse. Folha de São Paulo posibilita acceder a diez notas por mes, lo que nos obliga a pensar que lo que buscan es una sociedad desinformadas, en tiempos en que el negocio de las empresas de diarios no está en la venta de ejemplares sino de publicidad.
Un brasilero que quiera informarse sobre las acciones positivas que el gobierno lleva adelante tiene dos opciones: acceder a internet o escuchar en la radio La voz de Brasil, programa diario que se emite a las 19hs en cadena nacional desde 1935. Según la Primera Investigación de Medios de Brasil de 2014, la mayoría de la población (53%) nunca accede a internet y un 52% de la población no tiene internet en su domicilio. La encuesta muestra que la televisión es el medio de comunicación preferido del 76,4% de los brasileros, de los cuales el 80% de la programación a la que asisten son noticieros. El "Jornal Nacional", el noticiero central del país, es el principal medio de información. El mismo pertenece a O Globo.
Ante esta situación, claramente se explica por qué entre las principales reformas que el PT propone están la reforma política y la reglamentación de los medios de comunicación. La conexión entre ambos temas se expresa en que el 98% del financiamiento de las campañas en Brasil viene del sector privado. En las calles por las que este cronista ha caminado, Porto Alegre, Rio de Janeiro, Florianópolis, el interior de Rio Grande do Sul, São Paulo, no se respira que Dilma pueda ser derrotada, sino todo lo contrario. El malestar que se escucha responde más a la agenda de los medios, que a la realidad diaria.