Necesitamos legislar para sacar esta práctica de la clandestinidad, por Lucila Masin
Los y las legisladores asistimos a una jornada histórica en este 13 de junio, que quedará marcado en la vida social y política de nuestro país y en particular será una reivindicación a las luchas de los movimientos feministas y de mujeres.
Trataremos en el Congreso de Nación el proyecto de Interrupción Voluntaria del Embarazo (IVE). Este es un reclamo que desde hace décadas se viene debatiendo en diferentes movimientos. Las mujeres, las personas con capacidad de gestar nos interpelan a las y los legisladores para que a través de nuestro voto logremos una ley integral que despenalice la práctica de aborto y que la misma se pueda realizar de manera segura en todo el país. Los abortos son una realidad que nadie puede poner en duda. Se estima que en la Argentina se realizan alrededor de 486.000 y 522.000 abortos por año y que las muertes por abortos inseguros representan el 17% del total de las muertes maternas en el trienio 2014-2016.
Necesitamos legislar para sacar esta práctica de la clandestinidad, no sólo por la condena social y el estigma que esto conlleva sino porque verdaderamente responde a un principio de justicia social, donde son las personas gestantes pobres, quienes no puede acceder a una práctica segura, poniendo en riesgo su vida, su integridad física y emocional.
Todas las y los diputados debemos tener la madurez y la responsabilidad política de legislar en favor de las mayorías y esto significa que hoy debemos escuchar a la mayoría de las mujeres, de nuestras adolescentes, de personas trans y travestis, de diferentes colectivos y movimientos que se han expresado a favor de la Interrupción Voluntaria del Embarazo. Escuchar a una generación que se convoca en diferentes puntos de nuestro país para exigir que el Congreso Nacional pueda otorgar un derecho más y que no continúe siendo una práctica criminalizadora y penalizadora, por el contrario, necesitamos generar la responsabilidad directa desde el Estado como garante de nuestras libertades, resguardando nuestras vidas y garantizando el derecho integral al acceso a la salud.
Vivimos en un Estado de Derecho, en cual el aborto legal, seguro y gratuito es una cuenta pendiente. Necesitamos un Estado que se haga cargo de nuestras vidas sin mirar para otro lado. Desde el retorno a la democracia, las estadísticas oficiales revelan que la primera causa de muerte en mujeres embarazadas es el aborto clandestino. Durante el debate en comisiones se puso en duda la cifra de personas gestante muertas por aborto, nadie dijo que todas esas muertes maternas son evitables si el Estado se hace responsable y si esta ley se hace realidad.