La extorsión de los buitres
Por Carolina Moises
Este es uno de esos momentos históricos en los que la soberanía política se hace realidad, defendiendo la independencia económica de una Nación, para sostener la justicia social. Es uno de esos momentos que solo el peronismo es capaz de generar a partir de decisiones basadas en principios. Y hay que desempolvar a Juan Domingo, porque el mundo no cambió tanto desde que el nos iluminó con estas ideas. ¿Tan revolucionarias eran en aquellos tiempos? ¿Qué diferencia hay entre la conquista de América y la extracción de toda su riqueza sobre la base de la esclavitud, la encomienda y la mita, o la dominación imperialista con la invasión de los territorios fértiles de mano de obra barata en África e India, o las guerras actuales en Medio Oriente en nombre de la democracia y los derechos humanos que en realidad ocultan la avaricia por el gas y el petróleo?
¿Qué nos sorprende? Siempre es la misma lógica. Jamás importaron las vidas. Nunca se midió la desgracia de la gente. Y la hipocresía de las burguesías locales gentiles al poder que con tal de sostener sus privilegios vendieron sus patrias al mejor postor. España, Inglaterra, Estados Unidos, el Fondo Monetario, o los Clubes financieros; da igual, solo se modifican los nombres y las metodologías.
La lógica del dominio tiene las mismas reglas en cualquier momento de la historia tanto como ningún país puede escapar de su pasado; de sus glorias y de sus derrotas, de sus éxitos y de sus fracasos, de sus héroes y de sus vendepatrias, de sus orgullos y de sus humillaciones. Así, nosotros no podemos escapar de nuestras deudas.
Pero cambiaron los buitres. ¿Desde donde contamos? ¿Desde Rivadavia y Sarmiento? ¿O nos venimos al Siglo XX con oligarcas despilfarrando en el granero del mundo? ¿O contamos los milicos funcionales al nuevo modelo económico internacional de la Guerra Fría? ¿Y si contamos los detractores de los impresentables populismos latinoamericanos? No. Es retroceder mucho, es revolver demasiado.
Contemos los buitres que más nos dolieron. Aquellos que nos acosaban a picotazos tan profundos que nos dejaron sangrando. La pobreza, la desocupación, la indigencia, la falta de atención medica, la deserción escolar, el quiebre de las familias, el exilio de los profesionales, el menosprecio de la humanidad, el agotamiento de las fuerzas sociales, la humillación de cada uno de nosotros. De todos. Porque la humillación es colectiva, había que llevar esa camiseta argentina con indignación, con vergüenza, con resignación. Ni un Mundial, ni una Selección Nacional podía maquillar esa realidad. En otro momento taparon los muertos, pero en ese momento los muertos estaban vivos…o tratando de sobrevivir.
Hizo falta un golpe, pero no un golpe de Estado. Un golpe de revancha, uno de esos golpes que ni nosotros mismos creemos que somos capaces de dar.
Hizo falta un salto. Un salto al vacío. Y lo hicimos no por corajudos sino por desesperados, porque ya no podíamos caer mas bajo, ya no teníamos nada más que perder. Necesitábamos volver a creer en nosotros mismos, a creer que podíamos hacer algo mas que llorar y quejarnos.
Entonces el gasto social se transformo en inversión social. Como un enfermo que necesita una dosis alta de antibióticos para evitar la septicemia. El 55% de pobres e indigentes de la Argentina necesitó de una sobredosis de inversión directa para que tenga efecto inmediato la reparación de su tejido social. Asignación Universal por Hijo. Jubilaciones de Amas de Casa. Planes de vivienda social. Plan Remediar. Programa Nacional de Vacunas. Médicos Comunitarios. Microcréditos para emprendedores. Subsidios de emergencia. Plan Argentina Trabaja. Plan 1400 Escuelas. Programa de Inclusión Escolar. Nuevo Régimen de Empleo Domestico. Nuevo Régimen de Trabajo Agrario. Programas de erradicación del trabajo infantil. Planes masivos de becas estudiantiles. Y esos buitres se alejaron. Porque pudimos recuperar el concepto de Justicia Social y llevarlo a la practica. Nos pusimos de pie y empezamos a caminar más erguidos y seguros.
