Lopérfido, el enemigo de la cultura
Por Martín Massad*
No es nada nuevo hablar o mejor dicho, en este caso, escribir acerca de la inusitada ofensiva que desató el gobierno de Macri contra todo, todos y todas los que tuvieron algo que ver y que aún adhieran al gobierno Kirchnerista. Sobrados son los ejemplos de persecución que muestran a las claras la ofensiva y la caza de brujas que comenzó con el fin de librar a la “República” de cualquier vestigio de las políticas de los últimos doce años. Etapa en la que la ampliación de derechos y la mejora de la vida de los que menos tienen hicieron pie en nuestro país.
Una de las premisas con las que inició su gobierno Néstor Kirchner fue la de no dejar sus convicciones en la puerta de la Casa Rosada y allí fue en busca de reparar el daño que el estado había hecho en época de la última dictadura militar. Todos seguramente recordamos aquel momento en el cual decidió bajar los cuadros de los genocidas y pidió perdón en nombre del Estado a todo el pueblo argentino. Luego la recomposición de una parte de la historia se fue dando con cada nieto recuperado y con cada milico que fue llevado a juicio. De esa forma se cerraron algunas heridas y nuevas vidas se pusieron en marcha como debieron haber sido desde su nacimiento. Familias que fueron ultrajadas volvían a unir lazos.
Una de las grandes proezas del kirchnerismo fue poner en relieve una historia que todavía no está saldada pero que, sin embargo, ha dado muchos pasos adelante y algún que otro traspié. Los derechos humanos fueron y serán para nosotros una bandera que nunca hemos de dejar de sostener.
Volviendo a la ofensiva del macrismo, encontramos en la figura de Darío Lopérfido al máximo exponente de la necesidad imperiosa de destruir el pasado reciente y la memoria de los argentinos que tanto tiempo nos costó recuperar.
Desde aquella repudiable expresión del Ministro de Cultura de la Ciudad de Buenos Aires, cuando en una mesa acompañado por Luis Majul afirmó que “los desaparecidos durante la dictadura no fueron treinta mil sino muchos menos y que ese número se había acordado en una mesa para poder cobrar subsidos”, hasta la fecha los intervenciones de Lopérfido han sido repudiables. Este nefasto personaje compuso con otros tristemente célebres el Grupo Sushi, que ayudó a Fernando de la Rúa a llegar al gobierno y luego de la abrupta retirada dejaron la función pública para dedicarse a emprendimientos privados, muchos de ellos en el exterior como el caso de Lopérfido.
Ahora, luego de que la mayoría del espectro artístico de la Ciudad de Buenos Aires y del país se ha manifestado en contra de Lopérfido, dando cuenta de su repudio al finalizar las obras de teatro y otros escraches, este redobló su apuesta y fue contra los actores. De ese modo puso en tela de su juicio a todos y todas los que trabajaron en la televisión pública en distintas ficciones. Rita Cortese, Gustavo Garzón, Luis Machín y Cristina Banegas, entre otros, fueron blancos de las acusaciones del Director del Teatro Colón, quien afirmó que durante el Kirchnerismo se malversaron doce mil millones de pesos en arte.
Podríamos seguir argumentado en contra de Lopérfido y su idea de políticas culturales pero eso lo vamos a dejar para otra nota. Quería cerrar con otro de los desaciertos del Ministro que a mi entender lo pinta de cuerpo entero y nos da una idea de talla política. En una de sus últimas intervenciones en la prensa Lopérfido le recomendó a los artistas que “hablen de arte, dejen de hablar de política, la política es algo muy complicado”.
¿Qué más decir de este personaje?
* Periodista