Massa, el rumbo económico y la salida de la pandemia

He leído con detenimiento la entrevista que Horacio Verbitsky le realizara a Sergio Massa, ministro de Economía. Por un lado, es notable como pese a algunas dificultades de comprensión sobre parámetros técnicos, emana luz acerca del rumbo si, en vez de atosigar al lector con presupuestos políticos maniqueos, se ponen sobre la mesa los elementos concretos que se llevan adelante en cada actividad.

Luego, más allá del forzamiento que implica la introducción de un par de párrafos críticos para Martín Guzmán, puede hallarse nítidos factores de continuidad con la política económica previa a la llegada de Massa cinco meses atrás. Los indicadores positivos expuestos no involucran quiebres o volantazos sino persistencia de un modelo que, con fuerte anclaje en la exportación, logró sin embargo frenar la caída y promover la actividad industrial.

En cuanto a la inflación, es claro que al contar Massa con mayor respaldo político que su antecesor, la Secretaría de Comercio Interior alcanzó un volumen más intenso al quedar coordinada con la política externa. Lo admite el ministro sin mencionar la palabra política. En todo el recorrido se precave –correctamente- de calificar protagonistas, internos y externos, y narra con asepsia las medidas adoptadas en cada caso.

Admite que el acuerdo con el FMI no propone una reforma tributaria regresiva; por el contrario, explica, sugiere una progresiva. También, la búsqueda de financiamiento sin premisas ideológicas, barriendo desde la Eurozona hasta Malasia, sin olvidar a China. Hasta en el punto que podría marcar un vigoroso antes y después (reservas en el Banco Central), transmite una objeción al elogio que se le ofrece: los nuevos aportes no son nuevos, aclara, sino ejecución de créditos y operaciones de crédito vigentes.

Bueno, lean la nota si quieren. Para qué una suscita traducción. Y si pueden, hojeen Política y Economía, de Arturo Jauretche, con el sano objetivo de contar con el marco ideal en la discusión. Ahora bien, presten atención a las Fuentes Seguras que publicaremos en pocas horas. Allí se observa uno de los perfiles más interesantes que pueden atravesar el año en curso en materia de política exterior y economía. Con esquirlas sorprendentes puertas adentro.

Voy a insistir: es preciso informarse sobre lo que viene ocurriendo y así contar con los elementos necesarios para realizar calificaciones y lanzar frases contundentes. Quien dice “el Gobierno no hace nada” tiene como premisa el desconocimiento de lo que se hace. No se trata de apoyar o rechazar, eso viene después de conocer el sentido de las acciones. Lo que no cabe en periodistas y militantes es condenar a priori una gestión que frenó la recesión liberal y afrontó, endeudada, una pandemia.