Mientras hacíamos eso, nos deshicimos de los lastres, tiramos las falsas muletas, y empezamos a encontrar nuestras fuerzas. Entonces decidimos recuperar nuestra soberanía política, y avanzar sobre los monopolios estatizando las AFJP, Aguas Argentinas, el Correo, Aerolíneas Argentinas e YPF. Fortaleciendo las relaciones con los países latinoamericanos generamos alianzas estratégicas que nos permitieron potenciar nuestros recursos y sostenes estas políticas. Se impusieron retenciones a los excedentes de la renta, que no es más que la redistribución real de la riqueza. Comenzaron los Juicios de Lesa Humanidad y el revisionismo de la historia reciente para permitirnos saber y decir las verdades que nos merecíamos como sociedad. Hasta nos animamos a democratizar los medios de comunicación antes que cualquier otro país de Latinoamérica. Y ya de pie, con el orgullo recuperado, fue un Presidente argentino en nuestra propia tierra que le dijo no al ALCA en la cara de su Presidente y delante del mundo.
Entonces por que no avanzar con la independencia económica? Por que no modificar las estructuras de poder que históricamente condicionaron nuestro desarrollo integral y nuestro crecimiento? Sin mandamientos externos ni imposiciones globales determinamos que hacer con nuestros recursos. Y se empezó a desarrollar el mayor plan de infraestructura que mejoro nuestras conexiones viales, la distribución de energía, las inversiones en saneamiento, hospitales y distribución de tecnología y de comunicaciones. Y comenzamos el desendeudamiento, la Nación pago sus obligaciones sin recurrir al capital; se desvinculó del FMI y consiguió autodeterminación en su economía; demostró voluntad de pago más que en cualquier otro Gobierno. Y en medio de una crisis económica mundial logramos récords históricos de producción industrial, de producción de automóviles y de producción de alimentos. Consiguiendo a la par reducir la desocupación a un digito, disminuir las tasas de pobreza e indigencia, y bajar a la mitad las tasas de mortalidad infantil y materna. Creamos 9 Universidades Nacionales y generamos el mayor presupuesto educativo de la historia argentina. Eso es economía aplicada a la gente.
Entonces volvieron algunos. Primero los buitres locales, aquellos que con la especulación de los precios, para poner solo un ejemplo, están vaciando los bolsillos de los argentinos. Los que ponen en el tapete los problemas de inseguridad, delito, drogas, trafico, como si fuéramos una isla y no se tratase de problemas que acumula toda Latinoamérica. Aparecen los buitres internos. El del pensamiento único, el silenciamiento del debate, la sacralización del modelo, la falta de adaptación a los cambios, y el no ponernos limites.
Y allí aparecen los buitres externos. O los Fondos Buitres. O los Buitres Eternos. Excelente explicación de CFK sobre las condiciones que pretende imponer EEUU sobre el estado de nuestra deuda. 1600 % de interés en 6 años, ¡que rendimiento! Y dijo crudas verdades: es la nueva forma de dominación mundial para arrodillar a los pueblos y someterlos, es la convalidación de un modelo de negocios que justifica la extorsión, la guerra, el hambre y la muerte. Especulan y lucran con la miseria de la gente. La especulación financiera reemplaza la inversión productiva; la lucha por los recursos naturales incluye invasiones y bombardeos; el sostenimiento del capitalismo salvaje hoy se basa en sostener el sistema financiero internacional por encima de las soberanías nacionales y los estados constituidos. Ninguna diferencia en las estructuras de poder mundiales imperialistas en cualquier momento histórico; hace 50, 100, 200 o 500 años atrás.
¿A donde pretenden llegar? ¿O no miran dentro de sus propias fronteras? ¿España, Grecia, Italia, Estados Unidos no están plagados de pobreza, desocupación, deuda y desesperanza? Pero como dije en un principio, nunca les importo ni les importara.
La clave es que a nosotros nos importe. Que luchemos por mantener lo que conquistamos. Que nos miremos hoy y no olvidemos de donde venimos y cuanto nos costo. Que hoy ponernos la camiseta de argentina tiene otro valor y otro sentido, que lo hacemos con orgullo y con pasión, que tenemos las agallas y la fortaleza para pararnos ante el mundo y sostener nuestros principios. Que haber logrado en 10 años la recuperación extraordinaria de un pueblo, y en 200 años la grandeza de la patria grande, hayan valido la pena. Y si fuimos capaces de transformar nuestras debilidades en nuestras fortalezas seremos capaces de aceptar que en esas fortalezas puede estar el germen de nuestra propia destrucción.
No vamos a someternos a la extorsión de los buitres externos porque lo único que nos falta aprender a los argentinos es a espantar nuestros propios buitres. Y quizás este sea el momento de hacerlo.